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Akuma no mi
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Por un momento el ambiente parecía que se estaba relajando, el enmascarado no parecía hostil, al menos por el momento. Teníamos el mismo objetivo, luchar contra Derian, también apareció un compañero suyo, del cual no había notado su presencia hasta que lo habían llamado, si las cosas se hubiesen puesto feas, hubiésemos tenido nuestras espaldas muy expuestas a este tipo. Tenía pinta de ser una bestia, no solo por sus ropas y sus armas, sino que noté en su mirada que no se pensaría en atacarnos con intención de darnos muerte, pero tenía una gran barba, eso debía reconocerlo. Apenas un suspiro después de tener la situación en apariencia controlada, todo se fue al traste una vez más.
Un sonido emergió repentinamente, sonaba como una alarma, pero en aquel lugar arrasado ¿de dónde puede salir? Dirigí mi mirada hacia Alice, que parecía también sorprendida y le escuché decir unas palabras hacia Esme, ¿era así como se llamaba el chico de antes?, pasé a mirar a Deathtroke, cuya expresión me resultó difícil de descifrar ya que no podía verle la cara. Desde el lugar donde me encontraba, me resultaba imposible poder ver a nuestro compañero pelirrojo que había quedado atrás cuidando del vicealmirante herido, así que comenzamos a caminar en su dirección.
Apenas habíamos avanzado unos pasos cuando de la nada surgió un pelotón de marines y se colocaron en formación, la cosa mejoraba por momentos. Al menos teníamos a los dos tipos nuevos aparentemente de nuestro lado o como mínimo no en nuestra contra. La “jefa” revolucionaria avanzaba por delante de mí, con sus espadas desenfundadas, colocada como queriendo protegerme, ¿tanto se notaba que era mi primera misión y que había estado nervioso? Cuando llegamos a la altura de los marines, por fin pude ver la figura del pelirrojo, que avanzaba penosamente ayudando al vicealmirante a caminar en dirección a la formación de marines.
Esta vez fue Alice la que habló en primer lugar, con una forma de hablar entre sarcástica y firme, les explico que hacíamos en aquel lugar e incluso preguntando si habían heridos entre ellos. Cada vez me caía mejor esta chica, tenía dotes de líder. El enmascarado también se presentó, identificándose a sí mismo y a su compañero como subordinado de un shichibukai. Al parecer la situación era de mayor escala de lo que me esperaba, ya que se encontraban en el mismo bando la Marina, a Armada Revolucionaria y los Siete Guerreros del Mar. Iba a abrir la boca, pero todas las preguntas habían sido hechas ya, y algunas todavía estaban por responder, así que lancé al suelo la colilla prácticamente consumida que todavía tenía en los labios y esperé por escuchar lo que los chicos de azul tenían que decirnos.
Un sonido emergió repentinamente, sonaba como una alarma, pero en aquel lugar arrasado ¿de dónde puede salir? Dirigí mi mirada hacia Alice, que parecía también sorprendida y le escuché decir unas palabras hacia Esme, ¿era así como se llamaba el chico de antes?, pasé a mirar a Deathtroke, cuya expresión me resultó difícil de descifrar ya que no podía verle la cara. Desde el lugar donde me encontraba, me resultaba imposible poder ver a nuestro compañero pelirrojo que había quedado atrás cuidando del vicealmirante herido, así que comenzamos a caminar en su dirección.
Apenas habíamos avanzado unos pasos cuando de la nada surgió un pelotón de marines y se colocaron en formación, la cosa mejoraba por momentos. Al menos teníamos a los dos tipos nuevos aparentemente de nuestro lado o como mínimo no en nuestra contra. La “jefa” revolucionaria avanzaba por delante de mí, con sus espadas desenfundadas, colocada como queriendo protegerme, ¿tanto se notaba que era mi primera misión y que había estado nervioso? Cuando llegamos a la altura de los marines, por fin pude ver la figura del pelirrojo, que avanzaba penosamente ayudando al vicealmirante a caminar en dirección a la formación de marines.
Esta vez fue Alice la que habló en primer lugar, con una forma de hablar entre sarcástica y firme, les explico que hacíamos en aquel lugar e incluso preguntando si habían heridos entre ellos. Cada vez me caía mejor esta chica, tenía dotes de líder. El enmascarado también se presentó, identificándose a sí mismo y a su compañero como subordinado de un shichibukai. Al parecer la situación era de mayor escala de lo que me esperaba, ya que se encontraban en el mismo bando la Marina, a Armada Revolucionaria y los Siete Guerreros del Mar. Iba a abrir la boca, pero todas las preguntas habían sido hechas ya, y algunas todavía estaban por responder, así que lancé al suelo la colilla prácticamente consumida que todavía tenía en los labios y esperé por escuchar lo que los chicos de azul tenían que decirnos.
Batmana
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Al escuchar la respuesta de Derian la joven frunció un poco el ceño pero rápidamente la expresión de su rostro se relajó, en aquel momento él tenía razón pues Amy con anterioridad había sido bastante irrespetuosa, por lo tanto ahora debía mostrar respeto al monarca y mantenerse con un perfil bajo… aunque dudaba mucho que eso funcionara. Por ello dio una pequeña reverencia acatando las órdenes del Rey y cuando se dirigió hacia la mesa miró fijamente a las personas que estaban sentadas para después posar sus orbes en los revolucionarios.
Con delicados movimientos la joven optó sentarse junto a la persona que llevaba capucha, más que nada porque quería saber quien era… todo el tiempo había estado ahí pero en silencio, algo bastante extraño por lo tanto Tsuki poseía la necesidad de acercarse un poco a él.
Estando en la mesa por fin se decidió a comer, mientras un leve recuerdo de la tortura impuesta por su maestro aun aparecia en su mente… algo que obviamente intentó ignorar porque ella sabía que ese cuerpo necesitaba alimentarse. Con simples acciones llenas de gracia y delicadeza tomó un poco de ensalada seguida con algunas papas a la crema y pollo relleno a la philadelphia con salsa de champiñones que se hallaba en la mesa… sin dudas optó por los platillos más elaborados, después de todo Tsuki poseía un paladar bastante fino.
En una muestra de buenos modales cortó la carne del pollo y lo baño en la salsa para después probar un bocado, estaba delicioso debía felicitar al chef; seguidamente su tenedor pasó por las papas a la crema que le dejaron un buen sabor en la boca.
-Bastante agradable el banquete ¿Verdad?-
Preguntó desinteresadamente mientras continuaba comiendo y escuchando la conversacion que tenian aquellas dos personas recién ingresadas al salón, más que nada la muchacha trataba de entender al monarca; Tsuki aún no se había transformado en una seguidora de él pero al estar en ese lugar reunida con personas tan terroríficas lo mejor era aparentar… después de todo las palabras se las llevaba el viento.
-Por cierto, te has mantenido callado ¿Tu quien eres?-
Su pregunta era tranquila y la voz empleada en ella era delicada, si bien no sabía con quien estaba compartiendo la mesa tenía una leve sospecha que se trataba de alguien escalofriante para la jovencita que de cierta forma estaba comenzando a impacientarse por esperar… pero acataría las órdenes de Derian.
Mientras tanto tomó un poco del vino y se sirvió en la copa para nuevamente mojarse los labios con esa sustancia, no le gustaba mucho el sabor pero tampoco se haría la delicada pues como Noble Mundial siempre hubieron cosas que no le gustaba...
A todo esto la muchacha miró hacia el lugar donde anteriormente Amy se había desmayado, observando con detenimiento el báculo que se encontraba en el suelo; no era para nada bueno que ella se encontraba desarmada como lo estaba… más que nada porque nunca se sabía en qué momento el el Rey se enfadaría y querría hacerle daño.
Momento de Happy.
El pelaje del minino se encrespó completamente cuando vio al desconocido sobre el barco, de cierta forma él tenía un aspecto terrorífico y la modalidad utilizada para llevarse al Señor Armonía le helaba la sangre pues la situación no parecía lo más favorable posible para aquellas dos personas. Por lo tanto el felino en un rápido movimiento intentó escapar mientras los humanos hablaban… lo malo de aquello era que el “Señor Armonía” había sido mucho más rápido que Happy-quien se mantuvo expectantes unos segundos pensando en la situación que se encontraba- pues antes de que escapara lo tomó con sus manos y lo acomodo en su cuello.
-Miauuu…-
Maullo en voz baja y cerca del oído del muchacho para que él escuchara, Happy no estaba muy de acuerdo en acompañar a ese hombre pero no le quedaba de otra y además ahora que recordaba su amiga le había dicho que observa el mundo que él quería construir por lo tanto debía acompañarlo… pero ¿Si el “Señor Armonía” se metia en serios problemas? De por si el animal había interpretado la orden del desconocido como si hubiera sido una amenaza para el joven, después de todo el “vivo” estaba de más… eso quería decir que posiblemente se encontraría nuevamente con Amy y podría llegar a meterla en problemas.
Ante tales pensamiento el gato se quedó dudoso de lo que podría ocurrir desde ese momento en adelante… por lo tanto opto por tratar de no encontrarse con su amiga, de caso contrario fingió no conocerla.
Mientras tanto su cola se movía de un lado hacia el otro mientras sus orejas estaban contraídas hacia atrás y los ojos mostraban un leve brillo de amenaza hacia el desconocido. Estaba de más decir que Happy tenía una cantidad de sentimientos mezclado en su cabeza... enfadado, asustado y pensativo… en una de las peores situaciones tendría que cooperar con Armonía para poder cumplir una causa en común.
Con delicados movimientos la joven optó sentarse junto a la persona que llevaba capucha, más que nada porque quería saber quien era… todo el tiempo había estado ahí pero en silencio, algo bastante extraño por lo tanto Tsuki poseía la necesidad de acercarse un poco a él.
Estando en la mesa por fin se decidió a comer, mientras un leve recuerdo de la tortura impuesta por su maestro aun aparecia en su mente… algo que obviamente intentó ignorar porque ella sabía que ese cuerpo necesitaba alimentarse. Con simples acciones llenas de gracia y delicadeza tomó un poco de ensalada seguida con algunas papas a la crema y pollo relleno a la philadelphia con salsa de champiñones que se hallaba en la mesa… sin dudas optó por los platillos más elaborados, después de todo Tsuki poseía un paladar bastante fino.
En una muestra de buenos modales cortó la carne del pollo y lo baño en la salsa para después probar un bocado, estaba delicioso debía felicitar al chef; seguidamente su tenedor pasó por las papas a la crema que le dejaron un buen sabor en la boca.
-Bastante agradable el banquete ¿Verdad?-
Preguntó desinteresadamente mientras continuaba comiendo y escuchando la conversacion que tenian aquellas dos personas recién ingresadas al salón, más que nada la muchacha trataba de entender al monarca; Tsuki aún no se había transformado en una seguidora de él pero al estar en ese lugar reunida con personas tan terroríficas lo mejor era aparentar… después de todo las palabras se las llevaba el viento.
-Por cierto, te has mantenido callado ¿Tu quien eres?-
Su pregunta era tranquila y la voz empleada en ella era delicada, si bien no sabía con quien estaba compartiendo la mesa tenía una leve sospecha que se trataba de alguien escalofriante para la jovencita que de cierta forma estaba comenzando a impacientarse por esperar… pero acataría las órdenes de Derian.
Mientras tanto tomó un poco del vino y se sirvió en la copa para nuevamente mojarse los labios con esa sustancia, no le gustaba mucho el sabor pero tampoco se haría la delicada pues como Noble Mundial siempre hubieron cosas que no le gustaba...
A todo esto la muchacha miró hacia el lugar donde anteriormente Amy se había desmayado, observando con detenimiento el báculo que se encontraba en el suelo; no era para nada bueno que ella se encontraba desarmada como lo estaba… más que nada porque nunca se sabía en qué momento el el Rey se enfadaría y querría hacerle daño.
Momento de Happy.
El pelaje del minino se encrespó completamente cuando vio al desconocido sobre el barco, de cierta forma él tenía un aspecto terrorífico y la modalidad utilizada para llevarse al Señor Armonía le helaba la sangre pues la situación no parecía lo más favorable posible para aquellas dos personas. Por lo tanto el felino en un rápido movimiento intentó escapar mientras los humanos hablaban… lo malo de aquello era que el “Señor Armonía” había sido mucho más rápido que Happy-quien se mantuvo expectantes unos segundos pensando en la situación que se encontraba- pues antes de que escapara lo tomó con sus manos y lo acomodo en su cuello.
-Miauuu…-
Maullo en voz baja y cerca del oído del muchacho para que él escuchara, Happy no estaba muy de acuerdo en acompañar a ese hombre pero no le quedaba de otra y además ahora que recordaba su amiga le había dicho que observa el mundo que él quería construir por lo tanto debía acompañarlo… pero ¿Si el “Señor Armonía” se metia en serios problemas? De por si el animal había interpretado la orden del desconocido como si hubiera sido una amenaza para el joven, después de todo el “vivo” estaba de más… eso quería decir que posiblemente se encontraría nuevamente con Amy y podría llegar a meterla en problemas.
Ante tales pensamiento el gato se quedó dudoso de lo que podría ocurrir desde ese momento en adelante… por lo tanto opto por tratar de no encontrarse con su amiga, de caso contrario fingió no conocerla.
Mientras tanto su cola se movía de un lado hacia el otro mientras sus orejas estaban contraídas hacia atrás y los ojos mostraban un leve brillo de amenaza hacia el desconocido. Estaba de más decir que Happy tenía una cantidad de sentimientos mezclado en su cabeza... enfadado, asustado y pensativo… en una de las peores situaciones tendría que cooperar con Armonía para poder cumplir una causa en común.
elkilian
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- ¿Qué os ocurre? ¿Acaso nunca visteis un pony rosa volador?
" Ehm ..No "
- Yo soy Bleyd, Bleyd master ¿quien sois vos muchacho, amigo o enemigo? en las tierras del rey ha estallado la guerra y no estoy dispuesto a morir ni a perder a mi compañero Fluffle ...
Iba a presentarme pero tal como estaba llendo la conversación me temía que me atacara porque fuera un cazador de recompensas o alguien similar así que callé.
... solo por el egoísmo de unos o de otros. ¿Que os ha traído a mi patria Hallstat? Estáis aquí a servicio del gran rey Derian Markov o por el contrario pensáis en destronarlo por sus practicas de levantar a los muertos e intentar conquistar todo el mundo conocido. Hablad raudo pues mi tiempo es limitado.
