¡10 años en activo! Hace ya 10 años que esta comunidad, todavía más antigua, encontró su lugar en OPD. Los tiempos han cambiado y los usuarios más antiguos han dado paso a las nuevas generaciones que hoy rolean, pero siempre con el mismo espíritu que nos vio nacer: Construir juntos la historia más grande jamás contada. Da igual si acabas de llegar o llevas una vida; si te quedas o te vas: Gracias por hacer de este foro un lugar mejor.
27/02La actualización ha terminado con éxito casi completo. Quedan cosas por pulir, pero en breves se solventarán.
27/02Hemos tenido un pequeño problema con las afiliaciones al cambiar de skin. Rogamos comprensión y un poco de paciencia.
27/02La lotería ha terminado. Ya no se pueden intercambiar más premios por este evento; gracias a todos por participar.
Búsquedas
Últimos Temas
Últimos temas
Petición de experiencia y premiosHoy a las 18:55Gobierno Mundial OPD
¿Donde está mi superior? [Pasado]Ayer a las 23:29Elyria Priscraft
Nuevos negocios [Privado Alpha]Ayer a las 21:46Hikari
Regalos de mi caja fuerte. rebalanceo. Ayer a las 18:51Freites D. Alpha
El oasis de la oración [Priv. Grimm]Vie 26 Abr 2024 - 16:30Jaldabaoth D. Caprino
Creación de frutas del diabloVie 26 Abr 2024 - 14:37El Gremio OPD
El zoológico del Dino pt 1Vie 26 Abr 2024 - 13:51El Gremio OPD
Petición de moderación de técnicasVie 26 Abr 2024 - 13:33El Gremio OPD
Siguiente ronda


Ir abajo
Rylanor
Vicealmirante
Rylanor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Lun 20 Abr 2015 - 16:35}

Había bastante actividad en el cuartel. Por todos lados los nuevos reclutas corrían de un lado a otro, llevando recados, armas o de camino a los campos de instrucción. Sin embargo, no todos estaban atendiendo a sus tareas. En el gimnasio, un chico joven, de pelo oscuro, largo y despeinado, bastante alto, levantaba unas pesadas mancuernas. Estaba vestido con una camisa de uniforme recortada a modo de chaquetilla, de modo que le dejaba los brazos y el torso al descubierto, y unos pantalones holgados también de uniforme. En lugar de botas llevaba unas sandalias de madera. Mientras entrenaba, tres reclutas se le acercaron con cara de pocos amigos.

- Así que tú eres el nuevo, el que se instruyó con los monjes - dijo uno de ellos, con una sonrisa bastante falsa y apoyándole la mano en el hombro - ¿Qué tal, amigo?

Kai no le dirigió ni una mirada. Siguió levantando las mancuernas, ignorándoles. Sin embargo, cuando el otro le apoyó las manos en los hombros, dejó caer al suelo las herramientas. Estas causaron un estruendo de mil demonios, mientras el joven apartado de un empujón al otro.

- Primero de todo, no soy tu amigo. Segundo, métete en tus asuntos si no quieres que te arregle esa fea cara que tienes.

El tipo le miró con impresión, algo desconcertado por el hecho de que les hubiese plantado cara siendo tres. Tras una mirada de desdén, Kai recogió las mancuernas y siguió entrenando, ignorándoles totalmente. Aquello terminó de sacar de quicio a los reclutas. Uno de ellos cogió un bokken de un cubo y se dirigió a por él, con una mueca de ira.

- ¡Te voy a mandar de una patada con ese capullo de Kurotora, puto monje de mierda!

De repente la mirada del luchador se tiñó de ira y rabia. El tipo del bokken vio entonces frenada su carrera por un obstáculo inesperado: el puño de Kai en su cara, rompiéndole varios dientes y mandándolo contra la pared de enfrente. Entonces se giró hacia los otros dos en una guardia básica del Sokudan, con los puños listos para golpear. Tras una breve duda, el que había hablado al principio hizo un amago de prepararse para golpear, pero entonces recibió una sucesión de puñetazos en el estómago que lo hicieron doblarse de dolor. El que quedaba decidió que lo más sensato era huir, pero empleando un "Shadow", Kai lo adelantó y se interpuso entre él y la salida.

- No me gusta que me toquen la moral mientras entreno - dijo, con rabia - Y menos que insulten a mi Orden o a cualquiera de sus miembros, hiciera lo que hiciera - lo agarró por el cuello de la camisa y lo levantó - Espero que esto os sirva de lección.

Lo tiró a un lado con fuerza y se dirigió a la salida del gimnasio, con cara de mal humor.


Recuerdos:

Raghorne worshipper
Rage for the Rage God, flames for his flaming throne


Ficha
Señor Nat
Señor Nat
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
https://www.onepiece-definitiverol.com/t22245-la-ventisca-del-su

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Lun 20 Abr 2015 - 17:20}

“Bonito día para ver mundo”, pensaba Al mientras bajaba del barco en la famosa isla de Shellstown. Hacía mucho tiempo un legendario pirata la había liado parda y aún se contaban historias de cómo el capitán Morgan había acabado con su hacha metida por cierta parte pequeña y oscura de su anatomía. Efectivamente era una buena isla, y desde que Loguetown fue destruida, el último reducto de la Marina en aquellas tierras. "Ciertamente es un lugar interesante", decía para sí mientras avanzaba viendo jovencitas en las playas cercanas al puerto, y poco a poco mujeres con algo más de ropa según se acercaba al cuartel. En otros momentos habría distraído responsabilidades y marchado a la playa, pero desde la traición de Kurotora la Marina vigilaba a sus oficiales casi a cada instante con ojo incansable. Lo mejor era cumplir con sus tareas durante un par de meses antes de volver a las andadas.

-Capitán Al Naion- dijo, ajustándose la chaqueta a los hombros. Su vestimenta había cambiado ligeramente desde sus primeros días, y empezaba a preferir camisa suelta y americana al pulido estilo de chaleco y pajarita, que abandonaba para tener un aspecto algo más elegante, un aspecto más propio de un oficial. Aunque si tenía un momento libre pensaba echar una siesta, eso no cambiaría nunca-. Me han destinado unos días aquí, y ando un poco perdido. ¿El despacho del oficial al mando?

-Está en el tercer piso, pero ese vigoréxico pasa más tiempo en el gimnasio o mirándose los pectorales que haciendo sus tareas. De hecho está allí ahora.

-Jovencito, en mis tiempos no hablábamos así a nuestros superiores- dijo, mirando por encima de los ahumados violáceos al hombre, que debía sacarle unos diez o quince años. Pero nadie se atrevería a contrariar a un superior, por motivos lógicos, y por un momento el protocolo dejó de ser un incordio innecesario para ser algo que por una vez lo beneficiaba-. Ábreme la puerta.

