La bruja vs el chico del pene de oro

Límite de tiempo: Sin fecha límite ni saltos de turno.

Escenario: Nanami. Están rodeados en un pequeño claro, con un gran árbol en el centro y un rió cerca.

Condiciones:

• Si yo pierdo, cuidaré a uno de los bebés de Gusi. Como ya lo dije, no me hago cargo de transformarlo en un muerto viviente.
  
• Si gano, quiero que todo el mundo sepa que he ganado. Así, sin más.
  
• El terreno a luchar debe ser justo para ambos, así que lucharemos en el cráter de un volcán. Aunque pensándolo bien, sería mucho más justo si peleamos en el bosque, al lado de un río o lago; quiero que sea un lugar bonito, donde si uno de los dos muere pueda descansar en paz y llevarle flores.
  
• Para que ambos recibamos experiencia, será con daños on-rol. No me gustaría que me amputen un brazo o ambas piernas, pero son riesgos que se deben tomar para conseguir el éxito.
  
• Finalmente, queda en mútuo acuerdo que, independiente de quien gane, Ragher pagará las cervezas.
  

Katharina: 1 Gusi: 2

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-¡JODER!¿¡QUIERES CALLARTE DE UNA P* VEZ?!- grité desesperado a Dick, el cual acababa de ver un musical y no paraba de cantar una estúpida canción, una y otra vez. Aunque hay que reconocer que cantaba bien y era el único momento que no tenía la voz aguda.



Por suerte, al aumentar el vuelo, deje de escucharle por unos minutos, mientras él se balanceaba de un lado a otro en mi entrepierna (gritando/cantando). Por desgracia el viaje fue más cortó de lo esperado y llegamos en un suspiró, observando bajo mis pies un enorme árbol, un río y una personita cerca de este. Decidí dar una buena entrada, como era típico en mí y deje de usar mis poderes de levitación para precipitarme contra el enorme árbol.

Mi intención en los primeros giros y volteretas en las ramas era la correcta, pero dado que no estaba acostumbrado al peso y a la longitud de Dick, este acabó enroscándose en una rama, haciendo que perdiera el equilibrio y que me precipitará árbol abajo en una sucesión de porrazos, mamporros, golpes, ...etc. Aterricé sentado a los pies del árbol y con el cuerpo lleno de rasguños, mientras la voz de Dick no paraba de reírse y mencionar lo inútil que era. Haciendo que lo golpeará varías veces hasta dejarlo enterrado en el suelo.

Cuando alcé la vista me encontré, frente a mí, a la personita que había visto desde la lejanía, una chica tan preciosa y adorable que hacía que Dick asomará la cabeza desde el agujero. -¡GUSI MARICA!¡QUIERO UN MOSTACHO Y UN SOMBRERO DE BOMBÍN PARA PENES!

-Oh, dios. ¡Si así consigo que te calles por todo el día, te lo compraré!- y por extraño que parezca se calló. Me puse de pie, haciendo que Dick encogiera y volviera al interior de mis pantalones, mientras me quitaba las hojas y las ramas que había enganchada por mí cuerpo.-Bien, por fin algo de paz. Tú debes de ser Kat, encantado. Mi nombre es Gusi, Comandante de la Marina y Vice-capitán de los Crimson Wolves. Ya sabes a que he venido.- me coloqué el escudo estelar en posición de defensa y activé mi haki de observación. -Demuéstrame de lo que eres capaz, Cabo.

-¡BIEN DICHO!-gritó Dick.-¡ENSEÑALE QUIEN MANDA,OSEA YO!

Cosas usadas:

“Uoh”, me sorprendieron los buenos modales de esa chica, haciendo que me ilusionará por descubrir de lo que era capaz. Agarré con fuerza mi escudo y esperé con firmeza el ataque de aquella preciosa marine, observando (con sorpresa) como de su guadaña empezaba a salir una niebla negra tan espesa que inundó todo el lugar en la más profunda oscuridad. Por suerte, podía sentir el lugar exacto en el que se encontraba gracias a mi haki de observación, pero por el contrarío no podía ver nada.

