El abrazo del destino. La nueva era ha comenzado.

Había llegado a la ciudad justo a tiempo, ya que el bosque había comenzado a prenderse fuego también, debido al Halo aquel del cual yo no tenía ni idea. Muchas peleas había al parecer. Podía ver a un Shichibukai, posiblemente expulsado, luchando contra un Almirante, y a otro Vice-Almirante contra un Almirante, cosas raras. Después de todo lo que había echo ese día, nada podía parecerme raro ya. Sin embargo, y cuando ya pensaba que era momento de irme, porque creía que no tenía más trabajo que hacer, el Comandante Azumi Kento apareció, por lo que mi orgullo me impidió escapar de tal caos. Cientos de revolucionarios comenzaron a seguir al famoso Comandante, yo incluido. Uno de mis grandes sueños, y la razón por la que me uní a la Armada Revolucionaria era básicamente para cumplir uno de mis objetivos, y el de todo miembro de la Revolución: Derrocar al Gobierno Mundial. Claramente no me podía quedar de brazos cruzados, y a partir de ahí decidí arriesgar el todo por el todo por el bien de la Armada.

La situación estaba cada vez más caótica, y a pesar de haber detenido la convocatoria de la Bushter-Call del almirante que acababa de matar, el otro almirante la había convocado también. No había mucho más que poder hacer en ese caso, la isla estaba condenada.

Corrí veloz por el lugar sin detenerme, observando con detenimiento todo a mi alrededor, y contemplando solo caos. Por el camino pude identificar caras que me eran conocidas, pero ninguna demasiado conocida como para pararme con él... sin embargo, algo me hizo detenerme, un humano especial, si es que aún podía considerarse un humano al 100%.  
- Jack... - Dije en voz baja al verle de nuevo.

Miré a mi a mi alrededor sin terminar de creerlo... ¿Estaría él aquí? Seguro que si, él se apuntaría a esta fiesta, y no podía permitir que muriese aquí en esta guerra, pero entre tanto bullicio, me sería muy complicado encontrarle, necesitaba la ayuda de alguien, y algo me decía que estaba claro quién sería ese alguien.

En ese instante, pude ver a un chico rubio frente a Dragon, con cara decidida en su combate contra Dragon, pero era evidente que no tendría ninguna oportunidad. Y menos al ver que ataque iba a hacer Dragon en ese momento, estaba apunto de soltar su famoso aliento de dragón sobre ese novato de la nueva era que nacía en estos días.

Rápido desenvainé mis katanas lanzando varias ondas cortantes imbuidas en haki armadura, y al tiempo que lanzaba las llamas Jack, chocaban con las llamas  desviándolas a otro lado[A.F-Haki]. No sabía como iba a reaccionar el cyborg, pero me acerqué sonriente a él recordando entonces que seguía con ese disfraz de vice-almirante.
- Jack Dragon... mucho tiempo sin vernos amigo... estoy seguro de que me recuerdas aún con estas pintas- Miré al rubio y suspirando volví la mirada al shichibukai. - ¿Por qué no dejas que se marche? Es aún joven, eso es evidente... ¿Acaso nosotros no eramos igual de lanzados Dragon?... ¿No recuerdas esas batallitas?... Lo Héroes Bravos... que tiempos...

Tosí levemente para volver a sonreír mirando a Dragon.
- Dragon, hemos compartido muchas aventuras juntas, incluso hemos combatido codo con codo... y tenemos una persona importante en común... Mihasy... ¿Sabes si vino? Estoy seguro de que él se apuntaría a una guerra como esta de cabeza jajajaja - Miré para bajo y suspiré nuevamente- Dragon... aún no puedo hacerle frente, y menos protegerle... te pido que dejes a este joven y vayas a por nuestro amigo y camarada... Mihasy... cuida que no muera aquí ¿Vale?

Tras curarme mi compañero se presentó, que menos que darle las gracias y decirle mi nombre. “Encantado, yo me llamo Starus. Muchas gracias por todo, te debo una muy gorda”. Tras eso vi como Takeshi-sama se iba, dejándome en manos a mi ángel salvador. Takeshi Yamamoto era un poderoso hombre de guerra, pero nosotros solo éramos hombre. Yo solo era un chaval de dieciocho años, cualquiera de los que estaban en la plaza me pisotearía hasta que no me pudiera reconocer ni mi abuelo. Tenía que quedarme allí, para no…espera ¿y la espada? No estaba a mi estada. Me levanté rapidísimo, sentí como la herida me decía que no hiciera eso, miré a todos lados y menos mal que la vi. Estaba a unos 5 metros, debajo de un arbusto, con el mango un poco desenvuelto. La cogí y la tapé antes de que nadie la viera. Cualquier espadachín que supiera que un mierdecilla como yo tenía este tesoro me la arrancaría sin piedad.