Pasó mientras el portero refunfuñaba, y se acercó al gimnasio del cuartel. Lo mejor sería ir hasta allí un rato, y ya más tarde, cuando se hubiera cansado de charlar con la gente mientras veía a los demás entrenar, pero lo primero era pasarse por los vestuarios, no podía desentonar con el aspecto general de la gente, no demasiado al menos.

-Hey hey- dijo, en la puerta de uno de ellos, según lo que parecía por la fauna que allí habitaba, el masculino. Era una pena no confundirse a veces. Frenó con la mano al que intentaba salir y continuó-. Parece que os estabais divirtiendo mucho. Vamos a hablar un poco los cinco juntos- trató de dar un ligero empujón al chico, y pasó a la estancia, para dejar su tono tranquilo-. ¡¿Se puede saber por qué cojones os dais de hostias?! Podríais estar haciendo algo útil, como entrenar de verdad en vez de portaros como niñatos, o, o... ¡O darme un masaje! ¿Os parece que esto da una buena impresión a los recién llegados? En fin... Vamos a molestar al oficial al mando y que él decida qué se hace con vosotros. Ya me cambiaré en otro momento.

Dejó su maletín en una taquilla, y no se quitó ni el incómodo chaquetón. Menudo día le esperaba si empezaba así.


¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 3cgcSCf
¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 5rJAbZo
Siempre en el corazón:
Waiting for next admiral:

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] WY68nw0
Rylanor
Vicealmirante
Rylanor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Lun 20 Abr 2015 - 17:47}

Con expresión sombría y las manos en los bolsillos, comenzó a caminar en la puerta. Su estancia en la Marina estaba siendo más dura de lo que esperaba. Apenas unos años antes, la Orden del Sokudan había sido casi desconocida, pero el salto a la fama de Karl había hecho que recuperase su antigua gloria y comenzase a volverse famosa de nuevo. La traición del Almirante, sin embargo, había hecho que muchos partidarios del Gobierno empezasen a mirar mal a los practicantes del Sokudan. Los principios del grupo eran poco conocidos, pero era de dominio común que antes de su traición Kurotora había sido ascendido a Gran Maestro de la Orden. No era de extrañar por ello que muchos pensaran que los monjes del Sokudan eran enemigos del Gobierno también, y algunos se preguntaban por qué no habían tomado medidas los Almirantes.

Era por eso que muchos habían despreciado desde un principio al joven luchador. De hecho incluso sus superiores lo miraban con recelo, y le había costado conseguir la admisión. Incluso habían enviado una carta a Marineford preguntando qué relación tenían los monjes del Sokudan con el Gobierno. Finalmente había logrado ser admitido, pero parecía que pasaría un tiempo antes de que lograra ganarse el respeto de sus camaradas. Mientras caminaba sumergido en sus pensamientos, una persona se interpuso en su camino. Alzó la mirada y vio a un joven de pelo rubio, vestido elegante y con gafas ahumadas. El tipo llamó su atención con una exclamación y alzó una mano para que se parase. Acto seguido comenzó a cuestionar el que se estuvieran peleando y a echarles bronca como si fuese su superior. ¿Pero quién se creía ese tío? Trató de empujar a Kai. El luchador trató de aguantar en el sitio, pero se vio obligado a retroceder un paso. No había calculado bien la fuerza del otro, y lo había considerado más débil por su aspecto.

- Pero qué... - dijo, al ser apartado.

Además lo había amenazado con llevarlos ante el oficial. Aquello era el colmo de los colmos. ¿Lo provocaban y aun iba a ser castigado por defender su honor y el de su Orden? Muchas cosas iban a tener que cambiar en la Marina si quería utilizarla para restaurar el equilibrio en el mundo. En todo caso, en aquel momento le importaba más la ofensa sufrida que conceptos filosóficos o ideales. Hizo crujir su cuello y se dirigió hacia el rubio, con cara de pocos amigos y una vena palpitando en su cuello. La rabia crecía en su interior por momentos, y cuanto más lo pensaba, peor era.

- Mira, no se quién eres, pero tienes muchos huevos para tratarme así. ¡Te voy a partir la cara!

En un futuro (y no tan lejano) Kai se arrepentiría de lo que hizo a continuación. Fue de aquella clase de situaciones que te enseñan que controlar el mal genio y el orgullo pueden salvar el día. Y fijarse en quién es tu oficial superior, también. Se puso junto al rubio y trató de girarlo hacia él agarrándolo por el hombro, mientras echaba hacia atrás su brazo derecho y le lanzaba un poderoso gancho al mentón.

- Sokudan Move, ¡Iron Fist!


Recuerdos:

Raghorne worshipper
Rage for the Rage God, flames for his flaming throne


Ficha
Señor Nat
Señor Nat
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
https://www.onepiece-definitiverol.com/t22245-la-ventisca-del-su

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Lun 20 Abr 2015 - 18:36}

El maletín chocó con un poderoso estruendo contra el fondo metálico de la taquilla, mientras alguien a su espalda decía palabras que por el ruido sordo de su equipaje contra el cubículo. Lo que sí pudo notar fue la sensación de que aquella persona pretendía atacarlo, por algún motivo. Problemas de agresividad, tal vez por un trauma, falta de amor por parte del padre, un amor perdido, o tal vez es que el niño era directamente gilipollas. Había muchas opciones, pero él no era quién de juzgarlo. Tan sólo transformó su cuerpo en hielo y dejó que el ataque lo atravesara... Ah no, que su Akuma lo transformaba en hielo. Su cabeza salió disparada mientras su cuerpo caía contra el suelo por la inercia, explotando al golpear el suelo, dejando apenas una pierna sin demasiados daños.

Poco a poco de pierna comenzó a surgir un bloque, y el bloque tomó forma humana, pero completamente blanca, salvo una parte rojiza en el pecho, y Al Naion surgió de nuevo de aquella estatua de sí mismo, con expresión bastante seria. Últimamente estaban lanzándose a por él como si realmente no le cayese bien a la gente. ¡Ni que fuera Arthur! Con un leve gesto se colocó la capa y retiró los últimos restos de hielo de su ropa, ciertamente molesto. ¿Tenía, por algún motivo, cara de diana de golpes? Bueno, mirando el lado positivo almenos no ha utilizado Haki y me he librado.

