Reencuentro tras tres años [Presente] [Allen y Karl]

Aquel día estaba de permiso, así que no llevaba su uniforme. Iba vestido con un manto de viaje con capucha para ocultar su rostro y su cuerpo y evitar ser reconocido. En un lugar tan transitado por piratas era peligroso para un marine conocido caminar al descubierto si no era con una patrulla. Llevaba en su mano su guitarra. Tenía intención de ir a las afueras a tocar un rato, pues hacía tiempo que no tenía tiempo para desestresarse con su música. Por el camino vio un buen número de piratas conocidos, pero ninguno de un nivel de poder suficiente como para llamar su atención. Vio un par de novatos que apenas llegaban a los 30.000.000 de berries, y algunos de 40 millones. "¿Qué ha pasado con todos los piratas fuertes? Ojalá me encontrase con un Supernova. Eso sí que sería un encuentro memorable."

Cuando iba por la calle de repente escuchó un ruido de pasos rápidos tras él, y de repente unas cadenas con pinchos lo rodearon. Activó a tiempo su haki armadura y las espinas de acero no lograron atravesarle, pero la guitarra se le cayó y quedó atado. Se giró y vio a un tipo con un afro pelirrojo sujetando las cadenas que le ataban, y a un hombre con dos cuchillos kukris de buen tamaño saltando hacia él. Inmediatamente activó su Kuro no Arm y transformó su brazo derecho en una serie de tentáculos, que al carecer de huesos o articulaciones pudo deslizar fuera de las cadenas, convirtiéndolo de nuevo en un brazo normal. Ahora, teniendo ese brazo libre, preparó su contraataque. Apuntando al hombre con su brazo, dijo:

- Kuro no Arm, Spear!

De repente su brazo derecho se volvió de color negro y se alargó, tomando forma de lanza. El hombre, incapaz de parar su carga, se empaló a sí mismo contra el brazo-lanza de Karl con un grito de muerte. El marine retransformó su brazo en uno normal y el pirata se desplomó con una herida mortal en el estómago. Tras eso agarró las cadenas que le aprisonaban y tiró de ellas, atrayendo hacia sí al del afro. Este avanzó tropezando. Con su hercúlea fuerza, Karl lo agarró por la cabeza y lo levantó de esta. Notó la débil oposición del hombre, que intentó revolverse, dar patadas, arañar y resistirse en general. Con un simple gesto de su mano, le aplastó el cráneo matándolo. El pirata colgó inerte de su mano. Lo tiró a un lado con un gesto de asco, y se arrancó las cadenas. Tras eso miró a su alrededor con un gesto feroz. La gente que se había parado a ver lo que pasaba se apartó velozmente y se alejaron. Contento, recogió su guitarra y siguió caminando. Se paró unos metros más adelante, en una plaza y se puso a afinar la guitarra sentado en un banco.

- Malditos imbéciles... los reviviría y volvería a matar si pudiese. Ahora mi guitarra tiene un arañazo.

Terminó de afinar, comprobó que todo estaba bien y se puso a tocar una animada melodía.

Con la capucha ocultando su rostro, tocaba la guitarra, tocando melodías cada vez más veloces y brutales. Estaba especialmente animado aquel día, y además el reciente derramamiento de sangre lo había alterado. Algo en su interior se agitaba. Sentía que pronto iba a ocurrir algo muy importante. En aquella isla estaban a punto de reencontrarse dos titanes del mar, dos guerreros destinados a reencontrarse una y otra vez en el campo de batalla y luchar a muerte entre ellos. Karl aun no sabía esto, pero presentía algo.

- El aire huele a sangre hoy. Se aproxima una batalla con rapidez, y esta decidirá mi futuro. Lo noto en mi sangre. Mi sangre arde como si fuego líquido recorriese mis venas.