Me senté bajo un árbol, con la pesada espada en mi regazo. Respiré de alivio, estaba tranquilo, incluso ahora la herida me dolía menos. Me volví a levantar despacio, me volví a colgar la espada que cruzaba mi espalda envuelta en su pañuelo blanco. Alcé mi vista entre los arbustos que nos rodaban y vi un pelo que me resultaba familiar. “Sígueme, en silencio y agachado. No sabemos quién más puede estar por aquí” le dije a Sinclaire y avancé a hurtadillas por el bosque. Entonces llegue a ponerme cerca de un chico de pelo marrón, era el que acompañaba a Takeshi. Perece que él tampoco quería más guerra.

-Ey- intenté llamar su atención, pero no fue suficiente. No me acordaba muy bien de su nombre- Fukanara, somos compañeros. Tenemos que irnos, no tenemos nada que hacer aquí.

Cuando empezó a caminar, recordó las burlas que le habia echo Crimson antes cuando lo trataba, estaba realmente mal y el no se sentia comodo dejandolo marchar sin su vigilancia.

-- Puta mariconeria... -Se dió la vuelta y comenzó a perseguir al pelo pincho´con su Kamisori-

Llegó hasta el puerto y vio un barco totalmente Rosa

-- Vale, creo que este es el del Crimson, la verdad es que tiene estilo...

Se podia ver varios buques de guerra disparando a lso barcos del muelle, entre ellos estaba el bbarco rosa, Deadpool se presipitó hacoa el barco con la intación de proteger a Crimson, este usó su mantra para saber la dirección de los proyectiles e inbuyendo 3 de sus dagas en Haki armadura volviendolas totalmente en un negro brillante y lanzandolas a 3 de los proyectiles que iban al barco, estos explotaron antes de llegar al barco.

Deadpool se encontraba en el barco, y pudo ver a Crimson y a alguien mas que desconocia a su lado.

--Joder, que barco mas bonito te as pillado... me tienes que decir donde puedo conseguir uno de los Jhonas Brothers- Se comenzó a reir mientras se ahcercaba a Crimson- Tengo que asegurarme que no mueras marica, no quiero tener que buscarme a otro compañero de copas, recuerda que Uracha es algo soso y no tiene nuestro humor...

Dio una palmada a su brazo ya cosido de Crimson y sacó sus Katanas preparandose para lo que surgiera

-Seguramente todos ellos esten bien no te preocupes jaja, aunque viendo lo que Hizo Abyss no creo que se encuentre en plena forma... Y vamos al barco por Orden de la pelirroja, tambien estaba bastante preocupado por tí a si que vamos, aumentare el ritmo.

Continue corriendo, gracias a mi técnica del Sound, lo más rápido que pude durante todo momento, teníamos que llegar al barco lo antes posible para que así pudiese atender cuanto antes y mejor al Pobre capitan y también a Abyss que seguramente también recibiera heridas de la misma embergadura. Crim entonces comenzo a contarme lo que realmente había pasado y como se había enfrentado al Vicealmirante Karl por haber matado a la Yonkou Katrina Bellatona. Realmente una historia de locos de total y entonces ya comprendí como podía haber quedado hecho tan mierda como había quedado y es que era más que Normal. El viaje al Barco se me estaba haciendo bastante más largo de lo que era realmente pero finalmente con seguimos llegar, no sin antes ver como Midorima otro compañero de banda nos alcanzara justamente en la entrada del barco. Entonces allí para mi sorpresa Crimson se levanto y comenzo a andar...Bueno si a eso se le puede llamar andar decentemente, iba a intentar pararle, no podia estar así en el estado en el que encontraba pero sabía de sobra que él era una persona demasiado orgullosa y así debía de seguir siendo por lo que le deje en paz. También al levantar y comenzar a subir al barco me dio un Den Den mushi que parecia que el que usaba para comunicarse con Rose y me dijo que fuese a por ella y que también la trajese junto a los demas al barco. Estuve a punto de hacerlo pero justamente el "Caracol" comenzo a sonar y era justamente Rose, avisandome de que nos quedaramos en el barco Que ella estaba de camino junto un Herido Abyss y otros camaradas. Por lo que rapidamente entre en el barco y me dirigi a la enfermería para coger mis utensiluos de Medicina y asi poder tratar A todos los heridos.