-¿Tú qué te has creído?- dijo, sonriendo de forma un tanto macabra, llevando su mano izquierda a la empuñadura de Fuego. ¿Debía enseñarle un poco cómo iban las cosas? Nah, eso implicaba trabajo, papeleo, comprar coronas, y aunque le gustaba el aroma de las floristerías la gente lo miraría raro si él sonreía por un colocón de semillas de amapola en un velatorio-. Vamos a ver, tú tienes problemas muy serios de control de ira. De momento vas a coger esa mancuerna y ¡Te la vas a meter por el culo a ver si te relajas! Perdón, eso ha sido algo impropio. ¿Te sucede algo que quieras contarme? No me importa ayudarte si te hace falta, pero intenta no pegarme, no siempre estoy tan atento a estas cosas y podrías hacerme daño.

Se sentó en uno de los bancos, ya con expresión más calmada, y miró al chico que le había pegado.

-¿A qué esperas? Tengo que hablar en un rato con el que dirija este sitio y quiero ayudarte. Colabora un poquito, anda- dijo, haciendo un gesto sobre el asiento a su lado-. Ven, por favor.


¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 3cgcSCf
¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 5rJAbZo
Siempre en el corazón:
Waiting for next admiral:

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] WY68nw0
Rylanor
Vicealmirante
Rylanor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Lun 20 Abr 2015 - 19:12}

Logró impactar sin problemas con la cabeza del tipo. Sin embargo, en lugar de sentir el contacto de la piel humana, notó algo muy frío y duro estrellándose contra sus nudillos. El cacho de hielo salió volando y se hizo pedazos contra las taquillas, con un estruendo. Kai notó un dolor sordo en la mano, y se la agarró con una mueca de dolor. Se había dislocado un dedo. ¿Qué narices era ese tío? Se fijó en cómo un bloque de hielo iba surgiendo del pedazo del suelo y adoptaba forma humana, hasta volver a convertirse en el de antes. Un momento... ¿no había escuchado algo de un oficial que iba a llegar hoy al cuartel? Un capitán con poderes de hielo... ¡Mierda! ¡Acababa de golpear a un capitán! Su rostro palideció, en parte por el susto y en parte por el dolor.

- ¡Lo-lo siento señor! ¡No lo había reconocido! - dijo, apresuradamente.

El oficial comenzó a echarle la bronca más extraña que nunca había recibido Kai. Comenzó a reprocharle su falta de control sujetando la empuñadura de su espada, y acabó preguntándole en un tono casi paternal si tenía problemas. Le miró desconcertado, aun agarrándose la mano lesionada. El otro se sentó en un banco y le ordenó que se sentase a su lado y le explicara sus problemas. Como no quería desobedecer la orden directa de un superior (menos uno al que acababa de decapitar de un puñetazo), le hizo caso y se sentó, como si fuese lo más normal del mundo ponerse a hablar con un oficial sobre tus problemas personales rodeado de reclutas lesionados. Suspiró, y comenzó a explicarse:

- Mi problema es mi procedencia. Desde que me he alistado a la Marina he recibido por todas partes malas palabras y ofensas tanto verbales como físicas, única y exclusivamente por mi educación. He sido criado por los monjes del Sokudan, la misma orden de la que procedía el Almirante Kurotora. De hecho, tuve la oportunidad de conocerlo en persona.

Los ojos se le iluminaron levemente al recordar a su senpai. Casi podía verlo aun, como si estuviera a su lado. Para los marines podía ser un traidor, pero para él era un auténtico guerrero, un modelo a seguir... al menos en lo estrictamente relacionado con las artes marciales.

- Estos tres valientes de aquí han considerado... honroso enfrentarse en grupo a un hombre desarmado, y no me ha quedado más remedio que defenderme. Y ese el motivo que ha llevado a esta situación. Lamento haberos atacado, pero no reconocí vuestro rango, y perdí un poco los papeles.

Aquello no era excusa, pero confiaba en que el otro lo entendiera. Parecía un hombre razonable. Se fijó por el rabillo del ojo en que los otros tres intentaban aprovechar el momento de distracción para escaparse de la sala. Por un momento estuvo tentado de intervenir, pero no quería meterse en más líos de los que ya estaba.


Recuerdos:

Raghorne worshipper
Rage for the Rage God, flames for his flaming throne


Ficha
Señor Nat
Señor Nat
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
https://www.onepiece-definitiverol.com/t22245-la-ventisca-del-su

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Mar 21 Abr 2015 - 0:35}

Al escuchó atentamente las palabras del luchador, fingiendo que comprendía cada cosa que decía, aunque casi a cada palabra tenía que hacerse la pregunta de "¿Qué significa...?". Esto le sucedió con Sokudan, Kurotora y la palabra procedencia, aunque recordó que procedencia era algo así como el lugar de donde algo venía. Asentía y se interesaba, y poco a poco llegaba a entender que Sokudan era una especie de arte marcial y el almirante Kurotora el almirante Kurotora, el hombre en el que había estado pensando mientras iba hacia allí. La verdad sea dicha, la discriminación estaba bastante fea, y más cuando la persona a la que se discriminaba podía romperte la cabeza sin mucho problema. Aquellos reclutas eran imbéciles.

-Así que Sokudan... Yo también conocí a Kurotora, en cierto modo- dijo, con tono relajado mientras los muchachos trataban de escabullirse aprovechando su "despiste", pero había cosas que no tenía que dejar pasar-. ¿Os he dicho que podáis marcharos?- dijo, liberando su haki del rey sobre ellos sin prestarles más atención. Continuó hablando mientras los tres pesos muertos caían ante la puerta-. Todos los que estuvimos en Mariejoa conocimos a Kurotora. La verdad es que al margen de lo que hiciera, que no lo voy a debatir, fue honorable al final. Si descontamos esos rumores de envenenar almirantes, claro- miró los tres cuerpos caídos con cierta pereza, y se encogió de hombros antes de estirarse por completo, haciendo sonar cada ligamento y articulación. Ser de hielo provocaba muchas veces que la humedad se cristalizara en su cuerpo y, aunque al ser parte de él no le hacía ningún daño, la sensación de entumecimiento era en ocasiones horrible-. En Fin... Si nos quedamos aquí mucho tiempo se despertarán y tendré que echarles una bronca. ¿Te apetece ir a comer algo?

Se levantó con ligereza y se estiró de nuevo. Quería hablar con el oficial al mando y poder terminar ya aquella dura jornada de una santa vez. "A ver, no despertemos a las princesas", pensó mientras abría la puerta con un movimiento tan delicado que cuando chocó con la cabeza de uno de los ínclitos sonó a bolera y salió. Si lo seguía el otro seguiría con su eterna parrafada.

-Estás en la marina, tío- diría-. Aquí todos son tus compañeros y da igual si creen que eres un traidor o no, tu deber es para con tu pueblo, con tu gente y con la mía. Con la de todo el mundo, vaya. La Marina es la línea que separa el orden del caos, y si entre nosotros peleamos es muy probable que nuestra sociedad se desmorone. Y aunque no sea la mejor es lo único que tenemos. Prefiero conservarlo y mejorarlo a ver cómo se destruye, ¿No crees?