" Tu tiempo es tan limitado como el mío "
Finalmente dejó de farfullar. Me sugirió que le acompañara ya que estaba buscando supervivientes. No sabía realmente como posicionarme ante esta guerra así que decidí acompañarle.
" Tengo que averiguar en que bando está de los dos. No quiero meterme en problemas cuando decida el mío "
- Te acompañaré - le dije antes de que se fuera - Guíame hasta el bote
" Ehm ..No "
- Yo soy Bleyd, Bleyd master ¿quien sois vos muchacho, amigo o enemigo? en las tierras del rey ha estallado la guerra y no estoy dispuesto a morir ni a perder a mi compañero Fluffle ...
Iba a presentarme pero tal como estaba llendo la conversación me temía que me atacara porque fuera un cazador de recompensas o alguien similar así que callé.
... solo por el egoísmo de unos o de otros. ¿Que os ha traído a mi patria Hallstat? Estáis aquí a servicio del gran rey Derian Markov o por el contrario pensáis en destronarlo por sus practicas de levantar a los muertos e intentar conquistar todo el mundo conocido. Hablad raudo pues mi tiempo es limitado.
" Tu tiempo es tan limitado como el mío "
Finalmente dejó de farfullar. Me sugirió que le acompañara ya que estaba buscando supervivientes. No sabía realmente como posicionarme ante esta guerra así que decidí acompañarle.
" Tengo que averiguar en que bando está de los dos. No quiero meterme en problemas cuando decida el mío "
- Te acompañaré - le dije antes de que se fuera - Guíame hasta el bote
The Darkness is coming
LADIES AND GENTLEMEN, IT'S... SHOWTIME!
Sin Banda
Nivel: 52
Exp: 60050
Berries: 4.010.536
Giganto Giganto no mi
Luchador (Camino del Buey) - Médico (Cirujano) - Navegante (Climatólogo) - Científico (Bioingeniero)
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- Get Jinxed:
Worgulv
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La alarma parecía ser la señal que estaban esperando una tropa de maltrechos hombres, parecían gravemente heridos, eso incluía a su líder, que había gritado momentos antes. Los soldados formaron enfrente de su dirigente, alguno parecía una marioneta sin hilos a punto de caer al suelo, el hombre reconocía su valentía y entereza por seguir en pie, a juzgar por sus heridas y por el estado de su, en teoría, cuartel, estos hombres se habían enfrentado a algo o alguien capaz de ofrecer una batalla digna, el hombre sonrió ampliamente.
Su compañero había decidido que los muchachos no eran hostiles, al menos por el momento, y le invito a unirse, eliminando así el factor sigilo, y por tanto el ataque por sorpresa. El hombre solo esperaba que la elección de su camarada fuese la correcta, ya que en un futuro combate, su ventaja táctica había sido anulada. Worgulv se posiciono a un lado de su compañero pasando al lado de los muchachos, sin soltar en ningún momento ninguna de sus dos hachas.
Cuando se situó a la altura de Deathstroke miro a los muchachos desde un nuevo ángulo, ya que desde su posición solo podía ver la espalda de los dos que no estaban agachados, dos jóvenes con un estado impecable, lo que decía que no eran ni los responsables, ni otras víctimas del ataque que a su espalda mostraba un testigo humeante y mal herido. El hombre dejo que Deathstroke se ocupara del parlamento, ya que él aun no conocía por completo el idioma, o quizás fuese solo una excusa para no tener que hablar en un momento tenso, el hombre no tenía mucho don de lenguas para esas situaciones. Su camarada le susurro por el artefacto de su oreja que no actuara hostil hacia los pobres soldados que formaban detrás de los jóvenes, aunque el hombre no se fiaba de ninguno, pero que si actuaban de manera hostil tenia luz verde para empezar la ofrenda a los dioses, el hombre contesto con un leve asentimiento de cabeza, mientras examinaba a todos los presentes, armas, atuendos, musculatura, toda información que pudiese aprovechar aunque fuese en poca medida, si acontecía un enfrentamiento
Su compañero había decidido que los muchachos no eran hostiles, al menos por el momento, y le invito a unirse, eliminando así el factor sigilo, y por tanto el ataque por sorpresa. El hombre solo esperaba que la elección de su camarada fuese la correcta, ya que en un futuro combate, su ventaja táctica había sido anulada. Worgulv se posiciono a un lado de su compañero pasando al lado de los muchachos, sin soltar en ningún momento ninguna de sus dos hachas.
Cuando se situó a la altura de Deathstroke miro a los muchachos desde un nuevo ángulo, ya que desde su posición solo podía ver la espalda de los dos que no estaban agachados, dos jóvenes con un estado impecable, lo que decía que no eran ni los responsables, ni otras víctimas del ataque que a su espalda mostraba un testigo humeante y mal herido. El hombre dejo que Deathstroke se ocupara del parlamento, ya que él aun no conocía por completo el idioma, o quizás fuese solo una excusa para no tener que hablar en un momento tenso, el hombre no tenía mucho don de lenguas para esas situaciones. Su camarada le susurro por el artefacto de su oreja que no actuara hostil hacia los pobres soldados que formaban detrás de los jóvenes, aunque el hombre no se fiaba de ninguno, pero que si actuaban de manera hostil tenia luz verde para empezar la ofrenda a los dioses, el hombre contesto con un leve asentimiento de cabeza, mientras examinaba a todos los presentes, armas, atuendos, musculatura, toda información que pudiese aprovechar aunque fuese en poca medida, si acontecía un enfrentamiento
- Sinclair y Kaito:
- A medida que avanzáis por el pasillo, el ruido es más fuerte y casi os hace doler los oídos. A vuestras espaldas suena un ruido, como de metal golpeando un tope, o como si alguien cerrara una puerta. Si seguís hasta el final, veréis una entrada negra, cerrada, con un pequeño y delicado picaporte de plata y de todos los quicios sale la misma luz mortecina que venís siguiendo. Si hay algo, tiene que ocultarse aquí dentro.
¿Decidís pues abrir la puerta o retrocedéis ahora que estáis a tiempo?
A cada instante el llanto es más penetrante, y comenzáis a sudar frío por culpa de tan estremecedor sonido. Al mismo tiempo, es horrible y hermoso.
- Drako:
- Cuando llegas a tu camarote, tu teléfono suena (den den mushi). Lo coges y al otro lado una voz bastante neutra habla:
-Buenos días, Vicealmirante. Tú tienes algo que yo quiero y puedo pagar por ello todo lo que desees. Devuélveme al chico rana y podremos hacer grandes negocios, por la gloria de Derian. ¿Qué me dices?
- Amy, Deivid y Sawn:
- Amy:
- -Sí, bastante bueno. Derian es famoso por cómo trata a la gente cuando va a pedir favores- te responde, sin prestar mucha atención, mientras escucha al rey. Tras un momento, con tu otra pregunta, finalmente habla-. Soy sólo una sombra de lo que pude ser, pero he eclipsado a lo que quise- sus ojos te miran, y su tono gris helado casi enfría la sala, casi como si te leyera el alma-. En un tiempo me llamaron Caspio, ahora Cazador y hubo un tiempo... Bueno, un tiempo en que me llamé de muchas formas.
-¿Lord, joven? En estas tierras a los reyes siempre se les ha dado el título de Majestad. Alteza, si no era muy célebre. Entiendo que no habéis deseado ofenderme con ello, pero si deseáis negociar sería de buen agrado que tratarais de cumplir el protocolo, señor Shark.
Hace una pausa, mientras da un largo trago de su copa, y prosigue.
-Señor Racovich, no puedo evitar preguntarme... ¿Qué puede ofrecer la Armada a esta contienda? Sin duda es un acto noble por vuestra parte llegar y ofrecer vuestra mira experta mas... ¿De cuántos batallones estamos hablando para declinar esta guerra hacia el lado de la libertado? Y lo más importante, ¿Qué busca la armada de mí tras esto?
- Baozar:
- Cual Benito Soto al mar bravío,
evades la tormenta que enfrentas
sin lugar a dudas un tiempo
que no es tuyo arriedas,
y una suerte y fe que no profesas
te protege en las veces que la tientas.
Logras pasar la tormenta sin problemas, y te pones rumbo a Hallstat tratando de ver el norte mirando al sol, y tras un momento al capear la tormenta ves a lo lejos las negras sombras de Hallstat. Hay algo que te dice que esto no va a ser como Loguetown, y en el mar escuchas una voz femenina.
-¡Socorro! ¡No sé nadar!
Parece alguien en peligro. Miras y puedes ver una muchachita joven, casi una niña, a la vera del barco. ¿La ayudas a subir?
- Kenichi:
- Encuentras a una mujer bastante malherida en medio de una calle mientras exploras. Tiene el abdomen aplastado y sangra mucho, sobre todo por el tronco inferior. Sin embargo, parece casi reír de alegría. ¿Tendrá algún tipo de trauma? ¿Vas a examinarla? Cerca de ti hay una fuente y un cubo con agua, un par de trapos sucios que han volado y hasta podrías intentar una pequeña hoguera si ves que tal.
- Rainbow:
- Entre fangirleos variados el Okama te comenta cómo llegó hasta ahí, y en el momento en que empieza a hablar de elegir entre tres tallas distintas de bañadores con distintos motivos, no lo soportas más y le metes la pastilla en la boca. No parece surtir demasiado efecto, pero cuando lo tiras al agua se hunde como una piedra. Perfecto, ya empiezas tu historia matando gente. Un pobre Okama que... ¿Tenía Akuma no mi? ¿Tienes una fruta a mano? Igual es de una novia para Franklin. Quién sabe. En fin, por ponerte en situación...
Estás perdido en medio del mar, sin saberhacia dónde ir y... Y... Y eso es un manchón negro en el cielo. ¿Te suena de algo?
- Sons of anarchy:
- El ascensor os lleva hasta la parte superior de la roca, donde un gran castillo de estilo gótico se alza. Algo más o menos así:
- Castillo:
- Castillo:
Drake, un encapuchado hablando con una muchacha peliazul y dos hombres sentados cerca del monarca, al que no veis pues su trono oculta por completo la figura. ¿Un buen momento para presentaros?
- Maki:
- Parece que el caracol telépata no te hace caso. Tal vez esté echando la siesta o esté fuera del rango. Tal vez hasta tenga que verte a los ojos directamente para que funcione. Quién sabe. La cuestión es que se la empiezan a llevar a rastras y... ¿Tal vez quieras impedirlo?
¡Oh! Se le ha caído una preciosa piedra del bolsillo. Tal vez quieras examinarla.- aparte:
- Disculpa por no hacerte la moderación adicional, se me fue el santo al cielo.
- Cid y Alwyn:
- Poco a poco vais masacrando a los pobres Ghouls cuando suena un sonido musical. Vuestros Den Den Mushis.
-Agentes. Es hora de iniciar la ofensiva total. ¿Han encontrado algo de relevancia? ¿Han pacificado la isla? Necesitamos saberlo antes de avanzar. Contesten y diríjanse a Hallstat tras terminar la limpieza.
- Fran:
- Recibes una llamada.
-Cincuenta millones por el Vicealmirante.
Se corta la llamada.
¿Estabas esperando instrucciones o algo? Parece que Drako es un tipo muy valioso. Tal vez deberías visitarlo a su despacho... Tú dirás.
- Gato y Lagartija:
- Bueno, estáis reunidos de nuevo en amor y compañía. ¿Y quién era el tipo que atacó antes a Mura y ahora Akagami está pisando?
-¡Por favor, no me hagáis daño! ¡Tengo mujer e hijos, llevadlos a ellos!
WTF!!! Qué loca está la gente. En fin, igual este tío es el padre del año, pero tal vez queráis ayudar a su familia, ¿No? Si no siempre está el barco por ahí.
- Midorima:
- Te tiende una pequeña foto que parece hecha para carnet o lo que sea.
- Foto:
En fin, caminas por el barrio ante la atenta mirada de la anciana, y llegas a otro puesto. Éste parece más interesante, vende magdalenas caseras para la migraña. La verdad es que tienen un olor muy bueno.
-¡Son relajantes, general!- te dice la mujer, que guarda bajo el mostrador una insignia dorada con forma de magdalena. Será el identificativo de que es un gran puesto de pastelería-. Perfectas para antes de una batalla, ¿Quiere probar?
Bueno, tú sabrás.
- Kuskus y Kaskas:
- Kusanagi:
- El lerdo de Noa ha usado Geppou y Rankyaku... Reza porque no lo hayan visto.
Bueno, cuando Noa entra al submarino hay gente que murmura a su alrededor, y tres tipos con una radio se acercan muy deprisa a la boca del submarino.
-¿Dónde está el cretino ése? Se ha cargado un submarino y ni me ha arreglado la radio.
-Hola amigos, soy Esteven Satou, desde Jaya, y tengo un importante programa que anunci...
Apagan la radio finalmente, o mejor dicho la machacan en un arrebato de ira, no sabéis si por el submarino o porque el locutor es insoportable, pero están empezando a contabilizar a la gente. Vosotros conseguís entrar, pero todos los demás salen. ¿Qué haréis ahora en un submarino los dos solitos?
- Kurausu:
- Parece que las turbinas ya se pueden mover. Sin embargo, con toda la carne muerta que hay por el agua... ¿Cómo pensáis hacer para que no se atasquen de nuevo? Por otro lado, simplemente pensar que parecía todo bastante coordinado. ¿Ya saben que vais? Qué raro...
- Arthur y Kai:
- Y bueno, estáis solitos. Kai lleno de mierda y Arthur con un pelo que serviría de perfecta bayeta, ¿No, Kai?
-No, esto no es Hallstat, es Ahnkita. Hallstat está allí- dice el hombre, señalando al lugar de tenebrosa oscuridad en el horizonte-. Desde ese lugar infernal están llegando estos seres, y poco a poco nos acabarán matando a todos. Necesitamos un sistema de evacuación. Por favor...
- Kodama, Kyle y Kodama:
- -¿Eh?- dice el navegante del barco-. ¿Ya tan pronto? Bueno, sí. Será mejor que vayamos yendo a Hallstat. ¿Pero no tenían que estar otros dos aquí con vosotros? Comodoro Kodama, usted tendrá algo que decir al respecto, supongo. ¿No?