No tardaron demasiado en llegar al barco Rose junto a los demas y justamente estab yo saliendo a la cubierta para ver si llegaban. Rose dejo a Abyss en el suelo y yo instaneamente le cogí y me lo lleve a la enfermería. Sus heridas eran bastante graves pero seguramente podría hacer algo para poder cerrarlas y que no se desangrase al menos. Pero al contrario que Crim, Su brazo ya era insalvable a si que me concentre en conseguir que no se desengrara primero cerrando la herida con el hilo y después vendandole el hombro , pues ya no habia ni pizca de brazo, con la multitud de vendas que aqui se encontraban... e igual hice con todas las demas heridas que tenia por el cuerpo.. Ahora parecia una momia e incluso se lo comente en plan broma.

Le deje en una camilla de enfermeria y sali a la cubierta y entonces pude ver que realmente estabamos en gran peligro. La verdadera Guerra acababa de comenzar y nosotros no podriamos ni durar 5 minutos... teniamos que salir de allí.

Tras llegar a la plaza vi como Deadpool salio corriendo y dijo que un amigo suyo estaba en peligro, lo escuche pero no me preocupe demasiado dado que confiaba perfectamente en el y sabia que el se haría cargo, yo mientras tanto seguía alejado observando todo lo sucedido, la verdad todo estaba hecho un caos mirara donde mirara todo estaba destruido.

Cuando de repente me percate de como el cuerpo de Jeremy se movió, esto era increíble dado que pensaba que el estaba muerto, este se levanto y empezó a hablar pero no lo escuche dado que algo de nuevo llamo mi atención, esta vez se trataba de Legim observe como es estaba corriendo y sin perder ni un segundo aun estando en modo velocidad comencé a seguirle sin adelantarle, para luego llevarme otra sorpresa, Sting se estaba enfrentando a Jack Dragon siendo sincero en mi opinión no tenia ninguna posibilidad, incluso aunque Legim se enfrentara a Dragon lo tendría bastante difícil.

A continuación vi como Dragon lanzo un ataque hacia Sting ,pero Legim  lanzo unas ondas cortantes con la intención de desviar el ataque de Dragon, acto seguido empezaron a hablar yo por mi parte me acerque hasta ellos y me quede mirando a los 3 para luego llevar mi mirada a Jack y sonreírle seguidamente di un suspiro y dije en voz baja -Jamas pensaría que lo vería de nuevo y menos tan cerca-

Me quede escuchando las palabras de Legim, y acto seguido solo dije una cosa mas, -Jack... Legim tiene razón, por favor escúchale- dije acercándome a ellos.

-Por cierto, hay un pequeño problema, al parecer Jeremy sigue vivo...- dije algo preocupado.

Negro… Eso es todo lo que veía, un vacio oscuro, en el que estaba de pie ¿Qué era ese lugar? Di un paso y resonó en todo el lugar, el cual tembló como si fuese a derrumbarse el cielo sobre la cabeza, por lo que decidí que era mejor quedarme quieto. Segundos después, apareció Midori, a saber que querría, en ese momento quería un poco de soledad así que la mire de reojo antes de que hablase, dejándole claro que no quería oírla, lo cual normalmente la habría hecho cerrar esa boca que tenía y simplemente revolotear por ahí, pero esta vez, hablo a pesar de mi advertencia, como si no le importase lo que yo deseara.

-¿Sabes donde estas?-Me pregunto con su voz aguda, mientras hacía un vaivén por el lugar, como si buscase a algo o a alguien.

-No, no lo sé ¿Dónde estoy?-Dije lentamente, respondiendo indiferente a su pregunta y preguntando con las mismas pocas ganas.

-Estas en el túnel ¿Sabes lo que es?-Volvió a preguntar, sin parar de hacer ese vaivén que me estaba poniendo nervioso como poco.