Si no lo seguía, o tras aquella frase, se dirigiría hacia el comedor. No tenía demasiada hambre, pero comer era una buena forma de pasar el rato, y con suerte tener una charla de uno a uno con el recluta que acababa de conocer. De paso le preguntaría cómo se llamaba, y tal vez se presentara si surgía la ocasión.


¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 3cgcSCf
¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 5rJAbZo
Siempre en el corazón:
Waiting for next admiral:

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] WY68nw0
Rylanor
Vicealmirante
Rylanor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Mar 21 Abr 2015 - 20:27}

Tras hablar, decidió que debía prestarle atención a su mano lesionada. Se agarró el dedo dislocado, tiró de él ignorando el dolor y lo recolocó en el sitio. Por suerte tenía práctica haciendo cosas similares, y no tardó nada. El oficial mencionó que había conocido a su senpai, y acto seguido se giró hacia los otros tipos. De repente Kai notó un intenso poder proveniente del capitán, y comenzó a temblar de terror. Los otros tipos cayeron desmayados. No podía ser... ¿o sí? ¿Haki del conquistador? Aquel no era un oficial normal. Sólo sabía de otra persona que poseyese aquel poder, su senpai. Aunque sospechaba que alguno de los Grandes Maestros de la Orden lo poseía también. Trató de controlar sus emociones y centró su atención en el joven. Este mencionó que los actos de Karl habían sido honorables, aunque le molestó la mención a aquellos rumores de envenenamiento. Karl-senpai nunca hubiera hecho algo así. Era un honorable guerrero del Sokudan que afrontaba sus combates sin miedo, no con artimañas sucias. Algo en su interior le decía que el difunto no había sido tan bueno como él siempre había querido creer, pero lo ignoró. Sumido en sus pensamientos, no se dio cuenta de lo que había dicho el otro hasta que se levantó.

- ¿Qué...? Ah, claro.

Se levantó y lo siguió, dirigiendo una última mirada a aquellos tres. Bien visto, tal vez se había pasado. Podían haberlo provocado, pero él era un guerrero del Sokudan con años de entrenamiento a cuestas. Aquellos principiantes no eran rival para él ni aunque le hubiesen atacado bien coordinados, gracias a su haki y sus Caminos. Sacudió la cabeza, y sorteó sus cuerpos inertes. Se disculparía con ellos por su reacción más tarde, pero esperaba que ellos hiciesen lo mismo con respecto a sus provocaciones. Siguió al rubio fuera del gimnasio, ignorando deliberadamente el golpe que le dio con la puerta en la cabeza a uno de los otros. Entonces el espadachín comenzó a soltar un discurso con el que Kai estaba bastante de acuerdo, aunque no sabía cómo se suponía que iba a reaccionar si sus futuros compañeros de armas le trataban con aquellos tíos. Entraron en el comedor, y mientras cogía una bandeja y se ponía a la cola para recibir su ración, le respondió.

- En mi isla todos nos tratamos con respeto. Podemos tener distintas ideas o disputas entre nosotros, pero la idea de apartar a alguien y atacarlo con las palabras y los puños es nueva para mi. Eso es algo que muy rara vez ocurre en nuestra Orden. Por eso me cuesta entender cómo reaccionar a esto. No quiero mostrarme débil y no contestarles, porque sería darles pie a seguir. Por lo que la opción clara parece ser marcarles el territorio, aunque no está dando tampoco grandes resultados.

La comida de la Marina no era ninguna maravilla, pero al menos en aquel cuartel era bastante decente. Y parecía que aquel día había carne. Concretamente albóndigas con salsa de tomate y una ración de arroz. La boca se le hizo agua con aquel delicioso olor, y en cuanto tuvo su parte se dirigió a una mesa y esperó impacientemente a que llegase su compañero. En cuanto el otro estuviese también sentado, comenzaría a comer con calma para disfrutar bien el sabor de aquella comida. No soportaba algunos de los platos que servían, con lo que cuando había carne, arroz o pasta procuraba disfrutar del sabor. De repente cayó en la cuenta de que no se había presentado.

- Oh, cierto, perdóname por mis modales. Mi nombre es Kai - dijo, tendiéndole la mano - Te diría mi apellido, pero no tengo. En todo caso en mi Orden solían conocerme como Puño Rojo, si te sirve.

Volvió a centrarse en su plato, y entonces se dio cuenta de que había algo que no le había preguntado y que le interesaba bastante. Volvió a mirarle, quitándose del mentón un grano de arroz que se le había quedado pegado por la salsa. Tras frotarse la zona con el dedo para limpiarla, le preguntó:

- Por cierto... ¿era eso de antes el haki del rey? - preguntó, en un tono serio y bajando la voz sin darse cuenta.


Recuerdos:

Raghorne worshipper
Rage for the Rage God, flames for his flaming throne


Ficha
Señor Nat
Señor Nat
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
https://www.onepiece-definitiverol.com/t22245-la-ventisca-del-su

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Vie 24 Abr 2015 - 0:36}

Escuchó con atención las palabras de su inesperado acompañante, y no pudo evitar entonar una leve carcajada mientras caminaba. Los puños tampoco parecían una buena opción... Si en la Marina en algún momento pudieron haberlo sido ya no, las cosas estaban cambiando desde el ascenso de Luchs a Almirante en Jefe y el ofrecimiento que, al parecer, se había hecho al único almirante fiel a la Marina, Minato Kazuo. Aquel hombre era famoso por su gran contraste, siendo un reputado asesino... Pacifista. "¡Bravo!", sonó en su cabeza mientras comparaba al Marine que lo acompañaba con un almirante. Seguramente las reflexiones a las que Akaikarasu llegó en su día eran las que comenzaban a nacer en la mente del Marine, aunque él no era capaz de comprenderlo. Él sólo quería del mundo algo mejor, pero no le importaba matar. "O asesino o monje, ambas cosas no se pueden ser".

Dejó la chaqueta en una silla. El aroma que impregnaba todo era mucho mejor que el hedor a ingle sudada que bañaba los vestuarios de los que venía, y le agradó en demasía. No se había sentido con hambre, pero tener la comida tan cerca realmente le abría el apetito. Mucha gente habría calificado aquel gesto de salvaje, una persona a la que, cerca de grandes cantidades de comida, se ve incapaz de controlar su impulso y acaba devorando cuanto puede, lo que no puede y parte de los tenedores por desgaste, pero Al no había tenido una vida fácil, y se sirvió una montaña de albóndigas sólo comparable a la cumbre de arroz que había servido. Ante las quejas de la encargada de cocinas tan sólo dejó una sonrisa galante y una disculpa, alegando que nació nuevemesino. Era increíble la incultura que podía llegar a haber por ahí, creyendo que aquella palabra era una enfermedad. Aunque también cabía la posibilidad de que lo hubieran visto como un loco. ¿A quién le importaba?

-Yo soy Al- respondió, dejando la bandeja en la mesa y estrechando la mano de Kai Puño Rojo-. Al Naion- deliciosa curiosidad, el Hielo Rojo había ido a dar con el Puño Rojo... ¿Cuántas probabilidades había de aquello? Jugaban en su contra, eso seguro-. Que aproveche.

Comenzó a devorar con ansia viva, limando ambas montañas a un ritmo tan veloz que cualquier otro cuerpo no habría soportado y... Y él mismo tampoco. Tardó trece segundos en atragantarse, por atoramiento de tres albóndigas simultáneamente, que por suerte no fueron un verdadero problema ya que llegó a escupirlas y, aunque toda la vida achacaría aquello a su habilidad con los malabares y no a la casualidad más bizarra de aquel día, acertó a un hombre cercano en ambos ojos y la boca abierta, formando una cara albondiguesca surcada de granos de acné. No pudo evitar reírse y soltar un chiste para relajar el ambiente.

-¿Tanta carne junta deja acné, verdad?- dijo, con una risa-. Disculpa, amigo- se acercó con un plato pequeño, una cuchara y una servilleta, e hizo palanca para retirar las bolas de carne, que cayeron sobre el plato-, Es que me he atragantado y si no apunto no doy escupido- lo limpió un poco con la servilleta, aunque entre la calva del hombre y el aceite de las grasientas esferas parecía el famoso ex-vicealmirante Garland Blain-. Creo que ya está limpio. A estas invita la casa.

Se retiró con una sonrisa, y kai lo esperaba con una pregunta bastante curiosa.

-¿Haki del Rey?- repitió, incrédulo-. Sí, bueno... A veces hay ironías en la vida. Nací entre la mierda y tengo una voluntad que desearía un emperador. ¿Curioso verdad?- no pudo evitar sonreír, evitando deliberadamente la inquina del calvo brillante-. Creo que le caigo mal a ese tipo.


¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 3cgcSCf
¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 5rJAbZo
Siempre en el corazón:
Waiting for next admiral:

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] WY68nw0
Rylanor
Vicealmirante
Rylanor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Dom 26 Abr 2015 - 20:28}

Enfrascado en su particular batalla con la comida, no se dio cuenta de que Al se había levantado hasta que alzó la cabeza para preguntarle por su haki. Lo vio sentándose, y tras él, un tipo con cara de estar bastante mosqueado y manchado de aceite. Kai los miró a ambos alternativamente, con una ceja arqueada. ¿Qué narices acababa de pasar? Bueno, seguro que nada malo. Siguió engullendo la comida con voracidad, mientras escuchaba al capitán. Así que Haki del Rey... desde luego era un hombre muy interesante. Bostezó y se recostó sobre la silla, feliz por la comida. No era la más sabrosa que hubiese probado, pero la carne era su debilidad, y más aun acompañada por arroz. Sonrió a Al con simpatía, y dijo:

- Eres buen tipo, Al - dijo, saltándose las formalidades sin darse cuenta - Perdona por lo de antes.

Cogió su vaso de agua y comenzó a bebérselo a grandes tragos. Sólo entonces se dio cuenta de lo sediento que estaba. Vació el vaso entero de una sentada, echando la cabeza para atrás, y cuando se volvió a poner recto, vio al tipo de antes al lado de su mesa. Tenía pinta de estar muy cabreado, y el aceite le resbalaba por la cara. Se fijó en que tenía chaqueta de sargento. Les miraba rechinando los dientes y con los puños apretados, pero como no decía nada, Kai decidió ignorarlo. Se puso a terminar lo que le quedaba en el plato, y entonces cayó en la cuenta de algo. Si Al era capitán, debía tener flota propia. Valía la pena preguntarle por el tema. Tragó lo que tenía en la boca, y dijo:

- Por cierto, Al...

De repente alguien le interrumpió. El tipo del aceite dio un puñetazo en la mesa, enfadado. Kai lo miró, más bien sorprendido que intimidado. De hecho no le intimidaba nada aquello. Simplemente se preguntaba cómo era tan estúpido como para hacer eso en la mesa donde se sentaba un capitán. Se giró hacia Al para comprobar su reacción, y al instante tuvo que contener una risa. Se había quitado la chaqueta. "Parece que no voy a ser el único que cometa ese error hoy. Creo que me voy a divertir bastante." Decidió no meterse en problemas con un superior y mantenerse al margen. A ver qué se le había ocurrido a aceitoso, y por qué narices pretendía molestar así al rubio. Porque era obvio que iba a por él, por cómo lo miraba con rabia. ¿Tendría que ver con cuando se había levantado antes?

- Mocoso, no sabes con quién te has metido - dijo a Al - No se de qué pueblucho habrás salido, pero ahora estás en la Marina, y aquí no toleramos los espectáculos de circo ni esa clase de conducta con un oficial. ¡Tras la comida vas a fregar todo el patio delantero hasta dejarlo impoluto! - dijo, alzando cada vez más el tono de voz.

Mientras el hombre hablaba, una sonrisilla fue dibujándose en el rostro de Kai. El chico trató de disimularla centrándose en comer. Sin embargo, cuando dijo lo de "conducta con un oficial", se le escapó una carcajada que tuvo que camuflar como una tos. Hasta ahí bien... pero al instante siguiente, comenzó a reírse a carcajada limpia, incapaz de contenerse al escuchar a don aceitoso darle órdenes a su superior. El tipo se giró hacia él y le preguntó qué le parecía tan gracioso. En lugar de contestarle, a Kai le dio la risa floja y fue incapaz de parar de reír. El tipo se puso colorado de rabia, y lo miró con una vena latiéndole en el cuello.

- ¡Me parece que tú también vas a acompañar a tu colega recluta!

Kai ya no pudo aguantarse y se desplomó sobre la mesa, llorando de la risa, para la frustración del sargento que seguía sin entender el chiste. Este comenzó a temblar de rabia, incapaz de hablar de la ira.


Recuerdos:

Raghorne worshipper
Rage for the Rage God, flames for his flaming throne


Ficha
Señor Nat
Señor Nat
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
https://www.onepiece-definitiverol.com/t22245-la-ventisca-del-su

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Lun 27 Abr 2015 - 2:03}

Al comenzó a comer con algo más de calma, tratando de dar veintiocho mordiscos a cada bocado antes de tragar, en un intento de no repetir el incidente que acababa de suceder con el sargento de en frente, que, por algún motivo, ya no estaba en frente. Lo llamaba Maniobra M4NV, aunque no respondía a nada en particular, simplemente a una medición musical de los tempos en el diente. Básicamente, era morder con tempo larguísimo y bastante parsimonia. Kai parecía bastante centrado también en su comida, aunque comía algo más deprisa si cabe, aunque no mucho más.

Su compañero debía estar pensando en algo, pues parecía algo distraído, y casi al momento el sargento al que había acertado con tres albóndigas, retirado con una cuchara, embadurnado en general con aceite y vilipendiado de formas que, la verdad, no eran muy honrosas, comenzó a echarle una bronca. La verdad era que tenía razón en casi todo, se había pasado y alguien tendría que arreglar el estropicio. Kai reía como un maníaco mientras el capitán recibía bronca de un suboficial. "Ay, bendita inocencia", pensaba mientras trataba de mantener la compostura, pero la risa es contagiosa y no pudo evitar soltar una pedorreta, lo cual pareció enfadarlo mucho, ya que ordenó que ambos "reclutas" limpiaran todo el patio delantero. Eso era mucho que limpiar, iba a necesitar algo especialmente grande para hacerlo de forma eficiente.

-Tiene razón, sargento. Disculpe mis modales. Es simplemente que lo confundí con mi amigo Jorge Bonilla, el de la cabeza como una bombilla, y me pareció bien gastarle una broma. Pero ahora voy a por un cepillo de dientes para limpiar todo el patio.

Caminó por los pasillos rápidamente y llegó hasta el vestuario. Trató de buscar por el suelo un cepillo usado, pero no había. Debería de conformarse con uno a estrenar. "¿Dónde dejé mi maleta?", se preguntó por un momento hasta que de la nada llegaron tres mujeres completamente desnudas. Una era rubia y alta, de cadera estrecha y pecho robusto, mientras que las otras dos eran morenas algo más bajas, pero superando con creces el metro setenta. También superaban la frecuencia de un ultrasonido al gritar la palabra pervertido, pero Al no se movió. Simplemente sonrió de forma gentil y habló.

-Señoritas- dijo, con calma-. No hace falta que griten. Mi nombre es Al Naion, Capitán de Kiritsu Ryodan y enviado de apoyo para el oficial al cargo. Si desean seguir gritando espero que estén dispuestas a que yo también me quite la ropa. Si no, ¿Me podrían decir cómo se va al vestuario de caballeros?

Por un segundo la tormenta amainó, y habría jurado que una de las mujeres sonrió con picardía, pero volvieron a gritar y lo echaron a bofetadas del vestuario. Curiosamente, la puerta del Masculino era la e inmediatamente en frente. "Bueno, no me puedo quejar. He visto seis por el precio de un cepillo de dientes", dijo su mente mirando el lado positivo del asunto, y entró al vestuario masculino, donde abrió su maleta y sacó un cepillo de dientes de dureza alta. Eso sería perfecto para barrer el campillo de arena del patio delantero.

Volvió a entrar en el vestuario femenino con una mano tapando los ojos y apuntó su número de den den mushi en un tejido carnoso y blando. No sabía lo que sería por los ojos vendados, pero a juzgar por el olor, la circunferencia, los poros excitados y, sobre todo, la palmada posterior en el trasero le hicieron pensar que había apuntado su número en una mujer. "Chachi".

-Aquí estoy, Sargento- dijo finalmente cuando estuvo de vuelta tras su aventurilla-. Tengo este maravilloso artilugio.

Sin dejar que respondiera cogió su chaqueta de oficial y se la puso a los hombros, tratando de adoptar una postura recta a la par que natural. En la espalda se podía ver claramente la palabra "capitán" y, obviamente, su cara ahora tenía un aspecto algo menos cómico, más cruel, aunque sin llegar a malvado.

-Jamás rehusaría acatar la orden directa de un oficial superior, sargento. Seguramente usted tampoco. Por favor, enséñeme cómo se deja impoluto el patio delantero con este pequeño instrumento- se lo dio, y el hombre tragó saliva con nerviosismo-. Le llevará tiempo, pero tendrá una precisión envidiable. No tiene por qué darme las gracias, al fin y al cabo es sólo una compensación por haberle acertado con tres albóndigas en la cara- se calló un momento, conteniendo la risa-, es lo mínimo que podía hacer. Así me demostrará lo que acaba de decir sobre... ¿Mala conducta ante un oficial?

Se quedó quieto, observando al incrédulo sargento, que aparentaba catatónico por tantas emociones juntas.

-¡Mira el lado positivo!- dijo, poniéndole una mano en el hombro y dando un par de palmaditas-. Al menos no te he dado un pincel.


¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 3cgcSCf
¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 5rJAbZo
Siempre en el corazón:
Waiting for next admiral:

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] WY68nw0
Rylanor
Vicealmirante
Rylanor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Mar 28 Abr 2015 - 0:24}

Logró al fin comenzar a controlar su risa, y comenzó a calmarse. Sin embargo, cuando escuchó lo de Jorge Bonilla comenzó a reírse de nuevo sin control. Siguió riéndose mientras Al se alejaba en busca de un cepillo de dientes, con el sargento echándole bronca. Se calmó de nuevo, y le pidió disculpas entre carcajadas. Se centró en acabar su plato de comida mientras intentaba pensar en otras cosas para no provocar aun más al oficial. Podía notar su mirada de rabia mientras evitaba mirarlo. ¿Qué tendría Al en mente? ¿Un cepillo? Tenía una sospecha, pero no tenía claro del todo si era lo que pensaba o algo peor incluso. El capitán se tomó su tiempo para volver, pero al final lo hizo, con el prometido cepillo. Nada más llegar y presentar la herramienta a don aceitoso, se puso su chaqueta de capitán. La cara de incredulidad del hombre le duró pocos instantes, pasando casi al momento a una de terror.

- Yo... yo no...

Entonces Al comenzó a darle instrucciones para que limpiase el patio con el cepillo. A Kai se le escapó una sonrisilla de nuevo, aunque por suerte parecía que el calvorota se había olvidado de él. Mejor. Esta vez no contuvo una sonora carcajada ante las últimas palabras del capitán, e incluso se tomó la licencia de intervenir al ver que el hombre miraba a Al como si no se acabase de creer lo que había dicho.

- Creo, sargento, que haría bien en obedecer las órdenes que se le han dado. Esa clase de comportamiento frente a superiores jerárquicos, más aun con tanta diferencia de rangos, podría acarrearle un consejo de guerra.

- ¡Por supuesto, señores! ¡Lo dejaré impoluto! - dijo, confundiendo a Kai con un oficial también - Disculpen mi ignorancia.

Con el cepillo en la mano, se dirigió corriendo al patio. Kai volvió a reírse, esta vez no tan exageradamente, y algunos marines que habían contemplado la escena comenzaron a reírse también. Siguieron al hombre, el cual estaba cabizbajo y resignado. Realmente Al había sido bueno. Otros oficiales lo hubiesen mandado al calabozo o le hubiesen impuesto castigos mucho peores. En el poco tiempo que llevaba en la Marina había escuchado algunas historias bastante poco agradables sobre oficiales con muy mal genio. Y estaba seguro de que el sargento era consciente de todo aquello, y de que había sido afortunado dentro de lo que cabía esperar. Tras hacer una parada para recoger un cubo, se pusieron a ver al tipo afanándose en limpiar el suelo con el cepillo.

- Hay que ver qué bríos se da, tendría que contratarlo para limpiar mi habitación - comentó Kai con cierta malevolencia.

Entonces recordó lo que había estado a punto de preguntarle a Al antes de la interrupción. Estaría muy bien saber si dirigía alguna flota, y si podía lograr que lo destinasen a ella. Si tuviese que elegir a un capitán, difícilmente tendría más suerte que con él. Un hombre simpático y comprensivo hasta cierto punto. Por no hablar de que era claramente poderoso.

- Cierto... antes de que nos interrumpieran quería preguntarte si diriges alguna flota. Acabamos de conocernos, pero lo poco que he visto de ti me ha gustado. De ser posible, pediré que me destinen a esta. Te prefiero mil veces a ti de capitán que a algún hombrecillo del tres al cuarto con demasiado ego... - dirigió una elocuente mirada hacia el sargento.


Recuerdos:

Raghorne worshipper
Rage for the Rage God, flames for his flaming throne


Ficha
Señor Nat
Señor Nat
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
https://www.onepiece-definitiverol.com/t22245-la-ventisca-del-su

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Vie 1 Mayo 2015 - 11:03}

La cara que poco a poco el Sargento iba adoptando hacía que Al se sintiera un poco cruel, pero le encantaba. En la vida había que saber tomar las cosas con humor, e imponerse tan sólo cuando era necesario. La gente que se tomaba tan a pecho las bromas o los accidentes no eran buenos líderes, ya que en los momentos de mayor tensión podían abandonar a su gente por un mosqueo repentino, o perder los nervios y condenar a todos sus subalternos. La verdad, pensar que un carácter tan pasional era una ventaja era como llamar habilidad a la pereza innata de Al. La pereza era un defecto, la virtud era su capacidad para escaquearse. "¿Te das cuenta de todo lo que divagas sólo por un mindundi?", preguntó su mente por un momento, y Al volvió al mundo real.

El hombre salió disparado hacia el patio, provocando las risas de todo el mundo. Parecía como si fuera impopular, y eso que había demostrado una simpatía y un carisma innatos. "Debería ir a ver eso", dijo para sí mientras se ajustaba la chaqueta y seguía a Kai, que le llevaba algo de delantera. El recluta parecía bastante interesado en observar la humillación de aquel hombre, y la verdad, lo veía perfecta y absolutamente normal. La verdad es que él también tenía ganas de observar qué tan bien limpiaba el gran Sargento. Los cuarteles de la Marina, si por algo se caracterizaban, era por la disciplina recta que aplicaban. De ahí salían luego los mejores bedeles del mundo, y algún que otro soldado con más de un porcentaje ínfimo de probabilidades de supervivencia. Y luego estaba él, que no sabía hacer una cama en condiciones pero podía saltar sobre un sólo codo sin caerse.

Casi tuvo que correr para observar el inicio de la escena: Una rodilla en el suelo, un pie adelantado y un cepillo de dientes que barría la arena depositada sobre el suelo pavimentado. Había decidido comenzar por la sección de la entrada, una mala opción a su parecer, ya que gran parte del patio estaba llena de sedimento y la única salida que podía dársele era a través de la puerta principal. Sin embargo había que reconocer que tenía un ritmo bastante bueno, y limpió media entrada en tan sólo siete minutos y trece segundos. Muy pronto seguro que lograría superar esa marca si practicaba cada día.

Al estaba admirado, y al parecer Kai estaba tanto o más maravillado que él. O eso pareció por su comentario, que le sacó una sonrisa. "Desde luego tiene una técnica interesante. Eso hay que admitirlo", pensó, asintiendo con cierta afabilidad. La verdad es que, pese al temperamento del recluta, parecía un buen muchacho. Y si llevaba toda la vida en una isla rodeado de monjes y prácticas de artes marciales tal vez fuera una gran opción para su brigada. O compañero de fiestas o alguien que ayudara a Arthur con los papeleos. "A cada opción mejor", rió para sí.

-Oye Kai...

Calló de inmediato al escuchar cómo su compañero comenzaba a hablar. "Antes de que nos interrumpieran dice", pensó mirando al oficial de limpiezas, y terminó de escuchar lo que el chico tenía que decir. ¿Le estaba diciendo que trataría de unirse a Kiritsu? Vaya, no era una sorpresa debido a su nivel de carisma, que estaba por las nubes, pero tampoco era algo tan esperado debido a que le había sacado la cabeza del sitio nada más conocerse. Tampoco era algo tan grave, pero se hacía ligeramente extraño que se ofrecieran en lugar de tener que ir pidiéndolo por ahí. Se sentía casi como un testigo de Jehová, siempre de puerta en puerta preguntando si alguien quería ser parte de su flota. Había un barrio en Baterilla donde si lo veían cerraban las ventanas y puertas a cal y canto. En fin, tendría que responder algo, preferiblemente algo coherente.

-Bueno, siempre puedo darte una recomendación, o hacerme cargo de ti. En unos días tendré que ir a Marineford, y es bastante sonado entre los oficiales que he rechazado ya tres veces el puesto de comodoro, y aunque no te lo creas, hay gente que hasta me respeta en este mundillo. Yo tampoco lo entiendo- rió, estirándose con pereza-, pero así es. No creo que me digan que no por llevarme a un supuesto traidor, ¿No? Les quito un problema.

Se llevó la mano a la nariz, palpándose el tabique con el dedo con una muy coco disimulada sonrisa en el rostro, para que entendiera que no iba a malas. No le apetecía que lo atacara de nuevo.

-En fin, ¿Le digo ya que pare? Casi me da pena.


¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 3cgcSCf
¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 5rJAbZo
Siempre en el corazón:
Waiting for next admiral:

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] WY68nw0
Rylanor
Vicealmirante
Rylanor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Mar 5 Mayo 2015 - 17:56}

El marine bostezó. Comenzaba a aburrirle mirar a aquel tipo limpiar. Al principio había sido divertido, e incluso edificante ver a alguien tan aplicado en una tarea semejante, pero ahora sólo le apetecía volver a sus entrenamientos. Pero Al tenía buenas noticias para él. Rió con ganas ante la broma que le hizo, y esbozó una amplia sonrisa. Al fin una flota... eso sería justo lo que necesitaba para que sus problemas se acabaran. Estando bajo el mando de un capitán como Al podría probar su lealtad como marine y acallar los rumores sobre él. Su gesto se volvió un poco malicioso cuando le preguntó acerca de si mandar al hombre a seguir trabajando, y dijo:

- Tal vez convendría dejarlo aquí para que le quede clara la lección... - dijo, dejando la idea en el aire unos instantes. Tras los segundos de tensión de rigor, dijo - Pero no hay por qué ser malos. Yo diría que lo sueltes ya.

Tras eso, se giró a Al y se cuadró, llevándose la mano a la frente y golpeando sonoramente el suelo con el tacón. A pesar de la formalidad del gesto, había un gesto entre divertido y burlón en su rostro:

- Será un honor servir a vuestras órdenes, capitán.

Se preguntó que opinaría Karl o qué habría hecho en su situación. "Él nunca tuvo estos problemas. Siempre fue el gran héroe de la Marina, el líder de la Brigada Disciplinaria." Pero, ¿y si hubiese estado bajo sospecha? ¿Hubiese creado igual la Brigada, o se hubiese unido a otra para demostrar su lealtad como él? Sabía que su senpai era un hombre práctico y de recursos, pero también cabezota. "Seguramente, lo que más le conviniese para sus planes. Al fin y al cabo, se ve que nunca fue su intención permanecer como marine para siempre." En su caso, no estaba en su situación.

- ¿Y cuál es la flota que diriges, Al? - preguntó, tras darse cuenta de que aun no le había contestado a aquello en concreto.


Recuerdos:

Raghorne worshipper
Rage for the Rage God, flames for his flaming throne


Ficha
Señor Nat
Señor Nat
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
https://www.onepiece-definitiverol.com/t22245-la-ventisca-del-su

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {Sáb 9 Mayo 2015 - 22:14}

"¿La Flota que dirijo?". En la mente del capitán la pregunta sonó estúpida. ¿Cómo podía no conocer a Kiritsu ryodan? La Brigada de médicos y espías que surcaba los mares haciendo... Nada. Eran famosos por no hacer nada, salvo, en ciertas ocasiones, vaciar reservas de alcohol de alguna taberna para beber o, en ocasiones, desinfectar heridas. Normalmente heridas provocadas por los altercados durante sus juergas. A veces incluso ejercían de autoridad, con cómico resultado. Bueno, a él resultaba gracioso. Un par de muertos y tres o cuatro mutilados no era demasiado. "Al, eso es la obra de teatro que estás ensayando", dijo su mente. Ciertamente la brigada no hacía nada, pero tampoco era violenta. No era raro ver a todos juntos tumbados en un sofá durante horas, haciendo pelea de galones y méritos para ver quién se levantaba a por las bebidas. Desgraciadamente, el martillo de Arthur debía valer más que sus medallas al mérito y le tocaba a él siempre. "Maldito enano".

-Soy el oficial al cargo de Kiritsu Ryodan. Probablemente hayas oído hablar de Arthur Silverwing. Efectivamente, ser de Kiritsu te da acceso a la mejor asistenta personal con virilidad de todo Grand Line- dijo aquellas palabras sin tener muy claro que Kai las entendiera, pero ante el apellido Silverwing la gente solía asentir fingiendo conocimiento de ella-. Tenemos, también, a la persona más dulce de toda la Marina, y a Kyle- obviamente conocería a Kyle. La historia de encontrar una Saijo O Wazamono en un cuarto de baño había recorrido el mundo.

Miró una vez más al hombre que limpiaba, y se acercó a él. Con mucho esmero estaba limpiando, pero tenía un pequeño cepillo de escoba. ¿Estaba desacatando órdenes de un oficial superior? Por un momento se planteó el método Kai de solución de problemas, también conocido como "atizar un puñetazo en la nuca", pero después cayó en cuenta de que era normal. Él habría tratado de hacer lo mismo. Se mantendría en su posición, pero le daría un escarmiento.

-Sargento, ¿Se puede saber por qué me engaña?- dijo, con una voz tan neutra que se sintió Caspio por un momento-. Deje ahora mismo los cepillos y vaya a su dormitorio. Hablaré con el oficial al mando para que le dé un escarmiento.

Se quedó mirando al Marine, y cómo se iba asustado. Por suerte para él no diría nada, pero con suerte pasaría una maravillosa noche en vela y un par de días con miedo. Disfrutó, y mentiría si dijese que no, con la retirada miedosa de aquel hombre. Casi no pudo aguantar la risa, pero lo hizo. Y entonces, una voz sonó tras él.

-¿Vicealmirante?- por instinto giró la cabeza. ¿Dónde estaba un oficial de tanto grado?-. Ah, es usted. Me hizo dudar por esa chaqueta de capitán. ¿Le parece bonito ir pintando pechos en los vestuarios?

Fijándose un poco, pudo ver marcas de rotulador en el escote de aquella mujer, morena y de cara sonriente. ¿En serio? Dios, qué vergüenza. A una recluta vale, pero a una oficial... ¿Qué demonios?

-Hay que saber reconocer el arte, aun si se encuentra en un vertedero- Ya se acordaba. Era vicealmirante desde su regreso de Sakura... Malditos problemas de memoria-. Disculpe no haberme presentado antes, me he entretenido con su recluta modelo. ¿Le importa si me lo quedo... esto...- miró la chaqueta, tratando de ver el rango-, comodora?

-Contraalmirante. Y tal vez en breves compañera de rango, tengo que pasar por Marineford y estoy pendiente de un par de misiones... Pero le han enviado como apoyo y para impartir disciplina, ¿Verdad? Más que soldados parece que hay borregos y mulas.

¿Disciplina? ¿A Al? Debía de haber un error. "En fin...".

-Bueno, vale. ¿Por dónde empezamos?

-Tal vez quiera limpiarme los pechos y pedirme disculpas.

-Bueno, Kai. ¿Cuándo decías que nos marchábamos?

Al:


¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 3cgcSCf
¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] 5rJAbZo
Siempre en el corazón:
Waiting for next admiral:

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] WY68nw0
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] Empty Re: ¡Los masajes no son gratis! [Al y Kai] {}

Volver arriba
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.