Se levantó preparando su guitarra y comenzó a tocar una canción más salvaje y violenta, acompañándola con la voz. Las palabras y las notas envolvían el ambiente, y parecieron afectar a todos los que lo estaban escuchando. Era una canción realmente emotiva, que atravesaba a todos los que la escuchaban. No era precisamente agradable. Despertaba los instintos más salvajes de los oyentes, haciéndoles sentir una combinación entre euforia animal y sed de sangre. Un grupo de gente, entre ellos piratas, se reunieron en la plaza y comenzaron a gritar y saltar en una especie de dantesca parodia de concierto. Parecían como en trance. Karl no solía emplear su música porque emplear intrumentos o armas para el combate iba en contra del código del Sokudan, pero el poder de su música era muy grande. Era capaz de influir en el estado de ánimo de sus oyentes y desmoralizar a un enemigo o enfervecer a un aliado. La canción que tocaba ahora era particularmente poderosa, y al rato los que escuchaban la canción estaban poniéndose tan violentos que la situación degeneró en una batalla campal en mitad de la plaza. Karl estaba también sumido en el hechizo de su propia música, cantando a pleno pulmón y tocando frenéticamente.

- With power you measure your worth. Your blood will dampen the earth. Bow down and pray for salvation, this is the end of the line ¡DECAPITATION!



Mientras tocaba de repente todo pareció pararse y oscurecerse. La propia música pareció disminuir su volumen y la luz se volvió irreal y fantasmagórica. Entre la multitud, como iluminada por un haz de luz místico, Karl distinguía claramente una persona. Iba vestida con ropas estrafalarias, llevaba un sombrero de copa y una máscara de bufón. Su corazón pareció detenerse por un momento y comenzó a latir de nuevo con fuerza. Notó sus músculos tensarse y sus niveles de adrenalina subir velozmente. Notaba una conexión de manera inexplicable con aquella persona. Conocía a aquel hombre. No podía decir de qué o por qué lo sabía, pero era así. Se quedó mirándole directamente a él, y se quitó la capucha.

- El momento ha llegado.

Una sonrisa salvaje asomó a los labios de Karl al ver el rostro del enmascarado. El aire comenzó a vibrar, y un fuerte viento se levantó en torno a Karl. Este era causado por una enorme presión ejercida por el luchador al concentrar su energía en si y mantenerla retenida. Los que estaban cerca sacudieron su cabeza, como despertando de un sueño y comenzaron a alejarse asustados de la zona ante el extraño fenómeno que estaba aconteciendo. De repente una llama de colores entre el naranja, el rojo y el amarillo surgió de Karl. En realidad no era fuego, si no un aura de energía pura que surgía de él en forma de llama.

- Allen D. Walker... - dijo, con voz grave y su único ojo desencajado de su órbita - llevo mucho tiempo esperando esto. Tres largos años.

Karl casi temblaba de la emoción, pero logró contenerse. Dos años de incesante y durísimo entrenamiento, seguido de un año de búsqueda incesante a lo largo y ancho del mundo. Todo ese tiempo había estado preparándose para aquel momento. Las peleas con Azumi Kento y con Crimson habían sido meros entrenamientos para fortalecer su cuerpo y templar su voluntad, así como para interrogarles acerca del paradero de su archienemigo. El entrenamiento en la isla de su orden había sido única y exclusivamente motivado por la derrota sufrida a manos de la persona que tenía enfrente.

- Tantas luchas y tantos años de entrenamiento culminarán aquí y ahora, Allen D. Walker. No te haces ni idea de lo mucho que llevo buscándote, deseando derrotarte.

Dio un grito y flexionó los brazos, mientras el viento empeoraba. Su aura aumentó y se reavivó, como en una explosión de energía, brillando con la intensidad de una estrella. La energía siguió aumentando y de repente comenzó a concentrarse en los puños de Karl. Lentamente el aura fue desapareciendo y concentrándose en esos dos puntos. Las venas de los brazos del luchador se marcaron, y los músculos se tensaron. Entonces dio un salto hacia atrás, con una sonrisa salvaje.

- Te tengo preparado un nuevo movimiento, Allen. Te dejaré ser testigo de mis nuevos poderes. Espero que estés listo, porque este no es ni un 50% de mi poder total.

Echó ambos brazos hacia atrás. El brillo de ambos puños llegó a su máximo exponente. Entonces dio un doble puñetazo al aire. El aire se onduló y se escuchó un sonido como de una detonación. Una poderosísima onda de energía de los colores del aura de Karl avanzó hacia Allen, dejando un surco de cuarenta centímetros de profundidad a su paso y destrozando todo lo que tocaba.