- JesaiX:
- -Ahora... ¡Esposadlo! Hay que llevarlo a Lord Derian para que obtenga su nueva identidad. Susco Johnson se llamará, y será el mejor Ghoul desde el legendario Miss Terioso.
Te agarran tres ghouls y te tratan de llevar a una jaula. Tal vez quieras intentar huir en el último momento, pero la costa está lejos. ¿Ta darán las energías para una carrera en tierra?
- Starus:
- -Hola, caballero. Empezaba a aburrirme. ¿Deseas jugar una partida al ajedrez? Será rápido.
Cuando te giras el hombre ha movido el caballo blanco izquierdo a C3. Efectivamente, está con un ajedrez. Se parece a los tipos que olisquean, pero tiene un toque de superioridad, como si fuera inteligente. Te mira con una sonrisa.
-El rey nos ha dado permiso para ir jugando con quien aparezca, y como de día no puedo cazar... ¿Deseas jugar por tu vida, amigo?
Te señala una silla frente a la mesa en la que está sentado.
- Kuro y Heaten:
- La situación es un tanto ridícula. Kuro ha absorbido su dolor con los cortes, por lo que ahora seis niñatos sin piernas se desangran sin saberlo con púas de corindón clavadas en la espalda y... Logran arrancar el barco. Más bien uno está muerto, saturado de dolor.
¿Y ahora?
- Trinidad:
- Los revos te llevan al barco y, tras un rato, te reponen tus armas y tu chaqueta.
-¿Qué andabas haciendo en el barco? Es decir, ¿Por qué mataste al teniente? No parecía un mal tipo, aunque fuera Marine... ¿Por qué lo mataste? ¿De qué lado estás?
Parece muy interesado en ti. Tal vez demasiado.
- Kazuo:
- Subes las escaleras y te encuentras con la salida. Vaya, no ha sido tan difícil. Por otro lado, hay una ligera complicación, y es que estás separado de ella por una puerta de seguridad de treinta centímetros de grosor. Por suerte para ti, hay todavía un pasillo más arriba y muchos útiles que podrías utilizar para lavarte las manos y ensuciarte otras zonas. Los tíos que andan tienen más vicio que... Yo qué sé.
- Nolan, Nemo y Happy:
- El hombre muestra un rollo de pergamino bastante largo, amén de varios contratos firmados por el Emperador y una medalla de oro que reza "Orden Sacra de Hallstat", además de mostrar unos relucientes colmillos en su sonrisa.
-Me temo que debo pedir a su acompañante que venga con nosotros también. Si lo desea el rey enviará una cuadrilla a vigilar que todo esté en perfecto estado tal y como lo dejan ahora. Sin embargo espero entiendan que el rey no puede renunciar a su ministro más importante en estos momentos de angustia.
El hombre echa a caminar, con cierta seguridad de que será seguido por vosotros, y se dirige hacia una de las cabañas del puerto. ¿Qué puede buscar ahí?
- Aria:
- Parece una cápsula de emergencia, como una baliza de salvamento o algo así. Tiene un botón rojo en su interior, que pone "para casos de emergencia". Cuando entras te das cuenta de la estrechez, y cuando cierras entra alguien en la tienda.
-Hm... Pues no hay nadie. Habrá sido el viento- Parece que mucha gente no sabe de esta maravilla, por suerte para ti.
Sin embargo ahora es muy arriesgado salir. ¿Pulsarás el botón rojo?
- Shun:
- Sólo hay una imagen.
- Zapato:
Supongo que con este dato los que estén aquí debían reconocer a su líder. Un mensaje clave, vaya. Por cierto, cada vez notas a Kazuo más arriba. ¿No deberías ir a ayudarlo?
- Revos y Piratas:
- Esmejit:
- Una respuesta bastante débil llega de él mientras lo cargas.
-Markov...
Escupe algo de sangre, intentando no mancharte.
-¿Por qué... Tanto alboroto?- pregunta el Vicealmirante desde atrás, con una sonrisa que termina por costarle toser sangre de nuevo-. ¿Qué hace la revolución aquí? De todas formas... Qué importa. Si no venís a rematarnos, sois bien recibidos. Necesitamos médicos, y un barco a Hallstat. De todos modos aquí no queda nadie más con vida.
Pese al miedo inicial que podía tener, parece bastante calmado ahora. Sin embargo los demás no bajan las armas, al menos en un primer momento, y finalmente se dejan tratar por un par de personas que se acercan a pesar de la hostilidad. Y entonces suena un den den mushi. El de Alice.
-Alice Turner, aquí Kento. Dejad lo que estéis haciendo y marchad a la capital. Toca hacer una visita a Su Majestad.
Uy, parece que toca moverse.
- Alex:
- -¿Acaso te importa quién sea? Tan sólo me ves como otro sujeto para experimentar. ¡Oh dios, qué asco! Dile que pare de arrancarse los ojos, por favor.
De hecho, la escena es muy desagradable. Pero no, no usa el rallador. Puto desalmado.
-En fin- dice, cuando se acostumbra al espectáculo-. Aquí abajo se está más protegido que arriba. Salvo por tus visitas, gran doctor Cooper- dice, con una exagerada reverencia-. Y creo que deberías ir arriba con tus amiguetes, porque en unos días no tendréis dónde esconderos.
- CK:
- -¿Agente CK? Encantado, yo soy el Contra-almirante Izar-te tiende la mano-. Me han hablado muy bien de usted, y creo que es justo la clase de persona que puede marcar la diferencia entre ganar y perder hoy. Sin duda es usted excepcional y -inserte aquí piropos y esas cosas-. Como sabrá, la situación es crítica, y necesitamos que vaya a Hallstat a hacer la primera exploración. Según tengo entendido eso no le representará mayor problema, ¿no?
[Moderación adicional según respuesta]
- Derek y Reira:
- Si exploráis la casa a fondo descubriréis que, a pesar de su apariencia externa, la casa tiene mucha vida. Las habitaciones están limpias y llenas de objetos de valor, y tras una puerta escaleras que descienden hasta la más negra oscuridad. ¿Bajáis?
- Sansu y la pandi:
- Pues... No, parece que no. Y de repente, la nave pega un viraje que hace caer al suelo a la mitad de la gente y desestabiliza al resto. ¿Por qué cojones ha pasado eso? Ay dios mío, pedir voluntarios en vez de dejar vivo un navegante... A quién se lo cuente.
Rocket, igual deberías replantearte lo de no toquetear, mira qué cosa más sexy:- Coza hermoza:
- Bleyd y Elki:
- Vais hasta el bote, y está al lado de un barco que antes no estaba. Bleyd, Elki... ¿Vais a robar un barco? Se puede ir mucho más cómodo, y casi seguro llegaríais antes. Aunque igual alguien está dentro. Quién sabe.
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Los Gohuls caían rápidamente bajo nuestros disparos y ondas cortantes, pronto no quedaría ninguno, y otra vez que no conseguiríamos información aunque esos no creo que dieran demasiada. Aquello estaba resultando demasiado fácil para lo que se contaban de las criaturas del Rey. Mientras seguíamos con la limpieza sonó el Den Den Mushi que nos habían entregado antes de salir:
-Agentes. Es hora de iniciar la ofensiva total. ¿Han encontrado algo de relevancia? ¿Han pacificado la isla? Necesitamos saberlo antes de avanzar. Contesten y diríjanse a Hallstat tras terminar la limpieza.
-Seguimos limpiando la isla, Señor, estaba llena de Gohuls. .- hice una pequeña pausa. No sabía si comentar lo del semigigante pero al final me decanté por decirlo podía ser importante.-También hemos acabado con un semigigante. En cuanto acabemos la limpieza daremos parte y partiremos. ¿Se nos requiere para alguna zona en especial de la capital enemiga?-cuanto más supiéramos de la zona donde teníamos que ir mejor-¿Los piratas y revolucionarios se han unido a nosotros?-tras la respuesta, en caso de ser afirmativa-¿Como los reconoceremos?
Mientras esperaba una respuesta dejé a los agentes terminar con aquello, pase a la forma completa de la akuma, agarré el Den Den con una garra y me pusieron el rifle a la espalda. Despegué a inspeccionar el resto de la isla, me hubiera gustado hacerlo por tierra con los demás pero parecía no haber tiempo para ello. Aunque presté especial atención a las zonas costeras desde donde pudieran zarpar barcos o haber habido campamentos desde los que lanzar una ofensiva, también pasé por las zonas interiores en busca de pistas de actividad.
-Agentes. Es hora de iniciar la ofensiva total. ¿Han encontrado algo de relevancia? ¿Han pacificado la isla? Necesitamos saberlo antes de avanzar. Contesten y diríjanse a Hallstat tras terminar la limpieza.
-Seguimos limpiando la isla, Señor, estaba llena de Gohuls. .- hice una pequeña pausa. No sabía si comentar lo del semigigante pero al final me decanté por decirlo podía ser importante.-También hemos acabado con un semigigante. En cuanto acabemos la limpieza daremos parte y partiremos. ¿Se nos requiere para alguna zona en especial de la capital enemiga?-cuanto más supiéramos de la zona donde teníamos que ir mejor-¿Los piratas y revolucionarios se han unido a nosotros?-tras la respuesta, en caso de ser afirmativa-¿Como los reconoceremos?
Mientras esperaba una respuesta dejé a los agentes terminar con aquello, pase a la forma completa de la akuma, agarré el Den Den con una garra y me pusieron el rifle a la espalda. Despegué a inspeccionar el resto de la isla, me hubiera gustado hacerlo por tierra con los demás pero parecía no haber tiempo para ello. Aunque presté especial atención a las zonas costeras desde donde pudieran zarpar barcos o haber habido campamentos desde los que lanzar una ofensiva, también pasé por las zonas interiores en busca de pistas de actividad.
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Una enorme sacudida me tira al suelo, haciendo que uno de los mercenarios caiga sobre mi. Solté un gruñido y moví un brazo, haciendo que una fuerte ráfaga de viento me lo quite de encima, moviéndolo al otro lado del submarino. Suspiré y me levanté. Entonces, intentando que Sansu u Onox no me vieran, empecé a deslizarme a cuatro patas entre las piernas de los mercenarios, buscando aquello que me llenaba de curiosidad desde que entré al submarino.
Llegué hasta la sala de máquinas y me quedé observando toda aquella estructura que hacía funcionar este submarino, con la boca abierta y ligeramente maravillado. Empecé a caminar poco a poco por el largo pasillo, sin dejar de observar todo lo que veía. Válvulas, manguitos, tuberías y medidores. Aquello era el paraíso, pero...
¡No tenía una llave inglesa!
Me senté en el suelo, de brazos y cruzados y de morros, sin poder hacer absolutamente nada por la falta de material.
Llegué hasta la sala de máquinas y me quedé observando toda aquella estructura que hacía funcionar este submarino, con la boca abierta y ligeramente maravillado. Empecé a caminar poco a poco por el largo pasillo, sin dejar de observar todo lo que veía. Válvulas, manguitos, tuberías y medidores. Aquello era el paraíso, pero...
¡No tenía una llave inglesa!
Me senté en el suelo, de brazos y cruzados y de morros, sin poder hacer absolutamente nada por la falta de material.
Now you're trying to run, and it's making me laugh
Ha ha ha
Where ya gonna go to?
Tryin' to hide, but you know that I'll find you
Tippy toe, sneakin' up behind you
I'm Rocket, do I have to remind you?
~I started a joke. But I didn't see... that the joke was on me~
Kenichi
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Madre mía, lo poco que quedaba de las calles incitaban a pensar que esta zona había sufrido probablemente una de las peores partes de la guerra. Una cantidad de escombros que, quisiera o no pensar en ello, Kenichi sabía que enterraban a decenas de cadáveres. El destino sería caprichoso en esta ocasión, permitiendo que entre todos los ruidos lejanos de guerra, Shirahama fuera capaz de escuchar lo que parecía ser una risa de una mujer. Girando entre lo que antes eran varias calles, al fin llegó a la zona de la cual procedía tal carcajada. Los ojos de Kenichi expresaban perfectamente la sensación de horror que sentía ante la imgen de la mujer, la cual tenía el tronco inferior literalmente destrozado, con sangre a su alrededor, y no poca precisamente. Recordando su objetivo, el joven practicante de Ryu Hiza agitó su cabeza recordando su objetivo principal. Debía hacer... algo para salvarla, así que de forma apresurada se arrodilló frente a ella, observando más tranquilamente la situación.
- ¡Por favor, aguante! Encontraré alguna manera de sacarla de aquí. - En el fondo sabía que estas palabras tenían un significado vacío
- Vaya vaya... querido... Jajajaja, ¿salvarme a mí? Deberías pensar en salvarte a ti mismo, huir de estos mares. - La mujer comenzó a escupir sangre - Yo no tengo salvación posible... Mi hora al fin llegó, no tengo nada por lo que vivir... Excepto... - comenzó a dirigir su mano, con toda la fuerza que le quedaba, hacia la zona de su estómago.
- ¿Su estómago? ¿Es ahí donde le du-...?
El shock que acababa de sentir Kenichi en ese momento era inmenso. ¡La mujer estaba embarazada!
- Mi pequeño... no se merece esta vida.
El sudor se hizo presente en todo el rostro de Kenichi, madre mía... madre mía... ¿qué iba a hacer ahora? Para la suerte (extrema) de Kenichi, un médico recluta de la marina que estaba siguiendo a Shirahama había escuchado también la risa de la mujer, llegando al fin a la escena.
- ¡Tú, ven aquí ahora mismo! - mirando a su alrededor, Kenichi también observó lo que parecía ser un cubo y una fuente, y a escasos metros lo que parecían ser unos pañuelos sucios.
- Por favor... salven a mi hijo... se lo ruego...
- No estarás pensando en dar a luz en ese estado ¿verdad? - el médico estaba impresionado por la impactante situación
- ¡No pierdas más tiempo, yo ayudaré en todo lo que pida, por favor!
Los minutos pasaban, y aunque no tenían los utensilios para dar a luz de una forma perfecta, además de la grandisima pérdida de sangre que había sufrido la mujer, había poquísimas posibilidades de que esto saliera bien. Pero ella lo sabía, estaba condenada, así que con su último aliento, con la voluntad de una madre, daría luz a una nueva vida, una nueva historia... La situación era lo más agonizante posible, Kenichi se habría derrumbado durante el proceso más de una vez, pero al sostener la mano de la mujer, de alguna manera, consiguió mantener la compostura. Esto es lo que significaba ser una madre... hacer lo imposible para salvar a tu hijo, aunque te costara la vida y un poco más de la misma.