-¡Ahora ya sabes lo que se siente en el interior de una vagina!- dijo Dick desde el interior de mis pantalones. -¡Es tan siniestro...!- y sentí lo que parecía ser una especie de escalofrío por parte de aquel cacho de carne/oro.

-¡Dick!¡Callate!- dije furioso, por despistarme en medio del combate. Nada más regañar al chillón de entre mis piernas, una fuerza extraña me hizo sujetar con más fuerza mi escudo, como si intentarán arrancármelo de las manos. No terminaba de entender que pasaba, cuando mis pies se separaron del suelo, haciendo que mi cuerpo volara por el aire, sin ningún control mío como era lo normal. ¿Aquella chiquilla me habría golpeado? No podía ser, aun se encontraba en el mismo lugar que al principio, o eso creía ya que no podía verla.

Después de aquello todo fue muy confuso. En apenas unos segundos, empecé a notar como el aire de mi alrededor empezaba a calentarse, haciendo que mí sexto sentido se activara, recubriendo todo mi cuerpo con la armadura. Después, todo a mi alrededor explotó y mi cuerpo salió disparado contra el suelo (como no veo donde estoy digo suelo, pero me precipito contra el lago) En ese momento, mi cuerpo desapareció, para aparecer rozando la superficie del agua, la cual estalló en un potente honda provocada por la inercia de mi poder de levitar en un intentó en vano de no reventarse contra el suelo. Vamos, un espectáculo pirotécnico para todo aquel que lo viera.

Me quede levitando a escasos centímetros del agua, como si andará sobre ella(si no hago el tonto reviento), mientras las gotas de agua golpeaban mi armadura, en un sonoro tintineo acompañado por el balanceó de Dick dentro de la armadura, y una nube amarillenta y naranja desaparecía sobre mi cabeza (la explosión del Meteoro I). En ese momento, un desagradable dolor recorría mi brazo y pierna izquierda, además de parte de mi torso y cuello, con un agradable aroma a pollo frío. Parecía que la armadura no me había protegido por completo de aquel inesperado ataque, haciendo que una sonrisa se dibujará en mi rostro. No estaba nada mal para un cabo con tan poca experiencia.

Desactivé mi armadura, para observar mi ropa y piel chamuscada, la cual olía realmente bien. Golpeé sutilmente con mis guantes (en color azul) sobre las heridas, para crear una pequeña escarcha y aliviar el dolor. -¡No ha estado nada mal!- grité mirando en una dirección errónea a la que se encontraba Kat, para qué pensará que no sabía dónde estaba. Lancé con todas mis fuerzas el escudo en la dirección que estaba mirando, con el sutil giro de muñeca, para que se desviara en el último momento a la posición original de Kat.

Pero no penséis que ese era el ataque principal, el cual definiría como improvisado (como todo lo que hago). Levité a toda velocidad hacía Kat, concretamente a 100 km/h (27,8 m/s), formando un preciosa honda de anime en la superficie del río. Aun podía sentir sus pensamientos, por lo que no fue difícil llegar a su posición, mientras en mis manos generaba unas preciosas dagas láser. Me quedé parado a escasos centímetros de ella y , bueno creo que esto nadie se lo esperaba, brille. Brille tan fuerte y potente, que hasta el mismo Kizaru tendría envidia. Si todo salía bien, solo tenía que lanzarle las dagas para que se quedara paralizada por la electricidad y recibiría el impacto del escudo.

Cosas usadas:

De mis manos deslizaron aquellas dagas, que volaron por el cielo, para acabar impactándose en el duro suelo, provocando pequeñas explosiones. Cuando quise darme cuenta, Kat se había desplazado a una distancia más alejada de mí. Lo cual me hizo sonreír de nuevo al ver la rapidez de esa chica.

No me terminaba de gustar la gente que huía en medio de un combate, pero sin duda era lo mejor en muchas situaciones y no se lo iba a reprochar. En ese momento, escuche que decía unas palabras algo incoherentes para mí. A lo que, como era de esperar, Dick volvió a salir de entre mis pantalones, gritando:

-¡¡Oh, GRAN DICK!!¡¡YO TE INVOCÓ!!- era un gilipollas.