- Master Sokudan, Tsuinzu no kyoku jū! (Canción de los cañones gemelos) [AMF] [Haki armadura]

Karl observó a su rival haciendo unos gestos extraños. Entonces aparecieron una serie de círculos con símbolos en el aire, unos delante de otros formando una barrera frente al letal ataque del luchador. La onda comenzó a reventar los primeros símbolos, pero lentamente comenzó a frenarse. Cruzó los dedos, rogando porque el ataque no fuese bloqueado. Finalmente parecía que iba a atravesar la defensa de Allen, pero entonces hubo una explosión y onda se dio la vuelta, saliendo disparada hacia Karl.

- ¡¿Cómo?! ¡No es posible!

El Tsuinzu no kyoku jū era un golpe muy poderoso que hubiese dañado seriamente a Allen. Karl tendría que ponerse las pilas, porque si su rival había mejorado tanto y repetía movimientos como ese, el marine no llegaría a tocarle. "Debo actuar rápido. Si el Tsuinzu no kyoku jū me da, estaré en graves problemas." Se arrancó la capa y la tiró al suelo. Por debajo no llevaba nada, a parte de un pantalón blanco y unas sandalias de madera. Su torso desnudo era mucho más musculoso de lo que era en un pasado, cuando se enfrentaron por última vez. Además ahora estaba marcado, lleno de heridas de guerra. Junto a su viejo tatuaje de la quimera tenía uno nuevo en el hombro derecho: una estrella negra de cuatro puntas. Activó el poder de su estrella (pues estaba hecha con una clase de tinta especial de los monjes del Sokudan), y esta empezó a extenderse rápidamente por su brazo. Karl lo puso frente a él, como si fuese a bloquear la onda con el mismo, mientras se volvía del color negro de la tinta.

- ¡Kuro no Arm: Shield!

De repente desde el antebrazo hasta la mano su extremidad derecha empezó a cambiar y moldearse, estirándose y adaptando la forma de un escudo de cuerpo completo. Karl se refugió tras él mientras concentraba su haki en este. "Ahora veremos qué puede más, si mi defensa o mi propio ataque." Hubo una potente explosión y Karl salió disparado hacia atrás. Cayó hábilmente de pie y retransformó su escudo en un brazo. Lo tenía quemado y enrojecido, y le dolía bastante, pero no había sufrido daños especialmente graves. Apretó el puño comprobando que podía moverlo perfectamente y sonrió mirando a Allen.

- Buen intento. Por un momento has llegado a asustarme, lo reconozco.

La situación entre ambos contendientes era muy tensa. Karl era muy consciente de que sería su combate más duro en mucho tiempo. Acaba de haber una sucesión de técnicas de extremado nivel de poder y sin embargo ambos estaban prácticamente intactos (el brazo de Karl estaba bien, tan sólo era molesto). El marine se puso en posición, con ambos brazos flexionados y los puños cerrados. Entonces se le ocurrió una idea "Allen conoce mis viejas técnicas... puedo hacer que se confíe empléandolas y cambiando a las nuevas repentinamente." Se había fijado en que su velocidad de reacción era muy alta, y por eso pretendía pillarle con la guardia baja.

- ¡Sokudan Move, Shadow!

Como volviendo al pasado, Karl comenzó a correr hacia Allen a gran velocidad, zigzagueando. Igual que tantas otras veces en sus peleas. Durante un momento sus ojos se cruzaron y el tiempo pareció pararse. Era un momento decisivo. Un encuentro predestinado entre dos personas predestinadas a enfrentarse una y otra vez. Entonces el marine cambió de técnica. "Super Shadow" Su velocidad aumento hasta alcanzar un ritmo casi comparable al del soru. Dio un virazo y se situó a unos dos metros de él, a su izquierda, mientras recubría sus brazos en energía.