-No, no sé lo que es. ¿Y te quieres estar quieta ya de una puta vez? Me estas poniendo nervioso y es difícil que lo hagas.-Me había sacado de mis casillas tras un rato moviéndose en la misma zona sin hacer nada, pero no paro y siguió moviéndose.

-Bien bien, el túnel es por donde pasan todas las personas que van a morir-esas pocas palabras captaron mi atención enormemente, haciendo que su vaivén ya no me molestase-un sitio extraño, cada persona tiene una percepción distinta de este, donde tú ves un vacío otros podrían ver un prado verde, y su tiempo aquí puede variar bastante, algunos solo están unos ínfimos microsegundos, otros se pasan días incluso.-Su explicación era sencilla, pues parecía que entendía mucho mas del tema y podía hacer esa conversación mucho mas enrevesada-El caso es que esperas aquí, hasta que la muerte llegue, justo como está pasando contigo, si te salvan antes de que esta te lleve contigo, sobrevives, si te toca… Bueno, te puedes hacer una idea.

-¿Y qué coño hago para huir de ella?-Estaba desesperado, quería sobrevivir y ahora tenía que encararme a la misma muerte, estaba empezando que realmente moriría ahí.

-Nada, es omnipotente, al fin y al cabo es su terreno, desde que aparezca estas muerto.-Su voz era queda, sin ganas de nada, y seguía moviéndose, como si estuviese esperando a algo.

Y entonces apareció en la lejanía, por un pequeño agujero blanco que iluminó el lugar, una bata oscura, sin rostros y portando una enorme guadaña, hecha de huesos y con una hoja que cortaba con solo mirarla, acercándose con una lentitud increíble como si no le importase que corriese, que me cansase pues siempre me alcanzaría, yo me había quedado paralizado, con la boca abierta y mire a Midori.

-Ah, ya está aquí.-Fue lo único que dijo, como una sentencia de muerte.

Yo recupere la compostura, me levante y comprobé que tenía mis armas encima, incluso la que había conseguido recientemente, la tenía colgado en la cintura, y eche a correr hacía la nada, intentando huir de la muerte.
Varios minutos más tarde, seguía corriendo, cansado y ella seguía ahí, detrás mío, con un paso lento pero que cada vez que miraba para atrás me estaba siguiendo ¿Qué puta clase de magia negra era esa? Pare para descansar viendo como la Muerte seguía acercándose, inexorablemente hasta mí.

En ese momento dije, a la puta mierda, no pienso morir y hasta que lleguen esos capullos pienso pelear, y desenfunde a Dimmet, lanzándome contra la Muerte, para chocar la espada con su guadaña, y que con un leve movimiento me quito la espada de las manos, saque la otra, de la cual no sabía el nombre e intente impactarle por encima, lo cual también evito fácilmente y lanzó esa espada por los aires, clavándose en el suelo, por detrás de la Muerte, no me quedaban más armas por lo que retrocedí hasta que trastabille y caí al suelo, y seguía intentando retroceder en el suelo sin levantarme, pero estaba demasiado cerca, por lo que puse mis manos delante de la cara y cerrando los ojos esperando que fuese rápido.

Cuando abrí los ojos estaba en una camilla, en lo que parecía una enfermería ¿Eso era el cielo o el infierno? Al parecer ninguno de los dos, pues ahí estaba Ikaru, bromeando con que parecía una momia, entonces salió del lugar. Me levante de la camilla y lo vi, todo mi cuerpo vendado ¿Pero que habían hecho? Yo solo había perdido un brazo y el loco ese me había vendado todo el cuerpo por completo, pero al menos estaba vivo, aunque tendría que acostumbrarme a ir sin brazo.

Me levante de la camilla, podía moverme un poco y me puse la camiseta y la chaqueta que habían perdido la manga izquierda, pues todo mi brazo izquierdo había volado por el golpe de aquel hombre, que era como poco terrible. Cogí las armas que había apartado Ikaru, para  cerrarme la herida y me coloque a Dimmet en la cintura mientras me apoyaba la espada en el hombro, mientras salía a la cubierta, observando el panorama.

-¡Relajaos, joder! ¿No os alegráis de verme?-Dije con una sonrisa en el rostro, para intentar aliviar los ánimos de mis antiguos compañeros.