Finalmente, el niño comenzó a salir, al tener el tronco inferior completamente destrozado, por suerte o por desgracia... no fue muy complicado. Con mucho cuidado, se consiguió cortar el cordón umbilical con una pequeña herramienta que el mismo médico llevaba, el niño de primeras no daba ningún signo de vida, Kenichi miró a la madre, la cual parecía... concentrada, balbuceando algo. Después de varios azotes, el bebé por fin comenzó a llorar, aunque de una forma muy tenue... estaba muy débil, no duraría mucho tiempo aquí, por lo que el médico se apresuró a llevarlo a la embarcación en la cual habían llegado. El niño había sido envuelto en unos pocos trapos, por lo que Kenichi, haciendo uso de los pocos que quedaban, encendió una tenue hoguera cerca de la madre. No podía creer lo que acababa de suceder, realmente la vida es algo único, y esta experiencia se lo había demostrado una vez más.
- Querido... dime tu nombre... - la mujer, cada vez sonaba más y más débil... no la quedaba mucho tiempo
- Shirahama... Kenichi - se limpió una lágrima que comenzó a caer por su rostro - ¿y el suyo?
La mujer comenzó a toser más sangre.
- Ken-chan... mi nombre no importa... mi vida ha llegado a su fin. Pero sí me gustaría decirte un nombre... un nombre que marcará el comienzo de otra historia. - Kenichi se arrodilló a su lado, agarrándola de la mano firmemente - Si es chica, su nombre será Elizabeth... pero... - estaba a punto de... - si es chico... quiero que se llame...
...
...
La mano de la mujer cayó sobre el suelo, sin vida. Las lágrimas de Kenichi comenzaron a caer sobre el rostro de la mujer, ya no podía contenerlo más, había vuelto a fallar... Una vida más había acabado frente a sus ojos, sin ser capaz de hacer nada. El joven luchador se quedaría ahí, arrodillado frente al cuerpo de la mujer, llorando su pérdida y su falta de fuerza.
- ¡Por favor, aguante! Encontraré alguna manera de sacarla de aquí. - En el fondo sabía que estas palabras tenían un significado vacío
- Vaya vaya... querido... Jajajaja, ¿salvarme a mí? Deberías pensar en salvarte a ti mismo, huir de estos mares. - La mujer comenzó a escupir sangre - Yo no tengo salvación posible... Mi hora al fin llegó, no tengo nada por lo que vivir... Excepto... - comenzó a dirigir su mano, con toda la fuerza que le quedaba, hacia la zona de su estómago.
- ¿Su estómago? ¿Es ahí donde le du-...?
El shock que acababa de sentir Kenichi en ese momento era inmenso. ¡La mujer estaba embarazada!
- Mi pequeño... no se merece esta vida.
El sudor se hizo presente en todo el rostro de Kenichi, madre mía... madre mía... ¿qué iba a hacer ahora? Para la suerte (extrema) de Kenichi, un médico recluta de la marina que estaba siguiendo a Shirahama había escuchado también la risa de la mujer, llegando al fin a la escena.
- ¡Tú, ven aquí ahora mismo! - mirando a su alrededor, Kenichi también observó lo que parecía ser un cubo y una fuente, y a escasos metros lo que parecían ser unos pañuelos sucios.
- Por favor... salven a mi hijo... se lo ruego...
- No estarás pensando en dar a luz en ese estado ¿verdad? - el médico estaba impresionado por la impactante situación
- ¡No pierdas más tiempo, yo ayudaré en todo lo que pida, por favor!
Los minutos pasaban, y aunque no tenían los utensilios para dar a luz de una forma perfecta, además de la grandisima pérdida de sangre que había sufrido la mujer, había poquísimas posibilidades de que esto saliera bien. Pero ella lo sabía, estaba condenada, así que con su último aliento, con la voluntad de una madre, daría luz a una nueva vida, una nueva historia... La situación era lo más agonizante posible, Kenichi se habría derrumbado durante el proceso más de una vez, pero al sostener la mano de la mujer, de alguna manera, consiguió mantener la compostura. Esto es lo que significaba ser una madre... hacer lo imposible para salvar a tu hijo, aunque te costara la vida y un poco más de la misma.
Finalmente, el niño comenzó a salir, al tener el tronco inferior completamente destrozado, por suerte o por desgracia... no fue muy complicado. Con mucho cuidado, se consiguió cortar el cordón umbilical con una pequeña herramienta que el mismo médico llevaba, el niño de primeras no daba ningún signo de vida, Kenichi miró a la madre, la cual parecía... concentrada, balbuceando algo. Después de varios azotes, el bebé por fin comenzó a llorar, aunque de una forma muy tenue... estaba muy débil, no duraría mucho tiempo aquí, por lo que el médico se apresuró a llevarlo a la embarcación en la cual habían llegado. El niño había sido envuelto en unos pocos trapos, por lo que Kenichi, haciendo uso de los pocos que quedaban, encendió una tenue hoguera cerca de la madre. No podía creer lo que acababa de suceder, realmente la vida es algo único, y esta experiencia se lo había demostrado una vez más.
- Querido... dime tu nombre... - la mujer, cada vez sonaba más y más débil... no la quedaba mucho tiempo
- Shirahama... Kenichi - se limpió una lágrima que comenzó a caer por su rostro - ¿y el suyo?
La mujer comenzó a toser más sangre.
- Ken-chan... mi nombre no importa... mi vida ha llegado a su fin. Pero sí me gustaría decirte un nombre... un nombre que marcará el comienzo de otra historia. - Kenichi se arrodilló a su lado, agarrándola de la mano firmemente - Si es chica, su nombre será Elizabeth... pero... - estaba a punto de... - si es chico... quiero que se llame...
...
...
La mano de la mujer cayó sobre el suelo, sin vida. Las lágrimas de Kenichi comenzaron a caer sobre el rostro de la mujer, ya no podía contenerlo más, había vuelto a fallar... Una vida más había acabado frente a sus ojos, sin ser capaz de hacer nada. El joven luchador se quedaría ahí, arrodillado frente al cuerpo de la mujer, llorando su pérdida y su falta de fuerza.
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Mierda, ahora sí que se habían metido en un buen problema. ¿Cómo se le pudo ocurrir utilizar el rokushiki delante de todo el mundo? Si alguien había sido capaz de verlo ahora todos sabrían que, por lo menos, un agente del Cipher Pol andaba merodeando por ahí. "Genial... Tan solo espero que no lo haya visto nadie." Dejó escapar un suspiro de resignación, al fin y al cabo ya no podían hacer nada para arreglar ese error y tan solo les quedaba implorar porque nadie hubiera visto el impresionante despliegue de habilidades de su compañero. En fin... Qué se le iba a hacer.
Sin embargo, para su sorpresa, los supervisores habían decidido hacer un recuento de los mercenarios que allí se encontraban, probablemente tratando de localizar al pelirrojo. Ya iba siendo hora de que se dieran cuenta, ¿no? Tan solo habían tardado un poquito menos de lo que esperaba, pero no importaba demasiado. Solos. Les habían dejado solos en esa inmensa embarcación al desalojarla para contabilizar a la gente. Ojalá su compañero hubiese sido una compañera... Habría sido una situación que podría aprovecharse de formas mucho más divertidas, pero bueno... Estaban en medio de una misión, no podía permitirse perder el tiempo con ese tipo de pensamientos. En cualquier caso, ¿por qué resonaba esa musiquita en su cabeza? ¡Joder, he dicho que no es el momento!
- Bueno, por suerte nos acaban de otorgar total libertad de acción -comenzó, observando alrededor para asegurarse por completo de que nadie más aparte de él y su compañero se encontraba ahí- Supongo que nos quedan dos opciones: arrancar este trasto y largarnos de aquí o sabotear la sala de máquinas. No sé tú, pero te aseguro que no querrías que yo pilotara este cacharro.
Y no faltaba nada de verdad en sus palabras. Aún recordaba cuando trataron de enseñarle en la academia los fundamentos básicos del buen navegante. Paso uno: no estrellar el barco contra el acantilado. Paso dos: ...mierda. Bueno, para qué engañarnos, si había algo en el mundo para lo que era un completo negado era para navegar y cantar... No queráis saber las que se montan cuando se mezclan ambas cosas. Realmente ni siquiera recuerda cómo se las apañó, tan solo tenía que mantener el rumbo y... Bueno, digamos que todo el mundo se puede despistar y atravesar medio puerto con un barco, ¿no? De todos modos y volviendo al tema que nos atañe, estaba claro que si Noa no sabía pilotar aquella cosa él no sería quien se ofreciera voluntario, por lo que la opción más viable era sabotearlo.
- Creo que será mejor que busquemos la sala de máquinas. Teniendo en cuenta el que no hubiera nadie para darle un mantenimiento adecuado al cañón, dudo mucho que en el caso de esta nave sea diferente. Si consigo averiarlo no serán capaces de salir de aquí hasta que envíen a alguien a reparar los daños, así que... Vamos -concluyó, dándose la vuelta y haciendo un gesto con la mano para que le siguiera. Tan solo esperaba que lo hiciera de buenas y no siguiera molesto por casi acabar con su vida... Tampoco había sido para tanto.
Sus pasos le encaminaron hacia la parte trasera del submarino. Aquellos cacharros solían tener la sala de máquinas en aquella sección, cerca de las hélices que ayudaban a la embarcación a desplazarse bajo las aguas. Al fin y al cabo era el único medio por el que se impulsaban, así que le pareció la opción más lógica. Sin embargo, debían comenzar a prepararse para lo que podía llegar a convertirse en una verdadera batalla campal. Una vez terminaran con ello les tocaría salir de allí, y fuera se encontraban todos los mercenarios que habían sobrevivido. Si a Noa no se le ocurría nada para salir sin ser vistos, probablemente tuvieran que abrirse paso para salir de aquella isla. "Espero que no se complique más."
- Bir-D, vigila la entrada del submarino y transmíteme las imágenes si entra alguien.
Sin embargo, para su sorpresa, los supervisores habían decidido hacer un recuento de los mercenarios que allí se encontraban, probablemente tratando de localizar al pelirrojo. Ya iba siendo hora de que se dieran cuenta, ¿no? Tan solo habían tardado un poquito menos de lo que esperaba, pero no importaba demasiado. Solos. Les habían dejado solos en esa inmensa embarcación al desalojarla para contabilizar a la gente. Ojalá su compañero hubiese sido una compañera... Habría sido una situación que podría aprovecharse de formas mucho más divertidas, pero bueno... Estaban en medio de una misión, no podía permitirse perder el tiempo con ese tipo de pensamientos. En cualquier caso, ¿por qué resonaba esa musiquita en su cabeza? ¡Joder, he dicho que no es el momento!
- Bueno, por suerte nos acaban de otorgar total libertad de acción -comenzó, observando alrededor para asegurarse por completo de que nadie más aparte de él y su compañero se encontraba ahí- Supongo que nos quedan dos opciones: arrancar este trasto y largarnos de aquí o sabotear la sala de máquinas. No sé tú, pero te aseguro que no querrías que yo pilotara este cacharro.
Y no faltaba nada de verdad en sus palabras. Aún recordaba cuando trataron de enseñarle en la academia los fundamentos básicos del buen navegante. Paso uno: no estrellar el barco contra el acantilado. Paso dos: ...mierda. Bueno, para qué engañarnos, si había algo en el mundo para lo que era un completo negado era para navegar y cantar... No queráis saber las que se montan cuando se mezclan ambas cosas. Realmente ni siquiera recuerda cómo se las apañó, tan solo tenía que mantener el rumbo y... Bueno, digamos que todo el mundo se puede despistar y atravesar medio puerto con un barco, ¿no? De todos modos y volviendo al tema que nos atañe, estaba claro que si Noa no sabía pilotar aquella cosa él no sería quien se ofreciera voluntario, por lo que la opción más viable era sabotearlo.
- Creo que será mejor que busquemos la sala de máquinas. Teniendo en cuenta el que no hubiera nadie para darle un mantenimiento adecuado al cañón, dudo mucho que en el caso de esta nave sea diferente. Si consigo averiarlo no serán capaces de salir de aquí hasta que envíen a alguien a reparar los daños, así que... Vamos -concluyó, dándose la vuelta y haciendo un gesto con la mano para que le siguiera. Tan solo esperaba que lo hiciera de buenas y no siguiera molesto por casi acabar con su vida... Tampoco había sido para tanto.
Sus pasos le encaminaron hacia la parte trasera del submarino. Aquellos cacharros solían tener la sala de máquinas en aquella sección, cerca de las hélices que ayudaban a la embarcación a desplazarse bajo las aguas. Al fin y al cabo era el único medio por el que se impulsaban, así que le pareció la opción más lógica. Sin embargo, debían comenzar a prepararse para lo que podía llegar a convertirse en una verdadera batalla campal. Una vez terminaran con ello les tocaría salir de allí, y fuera se encontraban todos los mercenarios que habían sobrevivido. Si a Noa no se le ocurría nada para salir sin ser vistos, probablemente tuvieran que abrirse paso para salir de aquella isla. "Espero que no se complique más."
- Bir-D, vigila la entrada del submarino y transmíteme las imágenes si entra alguien.
- Issei:
- Te despiertas encerrado en una prisión, a causa de los gritos de dolor de un prisionero. Parece que hay alguien acompañándolo, y se escuchan ecos de una conversación. Parecen esposas normales y corrientes, y la puerta no es precisamente de seguridad. Cualquiera podría salir de ahí, seguro...
- Nemonic:
- Te despiertas en una habitación vacía, sólo decorada por un cuadro enorme de una mujer vestida de novia, con los ojos negros y el vestido ensangrentado. Parece que tiene un corazón en la mano. Puedes escuchar pasos y ves algo de luz por un pasillp que desciende en escalera. Escuchas también un llanto de mujer. No hay escapatoria a la vista, por lo que algo deberás hacer.
- Frog:
- Aún quedan muchos golems, pero parece que se dirigen hacia otro lado, y tú tienes cosas que hacer en Hallstat. Puedes seguir luchando, pero tal vez prefieras ir a la capital cuanto antes. Quién sabe, tú escribes la historia.