- Tao Sokudan... - su mirada mostraba decisión - ¡STORM! [AIF]

Comenzó a dar puñetazos al aire en dirección a Allen. Mientras lo hacía, por cada puñetazo que daba la energía de ese puño se proyectaba hacia delante en forma de brazo espectral. El resultado fue una lluvia de puñetazos de energía a distancia. Sus brazos tenían un alcance de cinco metros.

La táctica pilló desprevenido a Allen. Con un grito de victoria y una salvaje carcajada, comenzó a lanzarle una lluvia de feroces puñetazos de energía. La mandíbula de Karl estaba desencajada en una mueca sanguinaria, disfrutando de cada golpe que lograba encajar, mientras su rival se cubría como podía. Poco a poco iba retrocediendo por la potencia de los golpes del poderoso luchador. El marine había entrado en una danza frenética en que no hacía más que golpear mientras se reía con una mueca de lunático.

- ¡Estás acabado, Walker!

Un nuevo golpe hizo retroceder a Allen. Comenzaba a acercarse al límite de alcance de la técnica de Karl. Entonces se fijó en algo. Su cuerpo parecía intacto. A pesar de que le golpeaba en la cara, no le dejaba moretones ni ninguna marca. "¡¿Cómo!? ¿A caso tiene un haki tan poderoso?" Sin embargo entonces se fijó en un detalle curioso: Sus brazos tenían ligeras marcas de golpes a diferencia del resto de su cuerpo. Karl entrecerró los ojos anotando mentalmente aquel detalle. Algo raro ocurría y Karl debía descubrirlo. Algo que tenía que ver con aquel todo de piel oscuro. Ya se lo había visto en otras ocasiones, pero no había llegado a comprender su utilidad real.

- Interesante defensa, pero descubriré tu secreto. No te quepa duda.

Entonces notó un fuerte dolor en los pies. Karl aulló de dolor y cayó de rodillas, incapaz de mantenerse en pie. "¿Qué ha ocurrido? Si ni siquiera se ha movido." Sabiendo que en esa posición estaba en peligro, retrocedió velozmente con su movimiento aéreo, levitando a unos centímetros del suelo. No se volvió a posar, consciente de que volvería a caer de rodillas, y se miró los pies. En ambos tenía una herida como de un aguijonazo, que sangraba profusamente. Notaba un dolor palpitante en ambos pies, y supo que no podría apoyarlos en un rato. Y más le valía apoyarse lo mínimo posible. Dirigió una mirada furibunda a Allen y se crujió los nudillos.

- No sé cómo has hecho eso, pero te lo voy a devolver con creces. ¡Prepárate para sufrir el terror de mi rumble balls!

Rumble Ball - Serpiente Quimérica

Karl sacó una cajita gris de su bolsillo. La abrió y sacó de esta una bola de color amarillo. Se guardó la caja de nuevo y se comió la rumble ball, tragándosela entera. De repente el cuerpo entero del marine palpitó y tembló. Sus piernas se juntaron y se convirtieron en una gruesa cola de reptil de color verde acabada en un pincho, que creció y se extendió por el suelo. Su torso creció de tamaño, se estiró y se hizo más ancho y musculoso. Se cubrió de espeso pelo rojizo y le salieron dos brazos más. Ambos brazos se le llenaron de púas y de los dedos le salieron afiladas garras. Su cabeza se convirtió en una poderosa cabeza de león, y le surgió otra más de cabra con poderosísimos cuernos. Finalmente de la espalda le salieron dos enormes alas de murciélago del color de su pelaje. La bestia rugió y se alzó sobre su cola, agitando el cascabel acabado en un pincho que adornaba el final de su cola. Su tamaño ahora era de cerca de tres metros de altura. Comenzó a desenrrollar la gruesa cola sobre la que se apoyaba y serpenteó hacia Allen a una velocidad increíble para su tamaño. Mientras lo hacía, la cabeza de cabra iba babeando un líquido verde que se depositaba en el suelo, dejando un rastro a su paso. Se abalanzó sobre el pirata rugiendo, y trató de agarrarle con los brazos inferiores, mientras le atacaba con las garras de los superiores. Sin embargo esto era una trampa, pues el extremo de la cola avanzó velozmente contra él pretendiendo ser por sorpresa, para pincharle en el torso con el aguijón de la misma.