Cuando le termine de curar me dio las gracias y se presentó, su nombre era Starus. Pero de repente, vi como se levantaba rápidamente y comenzaba a buscar algo, cuando lo encontró se acercó rápidamente a ello y lo tapó. Yo a este hecho no le di importancia. Cuando se tranquilizo, me dijo que le siguiera en silencio y agachado, por lo que supuse que habría visto a alguien, lo seguí y de repente se encontró con un chico al que parecía conocer y a mi la verdad es que también me sonaba de algo. Starus llamó al chico y le dijo que debíamos irnos. El chico al que llamó se acercó a nosotros y tiro un árbol que estaba a varios metros de nosotros y con el creó un bote, nos dijo que se llamaba Edward, quería irse de aquella isla, pues no confiaba en su poder para actuar en esta lucha yo también me uní a ellos, empujamos todos el bote hacia, la costa más cercana y nos montamos en el.

Kaín había esperado lo que a el le pareció una verdadera eternidad a que se presentase la oportunidad que buscaba, y al fin había llegado. Transformado en el nivel tres de su forma híbrida, esperó pacientemente con todos sus sentidos alerta hasta que todos los hombres de Opprimere hubieron bajado de los barcos para hacer lo que habían ido a hacer. En el momento en que el Titan, fácilmente distinguible incluso en la distancia, desapareció de la vista, Kaín voló a apenas un metro de la superficie del agua y aterrizó con el menor ruido posible en la cubierta superior del barco principal de la flota de Opprimere.

La parte fácil ya estaba hecha, ahora quedaba lo difícil. Kaín tenía nociones básicas de navegación, sabía girar un timón para dirigir un barco (como cualquier idiota con brazos) y sabía que las velas abiertas eran buenas a favor del viento y malas en contra. Pero más allá de ahí, no sabía nada del funcionamiento de un barco. Y, aunque tal vez pudiera haberlo hecho así con otro, el barco que le interesaba era demasiado grande como para utilizar toda su fuerza para desplazarlo lo bastante lejos de la costa como para que no estuviera fuera de peligro... más aún cuando quince acorazados de la marina emergieron en el horizonte al este de la isla y una docena de barcos, ondeando la bandera de Mihasi, al oeste. La salida óptima y segura parece el sur.

-... Pero antes tengo que hacerme con el barco.- Susurró Kaín casi para sus adentros. Puso todos sus sentidos y su haki alerta y avanzó lentamente por la cubierta del barco en busca de señales de vida. Si se encontraba a alguien era muy posible que tuviera que luchar, lo cual no le desagradaba demasiado, pero su idea era muy arriesgada, por lo que prefería evitar esa posibilidad. De no encontrar a nadie en cubierta ni detectar vibraciones en el suelo de madera (producidas por posibles personas en las partes inferiores y ocultas del barco, iría al timón y pondría rumbo sur sin dudarlo. Cada segundo perdido era un posible fallo en su intento, no podía retrasarse.

Superado en número, el Cid veía como los piratas de zero ganaban terreno. Varios piratas habían caído bajo mis golpes, hasta babieca había dejado a alguno inconsciente con sus cuidadas pezuñas. Pero la gran mayoría lo esquivaba y seguían avanzando, el gigante se veía sobrepasado por la cantidad ingente de piratas varias de ellos habían conseguido hacerles cortes menores, los cuales soportaba con gran entereza. Cuando el puerto estaba perdido el Cid escucho como alguien lo llamaba.

— ¡Eh tú! ¡Gigante!— vociferó a su lado para que lo escuchara. —Eres el Cid, ¿no? Se nos ha ordenado reunirnos en la plaza, debemos retirarnos y dejar este sitio a los marines. —

El cid se fijo en la persona que hablaba llevaba las ropas de un agente del gobierno y sabia su nombre, seguramente sería un superior, y ni siquiera había desenfundado sus armas estando rodeado de marines.

De acuerdo, el puerto esta perdido, Babieca nos vamos.

Dijo mientras lanzaba un barrido con su arma creando un camino por el que llegar a la plaza, se puso a babieca en el hombro, eh intento coger a su superior con una mano, no fuerte mente lo justo para no hacerle daño, esperaba que no se lo tomara a mal, pero al ser un gigante llegaríamos más rápido a la plaza, juntos gigante, semi gigante y camello fueron raudos hacia la plaza.

En cuestión de segundos, una situación ya de por sí caótica se había vuelto insostenible. Por doquier habían aparecido piratas, revolucionarios y marines, todos ellos intentando matarse mutuamente por motivos que ni siquiera llegaba a comprender. Aquella guerra había perdido todo su sentido, todos los bandos estaban allí para salvar o ejecutar a una pirata que ya había muerto, así que no entendía el sentido de continuar con aquello. Fuera como fuese, sabía que en aquella situación poco podían hacer él o su banda. Si permanecían allí más tiempo podrían morir fácilmente a manos de cualquiera de los increíblemente fuertes personajes que iban apareciendo uno tras otro y, aunque no le importaba demasiado morir, no tenía intención de hacerlo en una lucha sin sentido como esa.

En ese momento su capitana emprendió el camino hacia el barco, esa absurdamente llamativa embarcación que dudaba que nadie hubiese hundido ya. Teniendo en cuenta como  destacaba lo lógico sería pensar que sería la primera en caer. Por el camino hacia el puerto, Arribor vio como a su alrededor el mundo se volvía loco, todo eran explosiones, gritos y el estruendo del entrechocar de las espadas. La guerra hacía estragos en Loguetown y, por si fuera poco, no eran pocos los marines a los que oyó mencionar las palabras Buster Call. Eso era la señal definitiva para marcharse de una vez, pues hasta alguien como él sabía que nadie sobrevivía a una Buster Call.

Mientras corrían se toparon con un grupo de piratas que intentaron detenerles y el luchador los acribilló con una ráfaga de balas de sangre. Después generó dos cuchillas de sangre en sus antebrazos y limpió el camino que seguían hacia el puerto a través de varias callejuelas para evitar toparse con alguno de los Yonkou, aunque no sin llevarse varias heridas. Arribor no pudo evitar maldecir en voz baja aquella situación, odiaba el hecho de no poder luchar en igualdad de fuerzas con aquellos monstruos pero sabía que no había ningún orgullo o gloria en desperdiciar su vida.

Al cabo de unos minutos llegaron al barco, al verlo no pudo evitar pensar que de nuevo iban a navegar encima de un pastelito de fresa con velas, aunque no estaba de humor para comentarlo en voz alta. Por lo visto casi toda la tripulación estaba allí ya, varios de ellos con heridas graves, pero todos ellos vivos. Ahora solo les quedaba atravesar a flota de barcos que se enfrentaban frente a ellos, aunque no estaba seguro de cómo lo harían. Supuso que se lo dejaría a la suerte.

-Bueno, no podemos decir que nos aburrimos. –dijo Arribor mientras esbozaba una pequeña sonrisa y echaba un último vistazo a la humeante ciudad a sus espaldas.

En cuanto Teravan derribó la puerta, escuchó una bomba de humo, con su correspondiente contenido, a su derecha, viniendo por el pasillo. Debía deberse a otro intruso. Casi movido por instinto, se giró a toda velocidad y desencadenó el poder de su fruta. Notó de nuevo cómo el poder corría por todo su ser, cómo era capaz de llamar a su interior y hacer que la sangre fluyese dentro de él a una velocidad que le hacía perder el sentido. De repente empezó a sudar, se sintió inmortal, inamovible, invencible. Alzó sus extremidades hacia la forma de humo, y al tiempo que veía unos proyectiles acercarse, casi a cámara lenta, liberó munición por todos sus cañones al mismo tiempo. Tenía que poner una buena posición en los codos, pues el retroceso que sentía en las manos al expulsar las balas era increíble. Notaba el haki imbuir su ser, dotando a las balas de una dureza incomensurable. Las balas de cañón que salían de sus rodillas casi le hacen caer, pero tras adoptar una posición más acorde a las circunstancias, pudo evitar caerse.

Armaggedon [Haki armadura nivel 1] [AB]

Notó que las balas eran bastante más rápidas que de costumbre, pues usaba toda su concentración en disparar, disparar como nunca, como si le fuese la vida en ello; corroboró que así era cuando recibió un corte en la rodilla izquierda, haciendo que gritase de dolor y se arrodillase, terminando su ataque. El pasillo, que no era demasiado ancho, se cubrió de proyectiles, impidiendo que los hubiese esquivado, pero aún podría haberlos bloqueado de alguna forma. No debía arriesgarse, así que acto seguido, se puso en posición defensiva, preparándose para el combate.

- ¡Buscad al intruso, quiero la cabeza de ese bellaco! - Gritó a sus subordinados, que miraban atónitos a su superior.