-¡¡Te quieres callar!!- dije metiéndomelo de nuevo en los pantalones, mientras él no paraba de reír.

En ese momento, sentí una nueva presencia en el lugar. ¿Quién era? O más bien ¿Qué era? Aquella cosa parecía ser enorme, además de no parar de pensar en comer cosas calientes. Realmente no sabía ni que pensar ante aquella situación. En ese momento, noté como el cuerpo de Kat daba tumbos por el lugar, sintiendo su furia y dolor con mi haki de observación. El cual empezaba a hacer estragos en mi cuerpo, pues de tenerlo todo el rato activado estaba empezando a cansarme.

-Lo primero será acabar con la enorme bestia que tengo enfrente.-dije con voz de héroe.

-¿Me llamabas?- dijo Dick.

-¡¡No!!¡Cállate ya!! Estoy en medio de una pose molona y me vas a joder el plano.- dije reactivando mi armadura, cubriéndome todo el cuerpo, a la vez que sentía una extraña fuerza moverme hacía la bestia (sin yo influir en ello). Todo aquello me facilitaba las cosas, cuanto más velocidad llevara, mayor impactó se llevaría aquel ser. Por desgracia, otra explosión inesperada apareció a mis espaldas, haciendo que me teletransportará al pecho de Daemercer, el cual me agarró y me golpeó como si de un muñeco de trapo se tratara.



Por suerte, cuando aquel ser dejo de golpearme contra el suelo, tuve una oportunidad. Golpeé su cara con un fuerte gancho desde abajo, reventando su cráneo en mil pedazos. Su cuerpo se fue desplomando poco a poco y con ayuda de mi poder conseguí sobrevolar por encima de su hombro para lanzarlo con todas mis ganas contra Kat. Nada más lanzar a la bestia, un fuerte pinchazo me hizo llevarme la mano al costado, dándome a entender que tenía un par de costillas rotas y algún diente de menos. Levité detrás de la bestia, para ocultarme ante los ojos de Kat, la cual aun no sabía si tenía haki de observación, y aprovecharía la situación para ir a atacarla si esquivaba la trayectoria de su mascota. Solo tenía que seguir su trayectoria y estaría en desventaja ante mis puños, los cuales irían cargados con una pequeña carga eléctrica para paralizarla.

Cosas usadas:

Por el momento todo transcurría con normalidad. Aquella enorme bestia sobrevolaba el horizonte, mientras yo me ocultaba tras él. ¿Qué podía salir mal? La verdad que nada, excepto que aquel estúpido bicho se arrancará la cabeza y se estrellará contra el suelo, haciendo que inevitablemente mi cara se introdujera en un desagradable agujero que llamaremos "culo". Mi naturaleza esperaba un comentario sarcástico de Dick, pero parecía que el pequeñajo estaba ocupado en otras cosas. Y entonces, en ese preciso momento, me percaté de que Kat se había desplazado de lugar, a la vez que sentía como la consciencia de la bestia volvía a la vida y se ponía de pie poco a poco.

Todo empezaba al volverse otra vez extraño, pero no era tan raro, a fin de cuentas todo el combate estaba siendo raro. Antes de que pudiera darme cuenta de que Kat había lanzado mi escudo, algo que esperaba que recuperara despues del combate, la enorme bestia se volteo con fiereza en un intento de golpearme con el antebrazo. Por suerte, lo esquive con facilidad con el simple hecho de flexionar mis rodillas y dejar que aquellos enormes brazos flameantes pasaran por encima de mí. Todo parecía fácil y controlado, a excepción de un extraño arma que se precipitaba contra mí.

A penas tenía unos segundos de maniobra, y dada la posición en la que me encontraba me era imposible esquivar el tajo, pero por suerte o más bien por desgracia, Dick salió en mi ayuda. Algo que creo que ni yo, ni nadie sensato, pensaría que ocurriría. Parecía que inconscientemente no solo podía levitar mi cuerpo, sino cualquier parte de este, así pues mí querido amigo Dick se colocó en pose vertical y estiró todo lo que pudo. Pasando a escasos centímetros de mi cuello y bloqueando la guadaña con un sonoro "CLOM".