- ¡ROAAARGH!

Ataque de la Serpiente Quimera [AF] [Haki Armadura]

La Quimera avanzaba serpenteando hacia Allen, preparando su letal ataque. Mientras tanto, el veneno que había babeado antes comenzó a convertirse al contacto con el aire en un gas verduzco, liberando una buena humareda. Entonces su archienemigo comenzó a cambiar de repente. Su cuerpo se deshizo y desapareció revelando una sustancia negrusca con su misma forma y tamaño. De repente todas las sombras de la zona comenzaron a deshacerse y concentrarse frente a él, formando una enorme bola negra. Karl se frenó, intuyendo lo que iba a pasar. "Necesito más velocidad para contrarrestar eso."

Rumble Ball - Quimera de Combate

De repente el cuerpo de la Quimera cambió de nuevo. Esta vez se convirtió en un humanoide de tres metros de altura, increíblemente peludo. Tenía cabeza de león con cuernos de cabra, dedos acabados en garras y pezuñas caprinas en lugar de pies. Su plan para evitar que aquel golpe le diese de lleno era simple: se alejaría combinando un salto hacia atrás con el Super Shadow (no podía forzar mucho más por la herida de antes en sus pies) aumentando la distancia recorrida con el movimiento aéreo. Tras eso aprovecharía al máximo el rango de su Tao Sokudan (cinco metros) para golpear la bola de energía con un Original Iron Fist a distancia. Eso detonaría el ataque lejos de él. Si tuviese más tiempo, podría destruir desde una distancia segura el ataque con su Advanced Sokudan, pero era tiempo precisamente lo que no tenía.

- ¡Chimeric Shadow!

Dio un potente salto hacia atrás a una velocidad increíble. En mitad del salto comenzó a emitir energía hacia el suelo y hacia delante para retroceder aun mayor distancia. Entonces su brazo derecho comenzó a brillar con un aura del mismo color que su Flaming Mode. Echó el brazo hacia atrás, preparando el golpe. Entonces escuchó decir algo a Allen. "¿Ha dicho adiós? ¿Hasta qué punto va a ser arrogante?" Lanzó su puñetazos hacia delante, proyectando el golpe en forma de puño de energía hacia la bola. Pero fue una mala idea. La bola detonó hacia delante antes de tocarla. "¡Mierda! He caído en la trampa. La bola no detona siendo lanzada. ¡Detona hacia el enemigo!" Antes de que la oscuridad lo envolviese dio un último grito.

- ¡Mierda! ¡Me las pagar...!

Entonces el golpe le impactó. Notó un dolor intensísimo mientras salía disparado hacia atrás. Volvió a su forma humana, y rodó por el suelo arrastrado por la onda expansiva. Se quemó en la poderosa onda de energía y se desgarró la piel contra el suelo. Comenzó a desear que la técnica se acabase, pero su tormento continuaba. Sin embargo finalmente cesó. Se encontró de espaldas contra el suelo, respirando con dificultad. Tenía los pantalones destrozados y quemados, la piel también quemada y el cuerpo desgarrado y ensangrentado. Su pecho subía y bajaba mientras respiraba profundamente. Mientras estaba en la onda no había sido capaz de tomar aire, y ahora estaba sin aliento. El marine se levantó, goteando sangre por sus dedos, por la punta de la nariz y por otras partes del cuerpo. Se tambaleó pero recuperó el equilibrio. Aunque le doliesen los pies al mantenerse erguido, aguantó el dolor. Estaba realmente enfadado, y iba a devolver a Allen todo el daño sufrido.

- Me las pagarás... - masculló entre dientes, con una voz grave y profunda que no parecía la suya - Te voy a destrozar el cuerpo y a reducir a cenizas.

El terreno frente a él estaba destrozado. Había un enorme surco donde la técnica de Allen había pasado, y por toda la zona había heridas en el terreno fruto del combate. El efecto de las rumble balls aun duraba, así que Karl podía sacar ventaja de ello. Su cuerpo tembló y creció enormemente. Mucho más que antes. Se encorvó y cambió. Pasó a convertirse en una especie de león gigantesco, de tamaño descomunal e increíblemente musculoso. Unas poderosas alas de murciélago adornaban su grupa. Además poseía cuernos de cabra, las patas traseras tenían cascos en lugar de pies y su cola era larga y gruesa. La enorme bestia rugió mirando a Allen. Medía unos cinco metros de altura, diez de la cabeza a las posaderas y doce metros más de cola. Con un gruñido se lanzó hacia delante a una velocidad de vértigo poco inferior al soru.

Rumble Ball - Rey de las Quimeras

- ¡Super Chimeric Shadow! - dijo, con una voz que era más un rugido que palabras.

En apenas unas décimas de segundo recorrió la gran distancia que les separaba y apareció unos dos metros a su derecha, tomando aire. Entonces soltó un poderoso rugido que hizo temblar el suelo y que hizo que todos los que contemplaban el combate se tapasen los oídos. Sin embargo el rugido no vino solo. Una bola de fuego concentrado salió de las fauces de la bestia, creciendo al avanzar hacia Allen. La bola explotaría al impactar, creando una explosión de fuego.

- ¡Hinotama! [AMF]

Mientras la enorme bola de fuego avanzaba hacia su rival, Karl captó un breve detalle un instante antes de que esta impactase sobre Allen. Un gesto de sacar algo y un brillo metálico. Entrecerró los ojos pensando en esos datos y teniéndolos en cuenta. Se levantó una fuerte humareda que dejó a Allen fuera de la vista de la imponente Quimera. Este analizó la situación. No había habido una explosión de llamas antes de la humareda, como era habitual en su ataque, si no que más bien había parecido como si las llamas se hubiese "replegado sobre un punto". Algo no estaba bien. Presentía que el ataque no había salido como esperaba, y de manera preventiva cambió de forma.

Rumble balls - Quimera de Combate

Volvió a convertirse en un humanoide peludo de tres metros de altura, musculoso y con cabeza de león cornudo. Rugió con fiereza y se puso en posición de combate, como si fuese a boxear. Esta vez se concentró profundamente para evitar los ataques de su archienemigo. Empezaba a acumular bastantes heridas, y a pesar de que tenía un aguante sobrenatural a los golpes, este no era ilimitado. Jadeaba de dolor, y aunque podía seguir peleando con eficacia si seguía recibiendo lesiones esto cambiaría. "Allen es muy bueno analizando mis movimientos y esquivándolos. Yo no suelo molestarme en hacerlo. Prefiero dejar que mis enemigos me golpeen para tenerlos cerca. Pero eso no sirve con este rival... en todo este tiempo se ha vuelto extremadamente poderoso, y ni siquiera he logrado tocarle a pesar de que mi fuerza es enorme. Para vencer a este enemigo tendré que emplear el 100% de mi poder. ¡Pues yo también puedo analizar los movimientos de mi rival!"

Jōtai sentō (Estado de combate) (Funciona parecido a tu tiempo parado, dado que Karl es un músico concertista, pero combinado con sus conocimientos de artes marciales defensivas)

Como esperaba, vio un brillo entre el humo, y Allen surgió de este blandiendo una espada que emanaba terribles llamaradas como si hubiese salido del mismísimo infierno. El capitán observó los movimientos de este y adivinó por sus gestos y experiencia sobre la técnica de combate del pirata cuándo golpearía. Contó el tiempo con calma y listo para el contraataque. "Uno, dos, tres... ¡ahora!" Allen gritó "¡desaparece!" mientras le lanzaba un poderoso tajo. Demasiado parecido al tajo que le lanzó en su primer combate, con el que le había casi derrotado y dejado herido de muerte. Pero esta vez el guerrero estaba listo. Dio un salto hacia atrás en el momento en que la espada se abalanzaba sobre su cuerpo, rematado en un mortal inverso. El filo del arma pasó a pocos centímetros de su cuerpo y le quemó ligeramente el hombro izquierdo al liberar su llama. Al caer de pie de nuevo vio una enorme llamarada avanzando hacia él. Con un hábil gesto, echó su brazo derecho hacia atrás y dio una palmada al aire con su mano derecha.

- ¡Sokudan Move, Burst!

Se escuchó un ruido como de una detonación, y una onda de choque de colores amarillos, anaranjados y rojizos impactó contra las llamas, frenándolas en seco en el aire. Karl retrocedió varios saltos hacia atrás y preparó su siguiente golpe. Este sería realmente fuerte, pero tan sólo el preludio a su ataque más letal. Era hora de ponerse serio. Sus músculos comenzaron a tensarse y replegarse, haciéndose más delgado y atlético, pero de cuerpo más marcado y definido. Este estado disminuía ligeramente su fuerza (que seguía siendo absurdamente grande de todas a todas en su forma de Quimera de Combate) y la reconvertía en velocidad. Tras eso, el aura de su Flaming Mode lo rodeó de nuevo, pero con una intensidad mayor. Se agachó flexionando sus patas de cabra y apoyó su brazo derecho en el suelo.

- "Segundo Camino... Iniciativa." Mi poder siempre se ha basado en la pura fuerza - dijo, mirándole mientras le brillaban los ojos - Y por eso me sobrepasabas siempre. Tu increíble velocidad y destreza te permitían evitar mis golpes más poderosos, como hiciste hace tres años en aquella isla con mi Supreme Cannon. Por ello, siempre he trabajado para aumentar también mi velocidad de ataque. El Segundo Camino fue el primer paso para ello. Gracias a él podía sacrificar parte de mi prodigiosa fuerza para mejorar mi Shadow y tratar de seguirte los pasos. No funcionó. Mi Flaming Mode sirvió para seguir avanzando en este propósito... y los resultados no fueron muy distintos. Logré mejorar mis técnicas y añadir a mis ondas de choque un componente de energía que no poseían antes - se quedó callado por unos instantes - Tú eres la razón de que haya mejorado tanto, hasta el punto de superar a todos los maestros del Sokudan. Ningún luchador del Sokudan había logrado superar el Super Shadow y alcanzar al soru. ¡HASTA AHORA! - esbozó una sonrisa frunciendo el entrecejo - ¡Dominando el Super Shadow, y combinándolo con el Segundo Camino, mi Flaming Mode y por último mi modo de Quimera de Combate, he alcanzado una velocidad de desplazamiento y ataque totalmente fuera de lo común, llegando a superar total y devastadoramente el soru de los más novatos y a igualar el de luchadores más veteranos! ¡CONTEMPLA EL PASO INSTANTÁNEO!

Karl comenzó a brillar con más intensidad y sus músculos se tensaron aun más mientras se preparaba para su técnica. Aun no la dominaba del todo, pero estaba lo suficientemente completada como para ser increíblemente devastadora. Superaba con creces al Shadow, al Super Shadow y al Super Burning Shadow. En un instante desapareció de donde estaba y reapareció a la derecha de Allen durante medio segundo, para desaparecer de nuevo y reaparecer a su espalda con la palma de la mano izquierda apuntando a Allen y la mano derecha a su espalda, preparada para golpear. No creía que Allen se lo esperase. Ambos conocían el estilo de combate del otro, y Karl no era de atacar por la espalda. Consideraba que era algo demasiado evidente y que los enemigos solían esperárselo, además de que no era su forma de combatir. Por eso por aquella vez variaría sus hábitos en batalla para pillarlo por sorpresa.

- Paso instantáneo... ¡SPEED CANNON! [AF] [Haki Armadura]

Aun habiéndolo gritado, a menos que Allen hubiese sido capaz de seguir sus movimientos ya era tarde para que reaccionase. El Speed Cannon era una de las ondas de choque de Karl. Concretamente una menos destructiva, pero la más veloz que poseía. El puño del marine golpeó el aire, y la onda de energía de colores anaranjados avanzó implacable hacia su eterno rival. Hizo un gesto de dolor mientras sus heridas se abrían, y mantuvo la postura con estoicismo. Cualquier dolor era aceptable si lograba continuar en pie luchando.

- Y con este golpe sentenciaré el combate...

Hubo una potente explosión, que levantó una gran humareda. Cuando esta se desvaneció no había rastro ni del marine ni del pirata. Del resultado del combate, nadie más a parte de ellos dos supo nada.