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Avanzábamos por un pasillo por un pasillo oscuro solo iluminado por las luces de nuestras akumas. Ese pasillo da y tenebroso y adémás se oían ruidos por detrás de nosotros un ruido que hace que me empiecen a doler los oídos. Ese pasillo parecía salido de una película de terror y el barco estaba claro que estaba embrujado, pero yendo acompañado con el mejor miembro del gremio y armado hasta los dientes el miedo disminuía.
Seguía andando junto a kaito por aquel pasillo maldito, hacia una puerta negra que lo único brillante que tenía era un picaporte de plata y una luz extraña que salia por todos los recovecos de la puerta y los llantos de la mujer se hacían más fuertes y penetrantes se olía a kilometros que era una trampa, pero había que ir.
- Kaito suerte la vamos a necesitar algo me dice que detrás de esa puerta nos espera un combate
Me aventuré a abrir el picaporte y entré en la habitación siempre sujetando el picaporte para mantenerla abierta para kaito.
Seguía andando junto a kaito por aquel pasillo maldito, hacia una puerta negra que lo único brillante que tenía era un picaporte de plata y una luz extraña que salia por todos los recovecos de la puerta y los llantos de la mujer se hacían más fuertes y penetrantes se olía a kilometros que era una trampa, pero había que ir.
- Kaito suerte la vamos a necesitar algo me dice que detrás de esa puerta nos espera un combate
Me aventuré a abrir el picaporte y entré en la habitación siempre sujetando el picaporte para mantenerla abierta para kaito.
Rainbow662
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La despedida fue de lo más incómoda. El travesti se negó a dejarle remar a él, por algún tipo de caballerosidad aderezada con posturitas de culturista, así que tuvo que dejar que él llevase los dos remos. Una lástima porque, sin importar que hubiera o no viento, remar le habría venido bien para distraerse de los pompones que decoraban la nave. Aunque iba a velocidad norma,a Arribor le parecía que avanzaban a un ritmo horrosamente lento. Seguramente fuese por las miradas que le dedicaba su compañero de viaje o porque el recuerdo de las risas de los aldeanos, ajenos ya a sus problemas, le dedicaron al verlo zarpar en tal compañía. El puñetero niño incluso le hizo un saludo con la mano al más puro estilo del travesti mientras les decía "Adiós, corazones". El calvo le devolvió el saludo pero él simplemente le lanzó uno de los pompones a la cabeza mientras maldecía su suerte.
Por si fuera poco, el Okama no dejó de hablar durante todo el camino desde que salieron de la isla "Como-se-llame". Le habló de su pasado, de su afición a los dulces, las colonias suaves y los fulares con estampados, de su increíble entrenamiento diario y de otro montón de cosas que a Arribor poco le interesaban. Curiosamente no le dijo su nombre y él tampoco se lo preguntó. Le daba miedo como pudiera llamarse ese tipo. También le explicó cómo había llegado al North Blue; por lo visto fue siguiendo al Club de Fans de los Pelícanos, quienes, curiosamente, no se dedicaban a observar pelícanos sino a matarlos para hacer abrigos de plumas. En fin, no sería él quien cuestionase el mundo de la moda.
Mientras escuchaba su monólogo, Franklin permanecía acurrucado a la espalda de su dueño, si es que se podía llamar así, mirando de vez en cuando al terrorífico remero como si fuese a devorarle. Aquel bicho era cada vez más molesto. Con suerte encontraría algo de comer y dejaría de molestarle con sus quejidos. Claro que para eso el Okama tendría que llevar provisiones, aunque fuesen un par de dulces, fruta o un bote de cacahuetes con matarratas; cualquier cosa le valía. Para intentar evadirse, él estaba concentrado en la extraña nube negra con forma de mancha de tinta. Parecía un mal augurio, y si algo sabía del dramático conde era que representaba un mal augurio personificado. Parecía un buen lugar donde empezar a buscarlo tras librarse de su efusivo admirador.
Fue cuando el Okama empezó a hablar sobre bañadores cuando Arribor decidió poner en marcha su plan. La pastilla picante voló hasta colarse en su boca pero el tipo ni se inmutó. No le extrañaba nada. Aquella gente eran monstruos capaces de soportar cualquier cosa. "¿Qué diablos hago ahora?", pensó. Un sudor frío le recorrió la espalda y pensamientos nada buenos pasaron por su mente. Le aterraba lo que pudiera hacer ahora ese hombre. ¿Cómo iba a tirarlo al agua si su plan había fallado? ¿Cómo...
"Un momento. ¿Porqué me asusto? Debo ser idiota", reflexionó. Y lo empujó igualmente.
Por desgracia, algo en su plan falló. Algo que no logró prever. El travesti se hundió sin remedio como si fuese una bola de cañón. Arribor lo miró boquiabierto, incluso Franklin parecía sorprendido. No quería matarlo, solo librarse de él. Durante una milésima de segundo se planteó seguir sin más su camino hacia... bueno, seguir su camino, pero al final hizo lo que consideraba lo más correcto y lo más estúpido. Agarró uno de los remos para intentar subir al molesto calvo de nuevo a bordo, aunque fuese tirando de su ridículo tutú.
Por si fuera poco, el Okama no dejó de hablar durante todo el camino desde que salieron de la isla "Como-se-llame". Le habló de su pasado, de su afición a los dulces, las colonias suaves y los fulares con estampados, de su increíble entrenamiento diario y de otro montón de cosas que a Arribor poco le interesaban. Curiosamente no le dijo su nombre y él tampoco se lo preguntó. Le daba miedo como pudiera llamarse ese tipo. También le explicó cómo había llegado al North Blue; por lo visto fue siguiendo al Club de Fans de los Pelícanos, quienes, curiosamente, no se dedicaban a observar pelícanos sino a matarlos para hacer abrigos de plumas. En fin, no sería él quien cuestionase el mundo de la moda.
Mientras escuchaba su monólogo, Franklin permanecía acurrucado a la espalda de su dueño, si es que se podía llamar así, mirando de vez en cuando al terrorífico remero como si fuese a devorarle. Aquel bicho era cada vez más molesto. Con suerte encontraría algo de comer y dejaría de molestarle con sus quejidos. Claro que para eso el Okama tendría que llevar provisiones, aunque fuesen un par de dulces, fruta o un bote de cacahuetes con matarratas; cualquier cosa le valía. Para intentar evadirse, él estaba concentrado en la extraña nube negra con forma de mancha de tinta. Parecía un mal augurio, y si algo sabía del dramático conde era que representaba un mal augurio personificado. Parecía un buen lugar donde empezar a buscarlo tras librarse de su efusivo admirador.
Fue cuando el Okama empezó a hablar sobre bañadores cuando Arribor decidió poner en marcha su plan. La pastilla picante voló hasta colarse en su boca pero el tipo ni se inmutó. No le extrañaba nada. Aquella gente eran monstruos capaces de soportar cualquier cosa. "¿Qué diablos hago ahora?", pensó. Un sudor frío le recorrió la espalda y pensamientos nada buenos pasaron por su mente. Le aterraba lo que pudiera hacer ahora ese hombre. ¿Cómo iba a tirarlo al agua si su plan había fallado? ¿Cómo...
"Un momento. ¿Porqué me asusto? Debo ser idiota", reflexionó. Y lo empujó igualmente.
Por desgracia, algo en su plan falló. Algo que no logró prever. El travesti se hundió sin remedio como si fuese una bola de cañón. Arribor lo miró boquiabierto, incluso Franklin parecía sorprendido. No quería matarlo, solo librarse de él. Durante una milésima de segundo se planteó seguir sin más su camino hacia... bueno, seguir su camino, pero al final hizo lo que consideraba lo más correcto y lo más estúpido. Agarró uno de los remos para intentar subir al molesto calvo de nuevo a bordo, aunque fuese tirando de su ridículo tutú.
- Si no lo salva:
- -Bueno... eso no me lo esperaba. -se lamentó el pirata. Aquel tipo no parecía malo, no quería que muriese... aún. En cierto modo incluso consideraba que había sido culpa suya en parte. De haber tenido corazón probablemente se habría entristecido-. En fin, a otra cosa. -exclamó en voz alta-. Franklin, busca por ahí algo de comer.
- Acciones:
- Un poco de relleno para darle calité al post - intentar llevar a cabo su plan para librase del travesti - intentar salvarlo después con uno de los remos, por motivos que desconoce - lo salve o no lo salve se dirigirá hacia "la extraña nube negra con forma de mancha de tinta"
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El anciano me hizo caso y tan rápido acabé, me tendió una foto. La acepté con una sonrisa y la miré con detenimiento…. ”No debería ser difícil encontrarme a alguien así…” – pensaba mientras notaba que su pelo era de un tono morado al igual que sus ojos. No, definitivamente encontrarlo no sería mucho problema. Suspiré mientras la guardaba en el bolsillo interno de mi chaqueta, me despedí con una mano y seguí caminando… ”Un puesto más y me devuelvo. Me preocupan esos tipos.” – notaba la atenta mirada de la mujer que paso a paso dejaba atrás, ¿no confiaría en mí? Bueno, no era normal que un general abandoné su lugar de defensa a no hacer nada y cumplir sus… Intereses personales… sí, podría decirse que era saciar mi propio interés… En cierta parte.
Entre tanto y tanto, llegué al último puesto que visitaría. Parecía más interesante que el otro y… el olor de las magdalenas caseras para la migraña me cautivó al instante que entró por mis fosas nasales. Tenía que probar una. Escuché con atención las palabras de la mujer dueña del puesto y, mientras recuperaba la compostura, le sonreí.
– Sí, claro que quiero – mi tono fue algo infantil y muy dulce. – Si no es mucha molestia, me gustaría llevarme cinco – quizás era una exageración… pero por pedir no perdía nada – Le aseguro que ganaremos. Pase lo que pase, ganaremos. – Dije con convicción. Una vez me diera, una o las cinco que le pedí, me iría al lugar que debería estar defendiendo. Tenía que volver y que mejor que irme… Ya exploraría este pueblo otro día, pero la ocasión no era la idónea y debía volver. Derian estaba confiando en mí y no podía romper esa confianza. ”Bien, aquí vamos.” - no tenía idea cuánto había caminado o cuánto había tardado, pero me iría corriendo para llegar un poco más rápido y dejar de estar tan relajado… La acción, seguramente, no tardaría en comenzar y no podía perder el tiempo aquí abajo… Era hora para que el General Midorima Shintaro, entrara en el campo de batalla.
Maki
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"Oh caracol, ¿porqué me has abandonado? ¿es porqué intenté comerte?", pensó Maki para que la criatura pudiera saber que estaba decepcionado. Él creía que eran amigos pero por lo visto, Dimitri, como había decidido llamar al caracol, no tenía intención de ayudarle. O quizás... ¡Pues claro! En realidad estaba esperando el momento oportuno para intervenir. Era un tipo muy listo. Maki le hizo un gesto con el pulgar mientras le guiñaba un ojo para demostrarle que sabía lo que hacía y que le apoyaba.
Pero eso no solucionaba su problema inmediato. No podía dejar que se llevaran a su nueva amiga así como así, ¿o si?... Nah, no podía dejarlo así. Supuso que no le quedaba más remedio que luchar, aunque la idea no le gustaba nada de nada. Él no era un tipo de acción, jamás lo había sido. Solía adaptarse a las circunstancias la mayoría de las veces, menos alguna que otra excepción obvia. ¿Era aquella una excepción? La respuesta estaba clara, siempre estuvo clara: NO
No iba a luchar, más que nada porque eso implicaría ser un desagradecido con sus amigos, así que optó por la opción más inteligente, más astuta y más inesperada. Nunca había mentido, pero la ocasión lo pedía a gritos. Si creían que la tal Cornelia era mala solo tenía que hacerles ver que no era así, al menos el tiempo suficiente como para que Dimitri pudiera hacerse cargo de la situación.
-¡Alto! -exclamó Maki. Sabía que solo había una persona que pudiera impedirles hacerle daño a la gyojin, y curiosamente era un nombre que se le había quedado en la memoria, debido a las continuas repeticiones de los ghoul. -¡¡¡Esa mujer es la verdadera Derian Markov!!! -gritó. Luego simplemente se agachó a recoger la bonita piedra que había en el suelo para añadirla a su colección.
Pero eso no solucionaba su problema inmediato. No podía dejar que se llevaran a su nueva amiga así como así, ¿o si?... Nah, no podía dejarlo así. Supuso que no le quedaba más remedio que luchar, aunque la idea no le gustaba nada de nada. Él no era un tipo de acción, jamás lo había sido. Solía adaptarse a las circunstancias la mayoría de las veces, menos alguna que otra excepción obvia. ¿Era aquella una excepción? La respuesta estaba clara, siempre estuvo clara: NO
No iba a luchar, más que nada porque eso implicaría ser un desagradecido con sus amigos, así que optó por la opción más inteligente, más astuta y más inesperada. Nunca había mentido, pero la ocasión lo pedía a gritos. Si creían que la tal Cornelia era mala solo tenía que hacerles ver que no era así, al menos el tiempo suficiente como para que Dimitri pudiera hacerse cargo de la situación.
-¡Alto! -exclamó Maki. Sabía que solo había una persona que pudiera impedirles hacerle daño a la gyojin, y curiosamente era un nombre que se le había quedado en la memoria, debido a las continuas repeticiones de los ghoul. -¡¡¡Esa mujer es la verdadera Derian Markov!!! -gritó. Luego simplemente se agachó a recoger la bonita piedra que había en el suelo para añadirla a su colección.
- Maki:
- Nivel: 79
Experiencia: 148.115
Nombre: Augustus Irwin Makintosh
Apodo: Maki
Facción: Revolucionario
Rango: Oficial
"Si el agua está salada, es que estás en el mar". Augustus Makintosh
AlexEmpanadilla
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- Amiguetes... Amiguetes... oh, ¿te refieres a Derian? -el doctor suelta una carcajada-. No, Derian solo es un conocido al que odio y quiero ver muerto. Eso es... -el hombre pelo blanco se acerca al tipo, con una sonrisa en la boca y dice-. Es más, ojalá se muera de una vez. Es decir... ¿una guerra de conquista? -pregunta de forma retórica-. Por favor... -el chico suspira-. ¿Sabes? En el fondo me encantaría ver a Derian entre la espada y la pared. Bueno, no literalmente, es decir... nunca me han gustado las armas, ¿sabes? -el albino se dio cuenta de que el batiburrillo de palabras terminaría por derivar en un monólogo sin sentido, por lo que únicamente dijo-. En realidad, podría sacarte de aquí. Eso, o simplemente matarte de formas desagradables. Tengo un veneno de acción lenta que es como si un montón de hormigas te recorriesen las venas y te las devorasen desde el interior. ¿Quieres probarlo? -propuso, con un brillo de ilusión en los ojos, como el de un niño pequeño.
Tras unos instantes escuchando forcejear al catador, el doctor simplemente se acercó a él y creó una hoja de cloro grande como una espada corta, dejándola caer sobre el cuello del hombre, que se detuvo de inmediato.
- Vaya desastre... -murmuró el doctor, agarrando el rayador de queso y acercándose a la comida tirada en una esquina: un taco de enmental y unos macarrones fríos-. Una verdadera lástima... tiene buena pinta, ¿no crees? -le preguntó al otro hombre-. Oye, ¿quieres que te saque de aquí? -preguntó mientras rayaba el queso sobre los macarrones.
Mientras esperaba la respuesta del hombre, empezó a devorar la pasta con queso. Tenía curiosidad por aquel tipo, una curiosidad verdaderamente impresionante. Un macarrón se cayó al suelo, y una pequeña rata lo cazó casi al vuelo antes de regresar a su escondrijo en un hueco del muro.
Tras unos instantes escuchando forcejear al catador, el doctor simplemente se acercó a él y creó una hoja de cloro grande como una espada corta, dejándola caer sobre el cuello del hombre, que se detuvo de inmediato.
- Vaya desastre... -murmuró el doctor, agarrando el rayador de queso y acercándose a la comida tirada en una esquina: un taco de enmental y unos macarrones fríos-. Una verdadera lástima... tiene buena pinta, ¿no crees? -le preguntó al otro hombre-. Oye, ¿quieres que te saque de aquí? -preguntó mientras rayaba el queso sobre los macarrones.
Mientras esperaba la respuesta del hombre, empezó a devorar la pasta con queso. Tenía curiosidad por aquel tipo, una curiosidad verdaderamente impresionante. Un macarrón se cayó al suelo, y una pequeña rata lo cazó casi al vuelo antes de regresar a su escondrijo en un hueco del muro.
Gareth Silverwing
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Pero serán... Se han hecho todos los locos para no tener que cargar con Kai. Bien, supongo que tendré que encargarme yo, una pena dado que a diferencia de ellos yo desconozco el significado de la palabra "delicadeza". Pero antes.
-No se preocupe, nuestra misión está en otro sitio, pero me encargaré de que reciban ayuda- Dije con un tono serio pero confiable a aquel ciudadano -Por ahora centrense en reunir a los supervivientes cerca del puerto, de esa forma se tardará menos tiempo en evacuarlos.- Sugerí para que se fueran organizando. -Y otra cosa... necesitaré ciertos materiales.- Finalicé preguntando dónde podía conseguir una serie de sencillos artículos.
Tras unos minutos me presenté frente a Kai equipado con un delantal de cuero, una redecilla recogiendo mi pelo, una mascarilla anti-gas y un par de guantes de goma que me llegaban por los codos. Ajusté los guantes de goma como un buen cirujano antes de comenzar la operación y le eché el guante, nunca mejor dicho, a Kai, arrastrándolo del cuello de la camisa como si fuera un cachorro. Por el camino iba dejando un asqueroso rastro de ese hediondo pringue, el cual generaba más de una mueca entre los ciudadanos que se habían reunido en el lugar. Una vez llegamos al barco lo dejé en la cubierta mientras me adentraba en la embarcación en busca de otra de las "herramientas" que necesitaba. Tras unos segundos salí a cubierta con una de las mangueras conectadas a la toma de agua que teníamos para casos de incendios. Sin más miramientos ni piedad disparé un chorro de agua con la intención de purgar ese mal olor de Kai,o por lo menos el pringue que lo generaba, luego se daría una ducha en condiciones. Una vez acabada la tarea me volví al resto de mis compañeros
-Voy a atender unos asuntos. Como vuelva y me encuetre un sólo ápice de ese hedor... tendréis una cita con la manguera- Dije con voz amenazante a través de la máscara.
Tras eso me quité la máscara, los guantes y el delantal y me adentré de nuevo en el barco, me fui a la sala de comunicaciones. Una vez en ella usé el Den-Den mushi para ponerme en contacto con Al e informar de la situación, a parte de solicitar varias embarcaciones de evacuación y refuerzos para proteger la isla. Se trataba de una isla cercana a Hallstat, la cual todavía no había sido conquistada por el rey Derian, se podría convertir en un puesto avanzado perofecto para la Marina. Confiaba en que esos argumentos bastasen para que la Marina mandase tropas.
Una vez hecho eso me dirigí a las duchas, a pesar de las ropas se había quedado parte del olor, y no estaba dispuesto a continuar aguantando eso toda la misión. Me preguntaba si a alguno de esos idiotas se le había ocurrido siquiera ducharse, sino... supongo que la manguera se tendria que encargar del asunto.
-No se preocupe, nuestra misión está en otro sitio, pero me encargaré de que reciban ayuda- Dije con un tono serio pero confiable a aquel ciudadano -Por ahora centrense en reunir a los supervivientes cerca del puerto, de esa forma se tardará menos tiempo en evacuarlos.- Sugerí para que se fueran organizando. -Y otra cosa... necesitaré ciertos materiales.- Finalicé preguntando dónde podía conseguir una serie de sencillos artículos.
Tras unos minutos me presenté frente a Kai equipado con un delantal de cuero, una redecilla recogiendo mi pelo, una mascarilla anti-gas y un par de guantes de goma que me llegaban por los codos. Ajusté los guantes de goma como un buen cirujano antes de comenzar la operación y le eché el guante, nunca mejor dicho, a Kai, arrastrándolo del cuello de la camisa como si fuera un cachorro. Por el camino iba dejando un asqueroso rastro de ese hediondo pringue, el cual generaba más de una mueca entre los ciudadanos que se habían reunido en el lugar. Una vez llegamos al barco lo dejé en la cubierta mientras me adentraba en la embarcación en busca de otra de las "herramientas" que necesitaba. Tras unos segundos salí a cubierta con una de las mangueras conectadas a la toma de agua que teníamos para casos de incendios. Sin más miramientos ni piedad disparé un chorro de agua con la intención de purgar ese mal olor de Kai,o por lo menos el pringue que lo generaba, luego se daría una ducha en condiciones. Una vez acabada la tarea me volví al resto de mis compañeros
-Voy a atender unos asuntos. Como vuelva y me encuetre un sólo ápice de ese hedor... tendréis una cita con la manguera- Dije con voz amenazante a través de la máscara.
Tras eso me quité la máscara, los guantes y el delantal y me adentré de nuevo en el barco, me fui a la sala de comunicaciones. Una vez en ella usé el Den-Den mushi para ponerme en contacto con Al e informar de la situación, a parte de solicitar varias embarcaciones de evacuación y refuerzos para proteger la isla. Se trataba de una isla cercana a Hallstat, la cual todavía no había sido conquistada por el rey Derian, se podría convertir en un puesto avanzado perofecto para la Marina. Confiaba en que esos argumentos bastasen para que la Marina mandase tropas.
Una vez hecho eso me dirigí a las duchas, a pesar de las ropas se había quedado parte del olor, y no estaba dispuesto a continuar aguantando eso toda la misión. Me preguntaba si a alguno de esos idiotas se le había ocurrido siquiera ducharse, sino... supongo que la manguera se tendria que encargar del asunto.
Byakuro Kyoya
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Byakuro esperó que las turbinas estuvieran en perfecto estado. Tras unos minutos sin notar movimiento, el chico acabó por levantarse de su cama, mirando el techo reflectante con expresión ceñuda. No habían avanzado aún, y eso le preocupaba, haciendo que una fina arruga de preocupación atravesase su frente. El chico se levantó, hizo un gesto a Mostaza para que se relajase y se encaramó al ventanal, saliendo al exterior del casco del barco en forma de tinta.
Byakuro extendió un brazo hacia lo alto, lanzando una cadena de energía pura hacia la cubierta superior, donde enganchó la misma, y una vez estuvo asegurado, empezó a observar el montón de muertos sobre el que reposaba el barco. Tras eso, volvió hacia el interior y se dirigió a la sala de los motores. Allí estaban Chrome y Theo, a las que Byakuro dijo:
- Está bien, quiero que encendáis las turbinas a máxima potencia cuando me oigáis gritar. -el chico apenas acababa de soltar aquella orden cuando regresó a su camarote, colocándose en la misma posición de equilibrio de antes, esta vez bastón en mano.
Tras asegurar su anclaje, Byakuro empezó a lanzar ondas cortantes a los cuerpos que había bajo la proa del barco, descendiendo cada vez un poco más hasta que el chico se encontró frente a la quilla. El barco había quedado en una posición algo inestable, pues los cortes habían triturado gran parte de los cadáveres, por lo que ahora el barco se encontraba al borde de una pendiente de muertos que descendía al agua.
Deshaciendo la cadena, el cazador regresó al interior del barco y se dirigió a la popa, donde buscó a Titania. El cazador se acercó a ella y le pidió que impulsase el barco enviando sus ondas de choque más potentes hacia atrás, a modo de impulso. El barco se balanceaba ligeramente, con lo que un impulso de la potencia de un terremoto pequeño bastaría para desatascarlo. Tras eso, las turbinas harían el resto.
- ¡YA! -gritó el cazador, esperando que todo saliese a pedir de boca.
Byakuro extendió un brazo hacia lo alto, lanzando una cadena de energía pura hacia la cubierta superior, donde enganchó la misma, y una vez estuvo asegurado, empezó a observar el montón de muertos sobre el que reposaba el barco. Tras eso, volvió hacia el interior y se dirigió a la sala de los motores. Allí estaban Chrome y Theo, a las que Byakuro dijo:
- Está bien, quiero que encendáis las turbinas a máxima potencia cuando me oigáis gritar. -el chico apenas acababa de soltar aquella orden cuando regresó a su camarote, colocándose en la misma posición de equilibrio de antes, esta vez bastón en mano.
Tras asegurar su anclaje, Byakuro empezó a lanzar ondas cortantes a los cuerpos que había bajo la proa del barco, descendiendo cada vez un poco más hasta que el chico se encontró frente a la quilla. El barco había quedado en una posición algo inestable, pues los cortes habían triturado gran parte de los cadáveres, por lo que ahora el barco se encontraba al borde de una pendiente de muertos que descendía al agua.
Deshaciendo la cadena, el cazador regresó al interior del barco y se dirigió a la popa, donde buscó a Titania. El cazador se acercó a ella y le pidió que impulsase el barco enviando sus ondas de choque más potentes hacia atrás, a modo de impulso. El barco se balanceaba ligeramente, con lo que un impulso de la potencia de un terremoto pequeño bastaría para desatascarlo. Tras eso, las turbinas harían el resto.
- ¡YA! -gritó el cazador, esperando que todo saliese a pedir de boca.
Nemonic
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Era una noche calida y despejada, por lo que la luna llena se podía observar con todo su esplendor. El leve aire hacía que mis cabellos blanco ahondaran suavemente y el sonido de los grillos en las cercanias era un magnifico acompañamiento. Hacía tiempo que quería estar de esa manera, calmado y sin pensamientos rondando la cabeza, solo yo y la naturaleza. Me incorpore levemente, cogí un torzo de pan que tenía guardado, una botella de saque y comence a disfrutar aun más de aquel momento. - Que pena que no esten aqui Kaiyo y los demas, seguramente disfrutarían igual que yo- pensé disfrutando de la noche. De repente un susurro se escucho en la lejanía - ¿por que nos dejasteee?- me pareció escuchar, aunque no lo entendí correctamente. La voz se escucho esta vez a mi espalda- ¿por que no hiciste nada?- pero no parecía una voz si no varias, por lo que rapidamente me di la vuelta y allí estaban, eran mi banda..... pero había algo raro en ellos, todos estaban con as ropas ensangrentadas y volvieron a hablar - Has dejado que nos maten y no hiciste nada, ahora lo pagaras- dijerón al unisono. -¿Que estais diciendo? siempre lo he dado todo por el gremio - dije bastante nervioso, pero ellos no se inmutaban y me miraban fijamente sin parpadear.En ese momento, noté como una luz roja inundaba el lugar y mirando el cielo aterrorizado, observe como la luna se iba tornado roja como la sangre. En ese momento me agarraron mis compañeros e intente soltarme pero era inutil, por lo que grite lo mas fuerte que pude...
- !!!OS PROTEGERE!!! - Dije en voz alta con al respiración agitada, mientras miraba a mi alrededor y veía que estaba en una habitación poco iluminada. - Joder, solo era una pesadilla... ¿pero que había sido eso?- pense mientras me incorporaba y observaba donde me encontraba. No sabía como había llegado a aquella habitación y observe que mis compañeros no estaban allí, algo que despues de tener aquella pesadilla me daba mala espina. Echanzo un vistazo rapido me dí cuenta del unico adorno de la habitación, un cuadro, en el cual aparecía una muchacha vestida de boda, con un corazon en la mano, los ojos negros y el vestido lleno de sangre. - Que bonito cuadro - dije con ironia. No tenía tiempo para eso, tenía que salir de allí, por lo que empecé a buscar una salida.
De repente escuche unos pasos que provenian del final de un pasillo cercano, por lo que active mi haki de observación y comencé a andar hacía allí. Al acercame tambien se empezó a escuchar el llanto de una mujer, algo que me dio algo de repelus despues de ver el cuadro de la chica con ojos negros, pero debía seguir y descubrir que estaba pasando. Me puse los guantes inferno ya que nunca se sabía lo que podía ocurrir y mas valía estar preparados a tener que pasar apuros por no hacerlo. El ambiente se notaba bastante tenso y la poca luz que había en aquel lugar no mejoraba mucho la situación. Sabía que despertarme en aquella habitación sin saber como había llegado no era bueno y que seguramente me tendría que enfrentar a alquien para poder salir, pero nada me pararía hasta conseguirlo.
- !!!OS PROTEGERE!!! - Dije en voz alta con al respiración agitada, mientras miraba a mi alrededor y veía que estaba en una habitación poco iluminada. - Joder, solo era una pesadilla... ¿pero que había sido eso?- pense mientras me incorporaba y observaba donde me encontraba. No sabía como había llegado a aquella habitación y observe que mis compañeros no estaban allí, algo que despues de tener aquella pesadilla me daba mala espina. Echanzo un vistazo rapido me dí cuenta del unico adorno de la habitación, un cuadro, en el cual aparecía una muchacha vestida de boda, con un corazon en la mano, los ojos negros y el vestido lleno de sangre. - Que bonito cuadro - dije con ironia. No tenía tiempo para eso, tenía que salir de allí, por lo que empecé a buscar una salida.
De repente escuche unos pasos que provenian del final de un pasillo cercano, por lo que active mi haki de observación y comencé a andar hacía allí. Al acercame tambien se empezó a escuchar el llanto de una mujer, algo que me dio algo de repelus despues de ver el cuadro de la chica con ojos negros, pero debía seguir y descubrir que estaba pasando. Me puse los guantes inferno ya que nunca se sabía lo que podía ocurrir y mas valía estar preparados a tener que pasar apuros por no hacerlo. El ambiente se notaba bastante tenso y la poca luz que había en aquel lugar no mejoraba mucho la situación. Sabía que despertarme en aquella habitación sin saber como había llegado no era bueno y que seguramente me tendría que enfrentar a alquien para poder salir, pero nada me pararía hasta conseguirlo.
¿Lord?, no tomé en cuenta la poca experiencia en diplomacia que tenía mi compañero, ciertamente era una metida de pata de aquellas, pero por suerte, no pareció enfadar demasiado a nuestro imponente anfitrión. Luego de que Derian se dirigiera mi subordinando, yo me rasqué la cabeza aun algo preocupado por el error de titulo que cometió Henry, y fue ahí, cuando el rey de Hallstat se dirigió a mi directamente. Era la pregunta obvia en realidad, el principal interés del monarca sería sin duda saber que tenía la armada para ofrecerle a sus fuerzas en esta lucha, y a su vez, entender que pretendía obtener nuestra facción, una vez terminada la guerra. No preguntó nada que no estuviera preparado para responder, por lo que me relajé un poco más a la hora de contestar...
Bueno, su majestad, no prometeré nada que no pueda cumplir, ni exageraré mis privilegios ante mi gente, pues mi intención aquí no es impresionarle, si no más bien, busco un trato serio. Por mi parte, y gracias a mi rango sé que podré convencer a numerosos hombres de poner sus armas en pro de su cruzada contra la marina, además de eso, creo poder disuadir a otros revolucionarios influyentes y poderosos que vean esta oportunidad como yo la veo y unirse a la causa junto a todos sus subordinados con ellos. En resumen, considerado todo lo dicho, estimo que el numero de soldados disponibles estaría en el rango entre los 40.000 y los 50.000 soldados adiestrados para la guerra... cuando mucho. Esto sin mencionar el hecho de que al poner a la revolución en un rumbo claro frente a esta confrontación, todas las fuerzas libertadoras que mientras hablamos luchan en contra de los suyos, se replegarían para no generar una batalla entre compañeros revolucionarios. Aunque puede que la armada se divida en caso de realizarse nuestra alianza, se muy bien que no lucharemos entre nosotros sin importar qué- Hice una pequeña pausa para acomodar mi silla y reordenar mis ideas- Como podrá ver, la balanza se se inclinará considerablemente a su favor, más de 40.000 hombres entrenados se añadirán a sus filas y el resto simplemente procurará la seguridad de los civiles, pero no se interpondrá en su camino.
Hice una pausa luego del extenso discurso para que Derian pudiera digerir la información y entender los factores a favor de su cometido que significaría esta alianza. Una vez que se convenciera del lado positivo del trato, oír exigencias sería más sencillo, se oirían más... "lógicas"... Supongo.
Había hablado bastante, y sumado a la tensión incesante que inundaba el salón, se me habían secado mucho los labios y el paladar. Como me había sentado hace unos instantes, no tenía nada para beber sobre la mesa frente a mi. Pero no quise ser imprudente, así que en vez de solicitar algo para hidratar mi boca, silenciosamente saqué del bolsillo interior de mi abrigo una botella metálica rellena con poco más de 7 onzas de buen licor artesanal, me lo empiné rápidamente aprovechando la instancia de silencio y nada más rozar mi lengua, el sabor frutal y el alto grado de alcohol calmó mi sed y relajó mis músculos, sinceramente, el reponedor sorbo había sido de gran ayuda.
Antes de continuar miré a Henry, el chico llevaba poco tiempo en nuestras filas, por lo que le escaseaba la experiencia, y en consecuencia de ello, su presencia aquí no estaba siendo muy productiva por el momento, si de mi dependiera, de buena gana lo invitaría a recorrer los pasillos del castillo o algo por el estilo, pero dudo que fuera una opción, nos han escoltado desde antes de entrar al castillo, sin duda el rey vampiro no permitiría esto, por ahora solo podía guardar silencio y esperar la oportunidad para darle un objetivo viable a mi joven compañero.
Ejem!- Limpié mi garganta antes de seguir hablando - En cuanto a nuestros beneficios... - acomodé los brazos sobre la mesa y entrelacé mis dedos- Como es bien sabido, la armada revolucionaria existe únicamente con la intención de hacer de este mundo más justo y quitar de las espaldas de la gente inocente, el sucio pie del gobierno, que oprime su libertad e impone sus corruptas y desequilibradas exigencias en sus vidas, y es nuestra prioridad acabar con esta atrocidad.
Su majestad, tal y como yo lo hago ahora, respetaremos su autoridad en cualquier lugar que sea reconocido como sus tierras, solo le pedimos que nos permita asistirle en la tarea de abastecer equitativamente a su pueblo, a cambio de nuestras fuerzas solo le pedimos justicia, y a su vez le ofrezco nuestros servicios para llevar provisiones y abastecer a islas apartadas o de menores recursos, no busco exigir que se quite la comida de la boca para dársela a su gente, sería insensato sin duda, Nuestra organización solo busca un mundo equilibrado, que sus ciervos sean remunerados por su trabajo, que los niños en su reino tengan derechos al igual que deberes, que la gente no lo siga por miedo; si no que lo haga con esmero y lealtad.
Alteza, solo le ruego que su reino prospere, y que lo haga poblado con ciervos fieles y trabajadores en vez de esclavos atemorizados y desdichados como hoy en día se aprecia por doquier.
Acabada esa última frase inspiré profundamente, aliviado, expectante, impaciente. Probablemente la próxima frase que emanara de la boca de Derian diría mucho sobre el resultado final de esta tertulia, mi corazón aceleraba con cada segundo que pasaba antes de oír la respuesta del pálido monarca.
Bueno, su majestad, no prometeré nada que no pueda cumplir, ni exageraré mis privilegios ante mi gente, pues mi intención aquí no es impresionarle, si no más bien, busco un trato serio. Por mi parte, y gracias a mi rango sé que podré convencer a numerosos hombres de poner sus armas en pro de su cruzada contra la marina, además de eso, creo poder disuadir a otros revolucionarios influyentes y poderosos que vean esta oportunidad como yo la veo y unirse a la causa junto a todos sus subordinados con ellos. En resumen, considerado todo lo dicho, estimo que el numero de soldados disponibles estaría en el rango entre los 40.000 y los 50.000 soldados adiestrados para la guerra... cuando mucho. Esto sin mencionar el hecho de que al poner a la revolución en un rumbo claro frente a esta confrontación, todas las fuerzas libertadoras que mientras hablamos luchan en contra de los suyos, se replegarían para no generar una batalla entre compañeros revolucionarios. Aunque puede que la armada se divida en caso de realizarse nuestra alianza, se muy bien que no lucharemos entre nosotros sin importar qué- Hice una pequeña pausa para acomodar mi silla y reordenar mis ideas- Como podrá ver, la balanza se se inclinará considerablemente a su favor, más de 40.000 hombres entrenados se añadirán a sus filas y el resto simplemente procurará la seguridad de los civiles, pero no se interpondrá en su camino.
Hice una pausa luego del extenso discurso para que Derian pudiera digerir la información y entender los factores a favor de su cometido que significaría esta alianza. Una vez que se convenciera del lado positivo del trato, oír exigencias sería más sencillo, se oirían más... "lógicas"... Supongo.
Había hablado bastante, y sumado a la tensión incesante que inundaba el salón, se me habían secado mucho los labios y el paladar. Como me había sentado hace unos instantes, no tenía nada para beber sobre la mesa frente a mi. Pero no quise ser imprudente, así que en vez de solicitar algo para hidratar mi boca, silenciosamente saqué del bolsillo interior de mi abrigo una botella metálica rellena con poco más de 7 onzas de buen licor artesanal, me lo empiné rápidamente aprovechando la instancia de silencio y nada más rozar mi lengua, el sabor frutal y el alto grado de alcohol calmó mi sed y relajó mis músculos, sinceramente, el reponedor sorbo había sido de gran ayuda.
Antes de continuar miré a Henry, el chico llevaba poco tiempo en nuestras filas, por lo que le escaseaba la experiencia, y en consecuencia de ello, su presencia aquí no estaba siendo muy productiva por el momento, si de mi dependiera, de buena gana lo invitaría a recorrer los pasillos del castillo o algo por el estilo, pero dudo que fuera una opción, nos han escoltado desde antes de entrar al castillo, sin duda el rey vampiro no permitiría esto, por ahora solo podía guardar silencio y esperar la oportunidad para darle un objetivo viable a mi joven compañero.
Ejem!- Limpié mi garganta antes de seguir hablando - En cuanto a nuestros beneficios... - acomodé los brazos sobre la mesa y entrelacé mis dedos- Como es bien sabido, la armada revolucionaria existe únicamente con la intención de hacer de este mundo más justo y quitar de las espaldas de la gente inocente, el sucio pie del gobierno, que oprime su libertad e impone sus corruptas y desequilibradas exigencias en sus vidas, y es nuestra prioridad acabar con esta atrocidad.
Su majestad, tal y como yo lo hago ahora, respetaremos su autoridad en cualquier lugar que sea reconocido como sus tierras, solo le pedimos que nos permita asistirle en la tarea de abastecer equitativamente a su pueblo, a cambio de nuestras fuerzas solo le pedimos justicia, y a su vez le ofrezco nuestros servicios para llevar provisiones y abastecer a islas apartadas o de menores recursos, no busco exigir que se quite la comida de la boca para dársela a su gente, sería insensato sin duda, Nuestra organización solo busca un mundo equilibrado, que sus ciervos sean remunerados por su trabajo, que los niños en su reino tengan derechos al igual que deberes, que la gente no lo siga por miedo; si no que lo haga con esmero y lealtad.
Alteza, solo le ruego que su reino prospere, y que lo haga poblado con ciervos fieles y trabajadores en vez de esclavos atemorizados y desdichados como hoy en día se aprecia por doquier.
Acabada esa última frase inspiré profundamente, aliviado, expectante, impaciente. Probablemente la próxima frase que emanara de la boca de Derian diría mucho sobre el resultado final de esta tertulia, mi corazón aceleraba con cada segundo que pasaba antes de oír la respuesta del pálido monarca.
Melchiah
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Cuando el revolucionario pelirrojo llegó a la altura de la formación de los marines portando al malherido vicealmirante, este preguntó que hacíamos en aquel lugar, también pidió ayuda médica y un barca para viajar hasta Hallstat. Demasiadas preguntas continuaban flotando en el aire y ninguna respuesta había sido dada todavía. Ciertamente la condición de aquellos soldados no era la apropiada para viajar y mucho menos, para tener en mente entrar de nuevo en combate, en especial la del superior que apenas decir unas palabras le supuso un ataque de tos que le hizo escupir sangre.
Aun así, permanecieron firmes hasta que un par de compañeros revolucionarios comenzaron a ayudarles vendando sus heridas, en ese momento bajaron sus armas y se relajó el ambiente. Distraídamente fui dando un paseo hasta la zona de donde había salido el pelotón de marines, por lo visto había un búnker subterráneo o algo por el estilo cuya puerta estaría camuflada, ya que había pasado apenas unos minutos antes por aquella zona y no me había percatado de su existencia. Cuando iba a adentrarme, escuché la llamada de un den-den mushi, era Kento, uno de los líderes revolucionarios. Y teníamos cambio de misión, nos teníamos que ir a la capital de aquel país. Encendí el cigarrillo que llevaba en los labios, en los que se había dibujado una media sonrisa, una mezcla entre nerviosismo e impaciencia. Cierto es que temía morir, pero ahora me sentía intrigado por ver la fuerza del que había hecho este estropicio y ayudar a detenerlo.
Comencé a caminar hacia la costa y al pasar cerca de mi inmediata superior, no hizo falta que me dijese lo que debía hacer.
-Me adelantaré para preparar el barco para el viaje, que aunque no es muy largo seguro que será movidito.
Continué caminando a buen ritmo, miré el paquete de cigarrillos, apenas quedaban siete u ocho… tendría que haber cogido más, no sé si me duraran toda la misión, pensaba mientras me acercaba a nuestro barco.
Aun así, permanecieron firmes hasta que un par de compañeros revolucionarios comenzaron a ayudarles vendando sus heridas, en ese momento bajaron sus armas y se relajó el ambiente. Distraídamente fui dando un paseo hasta la zona de donde había salido el pelotón de marines, por lo visto había un búnker subterráneo o algo por el estilo cuya puerta estaría camuflada, ya que había pasado apenas unos minutos antes por aquella zona y no me había percatado de su existencia. Cuando iba a adentrarme, escuché la llamada de un den-den mushi, era Kento, uno de los líderes revolucionarios. Y teníamos cambio de misión, nos teníamos que ir a la capital de aquel país. Encendí el cigarrillo que llevaba en los labios, en los que se había dibujado una media sonrisa, una mezcla entre nerviosismo e impaciencia. Cierto es que temía morir, pero ahora me sentía intrigado por ver la fuerza del que había hecho este estropicio y ayudar a detenerlo.
Comencé a caminar hacia la costa y al pasar cerca de mi inmediata superior, no hizo falta que me dijese lo que debía hacer.
-Me adelantaré para preparar el barco para el viaje, que aunque no es muy largo seguro que será movidito.
Continué caminando a buen ritmo, miré el paquete de cigarrillos, apenas quedaban siete u ocho… tendría que haber cogido más, no sé si me duraran toda la misión, pensaba mientras me acercaba a nuestro barco.
- Off:
- Perdón que sea escueto y no se si hay faltas, estoy de viaje y me ha tocado escribir desde el móvil y es complicadillo
Roland von Klauswitz
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Aún no habían llegado todos cuando Kodama subió a cubierta. Arthur y Kai aún seguían por ahí, seguramente dispersos tras la lucha contra aquella especie de calamar gigante. No podían tardar mucho, así que mientras tanto ultimarían los preparativos para partir. Aún tenían que encargarse de la evacuación de los civiles de la isla. Debían ponerlos a salvo en algún lugar alejado que aún estuviese bajo el control de la Marina antes de enfrentarse a las hordas de Markov. Sin embargo no podían marcharse y dejarlos allí sin más y tampoco le apetecía demasiado esperar a la llegada de otros barcos que se dedicaran a a sacarlos de allí. No sabía cuanto podían tardar y el tiempo apremiaba.
-Muy bien, estad preparados. -les dijo a Suzume y al nuevo marine que había aparecido, un tal Kyle. -Vamos hacia Hallstat. Los otros dos no pueden tardar mucho en llegar hasta aquí.
El hombre-árbol empezó a generar resina desde su cuerpo, con la que formó varias burbujas lo bastante grandes como para que una persona pudiese entrar sin problemas en ella. Él mismo entró en la más grande de todas, al fin y al cabo era el más alto, el más mayor y el que más espacio necesitaba. Hizo muchas de ellas, para todos los soldados que quisieran acudir a la lucha lo antes posible, aunque evidentemente no podrían abarcar a todos los marines allí presentes. De momento le bastaba con que el pequeño grupo que había enfrentado a la bestia-calamar pudiese viajar en ellas.
-Si vamos montados en las pompas llegaremos mucho antes. -explicó. Al fin y al cabo, el viento les movería a gran velocidad gracias a su gran ligereza y él mismo sería quien controlase las burbujas para llegar a su destino lo antes posible sin desviarse ni acabar perdidos en mar abierto. -Si os parece bien, este barco podrá ser utilizado para la evacuación y así podremos partir de inmediato. Bueno, en cuanto lleguen aquellos dos. No os preocupéis, las burbujas no se romperán... creo.
-Muy bien, estad preparados. -les dijo a Suzume y al nuevo marine que había aparecido, un tal Kyle. -Vamos hacia Hallstat. Los otros dos no pueden tardar mucho en llegar hasta aquí.
El hombre-árbol empezó a generar resina desde su cuerpo, con la que formó varias burbujas lo bastante grandes como para que una persona pudiese entrar sin problemas en ella. Él mismo entró en la más grande de todas, al fin y al cabo era el más alto, el más mayor y el que más espacio necesitaba. Hizo muchas de ellas, para todos los soldados que quisieran acudir a la lucha lo antes posible, aunque evidentemente no podrían abarcar a todos los marines allí presentes. De momento le bastaba con que el pequeño grupo que había enfrentado a la bestia-calamar pudiese viajar en ellas.
-Si vamos montados en las pompas llegaremos mucho antes. -explicó. Al fin y al cabo, el viento les movería a gran velocidad gracias a su gran ligereza y él mismo sería quien controlase las burbujas para llegar a su destino lo antes posible sin desviarse ni acabar perdidos en mar abierto. -Si os parece bien, este barco podrá ser utilizado para la evacuación y así podremos partir de inmediato. Bueno, en cuanto lleguen aquellos dos. No os preocupéis, las burbujas no se romperán... creo.
- Acciones:
- Crear burbujas para viajar a Hallstat más rápido, de forma que el barco quede disponible para que la evacuación se realice cuanto antes. Al menos si el resto no tiene problemas en subirse a una pompa de jabón xD
Kaito Kazuki
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Aquél lúgubre y oscuro pasillo está inundado por un extraño sonido, una especie de llanto que a cada paso que dan los cazadores, cada metro que avanzan, se vuelve más y más fuerte, dando la impresión de que acabaría por acabar con la capacidad auditiva de los chicos que se adentran más y más en el barco maldito persiguiendo una extraña luz, una luz que los había llevado a ese pasillo al seguir a una muchacha de extraña aura, de la cual ya no notan la presencia ni tampoco son capaces de verla. Entre el fuerte y ensordecedor sonido se diferencian el eco de los pasos de los miembros del gremio y un sonido metálico, como si algo de metal golpeara un tope, recordando a alguien cerrando una puerta. Obviamente algo había ocurrido y se le escapaba al joven peliblanco que comienza a sudar frío por la dualidad de aquel extraño sonido, un hermoso horror emana de aquella nota acústica que inunda el pasillo, llevando al joven cazador a períodos oscuros, que él no recuerda haber vivido, sino que parecen ser reminiscencias de otros seres, pero eso lo deja de un lado, al menos de momento, pues Sinclair, al llegar a la puerta de color negro que hay al final del pasillo, toma el picaporte de plata, y abre la puerta por cuyas rendijas salía la extraña luz mortecina que seguían desde un inicio.
|~Sin, lleva cuidado.~| Dice Kaito mientras cruza el umbral aprovechándose de la amabilidad de su compañero que le abre la puerta para que entre a la habitación. En ese momento Kaito vuelve a su forma humana. |~Sin, guardemos energías, usar demasiado tiempo las akumas nos agotará.~| Dice a su compañero mientras observa alrededor de su posición a ver si encuentra algo interesante.
|~Sin, lleva cuidado.~| Dice Kaito mientras cruza el umbral aprovechándose de la amabilidad de su compañero que le abre la puerta para que entre a la habitación. En ese momento Kaito vuelve a su forma humana. |~Sin, guardemos energías, usar demasiado tiempo las akumas nos agotará.~| Dice a su compañero mientras observa alrededor de su posición a ver si encuentra algo interesante.
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Suspiró una vez logró alcanzar a su pelirroja compañera. Definitivamente le caería una buena por haberse presentado desnudo frente a ella. Bueno, presentarse... En realidad la culpa había sido completamente suya. ¿A quién se le ocurre entrar a un baño sin llamar primero? Luego pasan cosas como esa. De todos modos, no comprendía qué le había molestado tanto. La gente tenía una manía enfermiza con la ropa, como si estuvieran acomplejados o algo por el estilo, sin contar que la chica no es que fuera precisamente tapada. ¿Y acaso le decía algo él? En fin, poco importa. Tal vez debía prestarle atención al tipo que se encontraba bajo sus botas, gritando algo sobre dejarle vivir.
Akagami alzó una ceja y bajó la mirada para observar a aquel desconocido. ¿Sería el tipo que había recibido el golpe? Seguro que Mura había montado ya alguna. Esa chica nunca ha tenido demasiado autocontrol... Debería fijarse más en su capitán. "Oh... Quizá debería quitarme de encima." Con calma y sin apenas darle importancia a que aquél tipo estuviera debajo de él, el pelirrojo dio un paso hacia atrás para dejar de pisotearle. En cualquier caso el chico no pesaba demasiado, así que tampoco creía haberle podido hacer demasiado daño. Se rascó la cabeza y le miró un tanto confuso para, en escasos segundos, fruncir el ceño de forma notable. Había pocas cosas que pudieran llegar a molestarle, pero la cobardía era una de las que más. ¿Cómo se atrevía siquiera a anteponerse él mismo antes que a su familia? ¿Acaso no le importaba perderles?
- Oye... Creo que si sigues así deberé separar la cabeza de tu cuerpo, escoria -su voz dejaba entrever cierto deje de ira y desaprobación. De hecho, sus ojos comenzaron a brillar con un intenso brillo rojo. Realmente le había cabreado. Su mano aferró el cuello de la camisa de aquel despojo humano y el chico le alzó del suelo sin demasiado esfuerzo. Para él, no pesaba mucho más que una pluma. Le acercó hasta su rostro y le miró fijamente, de forma bastante intimidante- Ahórrame el esfuerzo de destrozarte y dime qué ocurre. ¿Dónde está tu familia?
Hasta el gato se sorprendería de ver a su capitán así. No eran demasiadas las veces que el pelirrojo perdía los nervios, pero cuando lo hacía daba verdadero miedo. Aquel hombre debería andarse con pies de plomo frente a él a partir de ese momento. En cualquier caso, realmente le interesaba su respuesta. No recordaba cómo ni cuándo había llegado hasta esa bañera, pero sí sabía que se encontraban en el North Blue, donde acababa de estallar una verdadera guerra en la que no pretendía tomar parte... Al menos, no en un principio. ¿Se encontrarían en territorio hostil?
- Vaya carácter tienes, chico. Ni un dragón... -le dijo Fafnir en su interior, pudiendo notarse cierta impresión en su tono.
"Cállate."
Akagami alzó una ceja y bajó la mirada para observar a aquel desconocido. ¿Sería el tipo que había recibido el golpe? Seguro que Mura había montado ya alguna. Esa chica nunca ha tenido demasiado autocontrol... Debería fijarse más en su capitán. "Oh... Quizá debería quitarme de encima." Con calma y sin apenas darle importancia a que aquél tipo estuviera debajo de él, el pelirrojo dio un paso hacia atrás para dejar de pisotearle. En cualquier caso el chico no pesaba demasiado, así que tampoco creía haberle podido hacer demasiado daño. Se rascó la cabeza y le miró un tanto confuso para, en escasos segundos, fruncir el ceño de forma notable. Había pocas cosas que pudieran llegar a molestarle, pero la cobardía era una de las que más. ¿Cómo se atrevía siquiera a anteponerse él mismo antes que a su familia? ¿Acaso no le importaba perderles?
- Oye... Creo que si sigues así deberé separar la cabeza de tu cuerpo, escoria -su voz dejaba entrever cierto deje de ira y desaprobación. De hecho, sus ojos comenzaron a brillar con un intenso brillo rojo. Realmente le había cabreado. Su mano aferró el cuello de la camisa de aquel despojo humano y el chico le alzó del suelo sin demasiado esfuerzo. Para él, no pesaba mucho más que una pluma. Le acercó hasta su rostro y le miró fijamente, de forma bastante intimidante- Ahórrame el esfuerzo de destrozarte y dime qué ocurre. ¿Dónde está tu familia?
Hasta el gato se sorprendería de ver a su capitán así. No eran demasiadas las veces que el pelirrojo perdía los nervios, pero cuando lo hacía daba verdadero miedo. Aquel hombre debería andarse con pies de plomo frente a él a partir de ese momento. En cualquier caso, realmente le interesaba su respuesta. No recordaba cómo ni cuándo había llegado hasta esa bañera, pero sí sabía que se encontraban en el North Blue, donde acababa de estallar una verdadera guerra en la que no pretendía tomar parte... Al menos, no en un principio. ¿Se encontrarían en territorio hostil?
- Vaya carácter tienes, chico. Ni un dragón... -le dijo Fafnir en su interior, pudiendo notarse cierta impresión en su tono.
"Cállate."
Luke Golden Lion
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Se sentía algo impotente, ya que sabía que era inútil seguir luchando. Habían aún bastantes golems, los cuales serían igual complicados de derrotar, y aunque no era imposible sería inútil. Porque aun si lo hiciera, el verdadero problema estaba otra parte. El líder de todos ellos se encontraba en Hallstat, supuestamente, y debía ir a buscarlo. La rana no era la más capacitada para enfrentarlo, pero quería intentarlo. No podía permitir que ocurrieran más desgracias, nunca más. Sin embargo, lo primero que debía hacer era salir de ahí, antes de que los mounstros se percataran de él.
Suspiró, mientras se veía obligado a cambiar de rumbo. Aunque algo que hasta ahora no había pensado, llegó a su cabeza. "Pero, ¿cómo llegaré hasta allá?", pensaba mientras miraba el cielo. Había algo que lo extrañaba, en una parte las nubes se volvían completamente oscuras. Ese debía ser el lugar indicado, o por lo menos eso esperaba. Ahora sólo hacía falta conseguir un método para viajar, un barco y, quizá, un navegante. De esta forma pondría rumbo hacia algún puerto de la isla, en donde intentaría partir hacia la capital del rey Derian. Habían aún muchas cosas que quería hacer, pero por ahora eso es lo adecuado.
- Si sientes estar solo... No es cierto, no lo es...- cantaba en voz alta. No era ningún fanático de la música, pero muchas veces le gustaba cantar, cuando estaba aburrido.
No había encontrado hasta ahora ningún ser humano. Quizá podrían estar ocultándose de él, por su apariencia, pero intuía que esa no era la situación. "¿Dónde están los humanos?", se preguntaba mientras continuaba caminando. Quería ver a uno, más aun porque necesitaba ayuda. Él no era capaz de navegar, pero un hombre probablemente supiera hacerlo. Aunque después de todo, las cosas que necesitaba aparecerían eventualmente, confiaba en ello.
Suspiró, mientras se veía obligado a cambiar de rumbo. Aunque algo que hasta ahora no había pensado, llegó a su cabeza. "Pero, ¿cómo llegaré hasta allá?", pensaba mientras miraba el cielo. Había algo que lo extrañaba, en una parte las nubes se volvían completamente oscuras. Ese debía ser el lugar indicado, o por lo menos eso esperaba. Ahora sólo hacía falta conseguir un método para viajar, un barco y, quizá, un navegante. De esta forma pondría rumbo hacia algún puerto de la isla, en donde intentaría partir hacia la capital del rey Derian. Habían aún muchas cosas que quería hacer, pero por ahora eso es lo adecuado.
- Si sientes estar solo... No es cierto, no lo es...- cantaba en voz alta. No era ningún fanático de la música, pero muchas veces le gustaba cantar, cuando estaba aburrido.
No había encontrado hasta ahora ningún ser humano. Quizá podrían estar ocultándose de él, por su apariencia, pero intuía que esa no era la situación. "¿Dónde están los humanos?", se preguntaba mientras continuaba caminando. Quería ver a uno, más aun porque necesitaba ayuda. Él no era capaz de navegar, pero un hombre probablemente supiera hacerlo. Aunque después de todo, las cosas que necesitaba aparecerían eventualmente, confiaba en ello.
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