-¡YA HA LLEGADO TU HEROE!¡COME-CACAS!- dijo de forma extraña, como si hablara con los dientes apretados. ¿Estaría mordiendo la guadaña? Espera, ¿Dick tiene dientes?

En ese momento, sentí aquella extraña sensación, en la cual el aire empezaba a calentarse a mí alrededor. Por suerte, ya me había acostumbrado a ese ataque, el cual era predecible saber cuándo lo utilizaba, hasta el punto de darme tiempo a recubrir todo el impactó con haki de armadura (endurecimiento). Lo único malo, que mi cuerpo salió disparado, pero al menos aquella explosión también hirió a la bestia que se encontraba a escasos centímetros, o eso creía.

-AAAAHHHH...!!!!- gritaba en el suelo, mientras una nube grisácea salía de mi rostro, el cual me tapaba con las manos. Como era de esperar, no me había hecho nada gracias a mi haki de armadura, pero me encantaba hacer el tonto.

Cuando me quité las manos de la cara, pude ver que la negrura había desaparecido por completo, haciendo que me pusiera en pie y mirara a Kat, con mi mirada más seductora (conocida mundialmente como la moja-bragas).- No ha estado mal.- dije con mi voz seductora.- Ahora vamos a ver lo rápida que eres.- dije con una sonrisa en el rostro, mientras me inclinaba para impulsarme de nuevo a 100 km/h, pero esta vez sin parar. Quería placarla y poner fin a este combate, con un bonito abrazo romántico.

Mientras me desplazo a gran velocidad, chocó mi dos guantes (uno en rojo y otro en azul) para ir creando una niebla blanca que inunda todo el lugar. Si veo que no consigó alcanzarte, acabaré por intentar tirarte las dagas laser y con suerte si te impactó paralizarte por unos segundos. Si veo que no soy capaz de darte intentaría introducirte en el interior de la niebla para que tuvieras desventaja.

Cosas usadas:

Aun no podía creer lo difícil que me estaba costando alcanzar a aquella marine. Después de rodear su cuerpo con un aura azulada, mis ganas de perseguirla se disiparon. Me quedé parado, con los dos puños juntos y aumentando la densidad de la niebla. Ocultándome en ella, mientras mi haki observaba la posición de Kat (la cual se desplazaba a toda ostia) Por unos segundos, noté como su dirección cambio directa hacía mí. No podía creerlo, iba directa a la boca del lobo.

A pesar de estar oculto en la niebla, la cual no se había esparcido por completo, haciendo que aun se pudiera apreciar mi silueta, activé una habilidad que hasta el momento no había utilizado en mi vida. Con mi mente, creé una barrera invisible e inapreciable ante alguien si haki, haciendo que si Kat seguía su trayectoria a esa velocidad acabaría reventándose contra un muro impenetrable.

En ese momento, noté un escozor en mi cuello y al llevarme la mano, mis dedos se mancharon con un hilo de sangre. Haciéndome reír al comprobar que Dick no había parado por completo el ataque de la guadaña. Pero lo que no me esperaba fue que mi pierna empezó a temblar, haciendo que perdiera el equilibrio y me precipitará contra el suelo. Por suerte, usando mi akuma evite desplomarme contra este, poniéndome firme en el aire. Un fuerte dolor me hizo apretar los dientes con rabia, al darme cuenta que aquel ser de fuego me había hecho más daño del esperado.

-¡Kat, como superior tuyo! Pongo fin a este combate.- mi voz parecía molesta.- Me has demostrado que a pesar de ser una simple Cabo, tienes unas habilidades dignas de un superior. Informaré a la marina, de tus cualidades.- la sonreí.

¿Me había rendido? Eso parecía, pero por el momento no sabía cómo ganar a mi compañera sin acabar con su vida. Había entrenado toda mi vida para acabar con los enemigos, no contra una nakama.-Por cierto, ¡recupera mi maldito escudo!- dije con rabia al imaginar a un montón de pirañas devorándolo.

Cosas nazis: