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Tras avanzar durante un rato por el pasillo de aquella... ¿Mazmorra? ¿Prisión? Lo que fuera, durante los cuales no dejó de imaginarse cómo humillaría a aquellos que osaron capturarle, mostrándoles su clara superioridad no solo física, sino también mental, el castaño se topó con unas escaleras ascendentes. "¿Hay planta superior? Tal vez este piso esté bajo tierra... Podría ser lo más lógico, ¿no?" Sin embargo, algo más captó la atención del espadachín. Una puerta de hierro se encontraba a escasos metros de él, cerrada. ¿Sería la salida? ¿O tal vez alguna especie de almacén?
- De ser esto último tal vez pueda encontrar mis espadas ahí -susurró mientras se acercaba con los brazos cruzados para poder observarla con más detalle.
Era bastante grande e incluso parecía muy resistente, así que tal vez derribarla por la fuerza no fuera una opción viable. Pese a todo y aunque pudiera parecer una tontería, se decantó por la opción más obvia que fue la de tratar de abrirla normalmente. Al fin y al cabo sus captores no se habían preocupado siquiera por la posibilidad de que pudiera fugarse, ¿por qué debería suponer que habían mantenido cerrada la puerta entonces? No parecían demasiado inteligentes respecto a la seguridad, así que no perdía nada por intentarlo. Tiró de la puerta y, en caso de que no funcionara, empujaría con la intención de pasar a la sala siguiente.
- De ser esto último tal vez pueda encontrar mis espadas ahí -susurró mientras se acercaba con los brazos cruzados para poder observarla con más detalle.
Era bastante grande e incluso parecía muy resistente, así que tal vez derribarla por la fuerza no fuera una opción viable. Pese a todo y aunque pudiera parecer una tontería, se decantó por la opción más obvia que fue la de tratar de abrirla normalmente. Al fin y al cabo sus captores no se habían preocupado siquiera por la posibilidad de que pudiera fugarse, ¿por qué debería suponer que habían mantenido cerrada la puerta entonces? No parecían demasiado inteligentes respecto a la seguridad, así que no perdía nada por intentarlo. Tiró de la puerta y, en caso de que no funcionara, empujaría con la intención de pasar a la sala siguiente.
- Si no se abre:
- - Mierda... parece que no son tan estúpidos -gruñó al tiempo que le daba una patada a la puerta con la suela de la bota.
¿Y ahora qué? No podía pasar de largo ya que tal vez sus espadas podrían estar ahí guardadas, y un espadachín sin su espada está completamente desnudo contra el enemigo... ¿O no? Una leve sonrisa se dibujó en el rostro del castaño y sus ojos brillaron con un fugaz destello carmesí. Se concentró y, en su antebrazo derecho, generó una cuchilla de energía cortante, la cual era capaz de cortar el hierro. Tras esto se dispuso a utilizarla para tratar de cortar la parte de la cerradura, esperando que así cediera. Si no, intentaría abrir una sección de esta por la que poder colarse. (Manual aura de aceros).
- Amy, Deivid y Sawn:
- La sala es espectacular, y no es un comedor exactamente: Es una enorme estancia con una gran mesa de banquetes al centro y diversas comodidades a su alrededor, entre ellos sillones, sofás, librerías y un par de chimeneas que aún caldean el ambiente pese a estar en las brasas. Una decoración no muy ostentosa para un rey, tan sólo el lujo de grandes cuadros y uno de ellos en concreto, aparentemente nuevo, del tamaño de un mural. Se parece mucho a la imagen del libro sobre Ireos que el rey escribió hace año y medio, y que reconocéis como el cuadro "La Matanza de Ireos". Cabe decir que el trono Real impediría ver cualquier cosa sentada desde vuestra posición. Parece hecho para deber reverenciar al rey antes de acercarse a la comida. Y de ahí sale una voz:
-Señor Racovich, qué gusto verlo de nuevo. Y esta vez sin maquillaje- el silencio lo inunda todo por un momento-. ¿Hace ya cuatro años desde Loguetown? Tal vez incluso más. Me temo que no conozco a vuestro acompañante y no he oído hablar de él... Aún, espero. ¿Qué puede traeros, compañero, a hacerme esta visita en un momento tan delicado?
Podéis ver una mano pálida hacer un gesto a un lado del trono que os invita a sentaros. En ella, a parte del rey, queda tan sólo un hombre oculto bajo una capa y un sombrero, que observa todo en silencio, pero dedica a Leonel una mirada fría.
-Respecto a vos, Amy... Sentaos a comer tranquilamente y tal vez más tarde podamos hablar como personas civilizadas. Pero, por el momento, debéis consideraros afortunada de no haberme molestado con vuestra descortesía.
- Rainbow:
- Pose:
El okama se va corriendo, y en cuestión de un minuto llega cargando con un bote el doble de grande que el tuyo, pero de color rosa y con... ¿Eso son pompones en la parte trasera? En fin, quién te iba a decir que pasarían estas cosas, ¿No? Pero ir por libre es lo que tiene.
-Aprisa, Newkama-dono- dice, con una repentina virilidad, que poco a poco se desvanece-, y ¡Arriba esos brazos! Vas a luchar contra Derichwan, ¡Eso hay que celebrarlo!
Bueno, esto es un poco raro, pero ¿Por qué no?
- Alex:
- El hombre empieza a rascarse casi al instante, con tanta fuerza que se acaba arrancando pedazos de piel mientras habla de tus muertos y tu familia. Conoce demasiado a tu madre, a mi parecer. ¿De verdad ha hecho eso? Qué mala educación demuestra la gente cuando lo torturas, ¿Eh?
-Eh, tú- dice una voz a tu espalda-. ¿Te has divertido ya suficiente? Ese ruido es molesto.
Es un hombre en la celda de al lado. No está esposado, pero si está ahí por algo será. ¿Tortura o te puede la curiosidad?
- Kaito y Sinclair:
- Según entráis os halláis en una gran sala de color completamente negro. Por una pequeña puerta se va un destello de luz blanca, y escucháis un llanto. Si os asomáis veréis que son unas escaleras de bajada hasta lo que probablemente sea la bodega. Esta habitación está por completo vacía, salvo por un gran cuadro en una pared, con una mujer vestida de novia y una lágrima en la mejilla.
- Maki:
- -Mi nombre es Aurelia Macrohard, y me han traído aquí para ser la concubina de Miss Terioso. Pero no sabía que acabaría siendo tan guapo. A ti sólo te habría cobrado una piedra, guapo.
-¡Es una traidora, matadla!- gritan al ver cómo te da la mano. ¿Vas a protegerla, Maki?
Moderación adicional según respuesta.
- Cid y Alwynn:
- Alwyn examina el cadáver y hay una chapa que parece un muffin. Qué raro. Por el resto, sólo el papiro que leyó, empezando a mancharse de sangre por el tiro (y algunos sesos).
Tras que Cid se cambia, comenzáis a avanzar por la isla y llegáis a una pequeña colina, llena absolutamente por completo de ghouls que no dejan de miraros con cara de hambre. ¿Diplomacia?
- Sansu, Rocket y Onox:
- Una mujer se adelanta, muy emocionada ella, y con mucha efusividad grita que ella sabe navegar.
- Ella:
-¡Yo quiero navegar desu!- grita, casi con ansia, y se cuela en la cabina de mando, y le da al botón rojo. El botón rojo de arranque, obviamente. Pero no parece saber hacer mucho más. ¿Cómo apañaréis?
- Aria:
- La tienda está, de repente, cerrada. Si intentas abrirla descubrirás que hay algo sólido que te impide mover la tela. Tal vez rajándola puedas salir sin problemas, o prefieras analizar los papeles que tienes entre manos.
¿Eso de ahí es una trampilla?
- Starus:
- Te dan una lista de cosas por conseguir, y la primera de ellas es algo que jamás te habrías imaginado: Viagra. Está apuntado además que eso es para favorecer la circulación y no pienses mal.
Cuando llegas a salir te encuentras con un pequeño escuadrón de Ghouls que te miran con lo que podrías considerar hambre. Se están acercando, aunque de momento no te han visto.¿Te vas a alejar o los vas a enfrentar?
- Midorima:
- Llegas a un puesto de mercado, y una señora se te queda mirando fijamente. Mientras tanto, el tendero te saluda con amabilidad:
-¡Buenos días general! ¿Ya habéis ganado la batalla? Me sorprende veros aquí tan pronto. ¿Qué tal las huestes reales? ¿Habéis visto a mi hijo? ¿Puedo ofreceros algo?
Vaya, eres famoso aquí abajo. Y te llaman general. Parece una especie de armería-ortopedia.
- Drako y Fran:
- Corriendo acabáis escapando de los ghouls y llegáis hasta el barco en el que vino Drako. Ahora que el Marine ha visto lo que hay, tal vez sea momento de ir a Hallstat y arreglar las cosas, ¿No?
- Heaten y Kuro:
- Se meten corriendo al barco e intentan robároslo.
- Nemo, Nolan y Happy:
- Si tenéis mantra, podéis advertir una presencia en el barco. Poco a poco, antes de que las anclas lleguen a levarse, aparece la figura salida del interior del barco. Tiene cabello rojo como el carbón y los ojos negros como la sangre, y mira a los presentes con una sonrisa.
-Por favor, caballeros, acompáñenme. El Rey Derian solicita vuestra presencia cuanto antes. Y me ha encomendado llevar al señor Armonia vivo.
- Kasan:
- Eres el último en la fila, y en el momento en que te disponías a entrar notas algo. Tal vez sea el aire puro de la naturaleza, los gritos de los supervisores desde dentro, la placa de metal bajo tus pies que te ha llevado volando de repente treinta metros o el sonido a explosión, pero jurarías que el submarino ha explotado. Aún quedan demasiadas llamas para ver claramente su estado. Eso sí, caen chapas de hierro del cielo. Si no tienes cuidado uno podría caérsete encima. Y... Tú estás en el aire.
Por cierto, ves una pequeña estela que se dirige hacia un cañón gigantesco. ¿Será ése el responsable de que no puedas infiltrarte?
- Kusanagi:
- ¡Hostia! ¿Ése de ahí no era tu compañero Noa? Se ha salvado por un pelo. Mientras tanto, parece que los que vigilaban el cañón no se han dado cuenta de absolutamente nada, y si hay supervivientes del submarino no creo que puedan mover la mandíbula en un buen tiempo. ¿Te largas o juegas más con el cañón? ¿Tal vez destruirlo? No sé, a tu gusto.
- Kurausu Furenzu:
- ¡Carne va! Los restos del bicho caen entre el agua y el barco, mayormente en el agua, pero tamaño ser deja caer grandes restos en todas partes. Ahora sólo os queda limpiar las turbinas y podréis continuar el viaje hasta Hallstat.
- Baozar:
- Rumbo a Hallstat te cruzas con una tormenta. Rayos, lluvia y viento que desmerecen la propia ira de un dios. Consideraré este post un combate entre tú y la tormenta.
- Max y Teo:
- Dejad de controlar a mis NPC's. Primer aviso.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t15494-max-y-teobaldo-contra-los-guerreros-de-ireos#152777
- Elki y Bleyd:
- Bonito momento para presentaciones, pero aquí arriba parece no haber nada interesante. ¿Tal vez un paseo por el norte sea interesante? Hallstat no está demasiado lejos.
- Angle, Melchiah, Deathstroke, Worgulv:
- Suena la alarma del cuartel. Yo también me pregunto cómo demonios puede sonar una alarma cuando el edificio está completamente destruido, pero bueno. Será que hay algún tipo de sistema por el suelo, o un refugio o algo. Y de donde Esmejit estaba, comienzan a salir Marines en orden. Parecen ser unos veinte, y pese a estar en pésimas condiciones no pierden la formación.
-¿Qué hace la Armada aquí? ¡Hablad!
- Esmejit:
- Parece tener un oído fino fino el hombre, pues en cuanto escucha "Revolucionarios" despierta de nuevo y saca de su bolsillo un pequeño mushi de color verde, y se dan las alarmas, al tiempo que se abre un compartimento secreto del despacho y comienzan a salir Marines en bastante malas condiciones. El hombre sigue tan débil que apenas puede hacer nada, y parece que le ha costado la vida entera dar la alarma.
-Tú...- grita con esfuerzo para que le oigas-. Ayúdame a levantarme, tengo que estar con mis hombres.
Sin duda parece estar muriéndose, y sus muecas de dolor son cada vez más exageradas.
- Kenichi y Kimura:
- Parece que Kimura está apagado o fuera de cobertura. Lo que sí es seguro es lo que tienes delante. Puedes intentar ayudar o buscar ayudar a los supervivientes, pero quién sabe. Igual prefieres meterte en la bodega y llorar mientras todo pasa.
- CK:
- -Hm... Catherine Klevin... No esperábamos su llegada hasta dentro de una media hora. ¿Cómo ha llegado hasta aquí tan deprisa?
El hombre parece no fiarse, y al poco tiempo va haciendo más y más preguntas a gente que se acerca, y finalmente decide volver a dirigirse a ti.
-Veamos, tengo orden de llevarla al despacho del Contra Almirante para continuar. ¿Está dispuesta? Hay también que hacer unas comprobaciones, de paso.
Si aceptas, te llevará por un sinfín de pasillos y hablará con infinidad de burócratas hasta llegar a la puerta del Contra Almirante. ¿Pasarás o te irás por libre?
- Derek y Reira :
- Derek, hay una casa vacía justo a tu lado, pero tienes a Pepita Grillo diciéndote sandeces morales todo el tiempo. Y para colmo, la puerta ha hecho mucho ruido al abrirse. Puede que tengas poco tiempo si decides ignorar más todavía a Reira.
Reira, este tío parece pasar de ti. ¿Cómo has podido unirte a él? Ay por dios... Menudo hombre éste.
- Sons of Anarchy:
- Los seres os llevan hasta un gran peñasco en medio de la isla, durando el viaje unas tres horas de caminar. Kuroi, te encuentras algo cansado tras hacer de Mula. En fin...
-¿Y estos quiénes son?- pregunta un nuevo vigilante.
-Al parecer son los Sons of Anarchy, y han atacado a Tim.
-¿Protocolo 61l1P0ll45, pues?
-No, primero mándalos a ver a Su Majestad. Si tienen algún asunto que tratar, mejor será que primero los despache el rey.
Tras esa charla tan edificante la roca se abre para dar paso a un ascensor. ¿Subís o atacáis a los guardias otra vez?
- Émile y Aki:
- ¡Hora de un pique de carreras! A disfrutar en la carrera hasta el barco de Émile.
- Émile:
- Nada, Émile. Sólo que el gato estafador éste nos está desplumando al Poker. Por aquí no viene nadie, nos morimos de aburrimiento. Estamos en el cuadrante Sureste, cerca del Puño.
- Keth Selim:
- -Mi nombre es Thorn, chiquillo- dice, con cortesía-. Y esta herida temo la ha hecho mi pareja... La que era mi pareja, más bien. Ese maldito Derian... Mató a mi pobre Ephyann y la levantó contra mí. ¡Maldito sea!
Con su grito las hojas de los árboles en diez metros caen, y las más secas arden en tu hoguera, aunque las húmedas levantan un humo intenso en ella. Qué desagradable.
-Y tú, muchacho, ¿Qué haces aquí? ¿También buscas una pobre alma perdida? ¿Qué te han hecho las avestruces para despreciarlas así? Cuéntame tu historia... Y tal vez te cuente la mía en compensación.
- Kazuo:
- La puerta se abre, y en su interior, junto a un montón de banderas y panfletos del gobierno cuidadosamente guardados, están tus espadas. Ahora sólo te queda explorar la parte de arriba si así deseas. ¿Cómo es que está todo esto aquí guardado? Y tan bien guardado también sería cuestión... ¿Detective Kazuo al ataque?
- Akagami:
- Te despiertas desnudo en una bañera. Tu ropa está en el suelo del baño, y al otro lado de la puerta se oyen pasos. Oh, y el ruido de una zancadilla. Y al gato hablar con un tipo que ha caído al suelo.
- Murasaki:
- Derribas al tipo sin problemas, y escuchas más ruidos a través de la puerta. Si activas tu haki de observación notarás una presencia muy familiar.
- Kiritsu y Kodama:
sinclair moon
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Akuma no mi
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Mientras deambulaba por el barco, vi una puerta abierta me asomé y lo vi todo oscuro, pero con mi forma híbrida me fui moviendo por la habitación ya que estaba oscura y no se veía un pimiento llevaba desenfundadas mis armas por si acaso y hay algo que me llamó la atención. En una pared había un cuadro con una mujer vestida de novia y de uno de sus ojos le salía una lágrima. De repente, vi una luz en esa oscura habitación que para llegar a la luz había que descender unas escaleras, y de ella salían un gemido como de mujer. Era un hallazgo que tenía que comentar con kaito, así que fui a buscarlo aunque no me costó mucho encontrarlo:
- Kaito me apuesto una ronda de chupitos que los gemidos que estas escuchando son de la mujer del cuadro,es más, rezo porque no sea la chica que vimos antes pues tenía un aspecto un tanto fantasmal y yo no tengo armas para ir contra fantasmas, aunque si bien es verdad que el gemido que escuchas puede ser real podría ser una trampa que nos condujera directamente a una trampa, pero supongo que debemos descender esas escaleras
- Kaito me apuesto una ronda de chupitos que los gemidos que estas escuchando son de la mujer del cuadro,es más, rezo porque no sea la chica que vimos antes pues tenía un aspecto un tanto fantasmal y yo no tengo armas para ir contra fantasmas, aunque si bien es verdad que el gemido que escuchas puede ser real podría ser una trampa que nos condujera directamente a una trampa, pero supongo que debemos descender esas escaleras
Drako Hyrule
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Akuma no mi
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Tras mucho correr, finalmente conseguimos dejar atrás a aquellos monstruos, y llegamos al barco en el que había venido anteriormente, me sentía realmente aliviado. Al parecer, el chico-rana había conseguido escaparse también, al parecer, tampoco era alguien del todo normal.
-Chaval, sube al barco si quieres salir de esta isla, allí podremos hablar más pausadamente.- Le dije.- Por cierto, mi nombre es Drako, Drako Hyrule... ¿Cuál es el tuyo?- Finalicé.-
Seguidamente, comencé a subir al barco por una pequeña rampa, a la vez que invitaba al joven a subir conmigo.-Preparen una habitación para el joven.- Les grité a los reclutas de la zona, sin importarme en absoluto la decisión del muchacho.
Ahora que sabíamos que había en aquella isla, era el momento idóneo para marchar hacia algo de un nivel mayor, la gran capital del imperio del ex-sichibukai, Hallsat, debíamos resolver esto cuanto antes. La verdad, solo de pensar contra que podríamos enfrentarnos en aquel territorio, se me ponían los pelos de punta, no quería ni imaginármelo.
Tras aquellos pensativos segundos, me acerqué al marine a cargo de pilotar el barco, y le dije: -Pon rumbo a Hellsat, debemos acabar con todo este asunto antes de que sea demasiado tarde, zarpemos cuanto antes.
Seguidamente, me dirigi a mi camarote, después de aquella ''carrera'' que habíamos tenido que superar contra aquellos moribundos no muertos, era hora de descansar un poco, estaba seguro de que en la gran y temida capital de Derian, no se nos iba a presentar nada fácil...
-Chaval, sube al barco si quieres salir de esta isla, allí podremos hablar más pausadamente.- Le dije.- Por cierto, mi nombre es Drako, Drako Hyrule... ¿Cuál es el tuyo?- Finalicé.-
Seguidamente, comencé a subir al barco por una pequeña rampa, a la vez que invitaba al joven a subir conmigo.-Preparen una habitación para el joven.- Les grité a los reclutas de la zona, sin importarme en absoluto la decisión del muchacho.
Ahora que sabíamos que había en aquella isla, era el momento idóneo para marchar hacia algo de un nivel mayor, la gran capital del imperio del ex-sichibukai, Hallsat, debíamos resolver esto cuanto antes. La verdad, solo de pensar contra que podríamos enfrentarnos en aquel territorio, se me ponían los pelos de punta, no quería ni imaginármelo.
Tras aquellos pensativos segundos, me acerqué al marine a cargo de pilotar el barco, y le dije: -Pon rumbo a Hellsat, debemos acabar con todo este asunto antes de que sea demasiado tarde, zarpemos cuanto antes.
Seguidamente, me dirigi a mi camarote, después de aquella ''carrera'' que habíamos tenido que superar contra aquellos moribundos no muertos, era hora de descansar un poco, estaba seguro de que en la gran y temida capital de Derian, no se nos iba a presentar nada fácil...
EX
{Matón - 40} ~ Asesino [Senda Del Asesinato] ~ {Sombra - 50}
Médico [Psicólogo] ~ Científico [Químico] ~ Herrero [Armero]
Médico [Psicólogo] ~ Científico [Químico] ~ Herrero [Armero]
- Ficha de MARINE:
Nivel: 45
Exp: 49.980
Berries: 20.000.000 aprox.
Nombre: Drako Hyrule.
Bando: Brigada Disciplinaria (Marine)
Akuma no mi: Toru Toru No Mi
www.onepiece-definitiverol.com/t10741-el-marine-drako-hyrule#114154
Lejos de lo que esperaba, ante mi cordial saludo los presentes solo se dispusieron a saltar por la ventana a lo loco, cada uno con su propio estilo, nada desconcertante pero ciertamente muy inusual, sin embargo, mi desconcierto vino más tarde, tal como creía la voz de fondo era la del mismísimo monarca de este reino, que desde su trono se comunicaba con todos los presentes sin dejar ver su figura, mucho misterio, digno de su puesto supongo, pero lo que me dejó estupefacto fueron sus palabras, que aun que cordiales, desestimaban por completo mi anonimato, aquel que tanto he luchado por defender durante estos años de servicio a la armada...
"Señor Racovich, qué gusto verlo de nuevo. Y esta vez sin maquillaje..." esas palabras me dejaron duditativo mientras que sin palabras me hundía en ese silencio sepulcral que dejó tras su saludo. "¿Hace ya cuatro años desde Loguetown? Tal vez incluso más...".
Luego prosiguió a preguntarme por mi subordinado, además del motivo de mi visita, pero si no fuera por mis dotes de espía ni siquiera lo habría tomado en cuenta, luego de mencionar el incidente de Loguetown mi cabeza se llenó de preguntas y de recuerdos, en busca de la lógica de esta situación mi mente regresó al tiempo del cual me hablaba el anfitrión del castillo, en esos días tenía un puesto privilegiado en las filas del gobierno, puesto que aproveché en favor de la armada revolucionaria hasta el día de mi destitución. Pero para lograr estar ahí sin ser ejecutado, mi pellejo dependía de mis identidades falsas, las cuales hasta el día de hoy solo he revelado a la gente en la que más confío, luego recordé el informe que recibí hace un tiempo de parte de las fuentes de infiltración, sin embargo, aun que fuera cierta el soplo no confirmado de que mi verdadera identidad estaba a disposición del gobierno, no era razón para creer que el Rey de Hallstat manejara tal información, no tenía sentido en lo absoluto, por más que buscaba en mi cabeza, no hacía sentido, me estremecí al no hallar solución, me habían arrebatado un escudo que aun que obsoleto, seguía siendo una defensa, que otras defensas me podían quitar, me sentí más inseguro de lo que ya estaba, solo por el impacto de la situación casi de manera refleja activé mi haki mantra, luego, para no mostrar debilidad tomé asiento al ver su mano que me invitaba a hacerlo y traté de guardar la compostura.
Bu.. bueno su majestad, yo.... nosotros hemos venido en busca de una alianza. Como sabrá, su principal adversario en esta contienda es también el nuestro, y si usted fuera un rey la mitad de justo de lo que aparentaba el anuncio que compartió públicamente, ya sería un paso más cerca del mundo libre que la armada desea conseguir.
Dudé solo un instante, pero sabía bien que Derian lo notaría, solo quedaba seguir mi discurso y tapar mi incertidumbre con diplomacia...
No se cuanto sepa usted de mi, pero tengo suficiente rango para poner batallones en pro de su ambiciosa conquista, hombres fieles, que así como Henry quien me acompaña darían la vida, no por mi, si no por nuestra lucha...
Señalé a Henry con la palma abierta y luego apoyé mis antebrazos en la mesa para estar más cómodo, entre crucé los dedos frente a mi para luego de relajar mis hombros y aspirar profundamente por las fosas nasales, esperé la respuesta de Lord Derian sin mucha fe de un trato rápido y simple, pero con la mente abierta a todas las posibilidades.
Mientras aguardaba miré de reojo al resto de los presentes, la figura ensombrerada que me observaba fijamente era sin duda el primero que buscaría mi cabeza si intentaba algo raro, pero no presentía que fura un gran reto ponerle un tiro entre los ojos, no podía evitar pensar de esa manera, tal vez es taba en la boca del lobo y en cualquier momento podía cerrarse.
También encontré con la mirada a una joven de cabello largo, poco me fijé en sus rasgos faciales, no por que no fuera bella, si no más bien por que su cabellera rizada me deslumbró bastante, me parecía algo melancólica, pero mi instinto me decía que podía ser alguien agradable, una parte de mi quería acercase a ella y entablar una conversación, pero demás de no ser el momento adecuado para ello, parecía que había tenido alguna clase de altercado con Derian previo a mi llegada. Una lastima, solo me quedaba tragar saliva y esperar a ver lo que todo este asunto significaría para mi futuro.
"Señor Racovich, qué gusto verlo de nuevo. Y esta vez sin maquillaje..." esas palabras me dejaron duditativo mientras que sin palabras me hundía en ese silencio sepulcral que dejó tras su saludo. "¿Hace ya cuatro años desde Loguetown? Tal vez incluso más...".
Luego prosiguió a preguntarme por mi subordinado, además del motivo de mi visita, pero si no fuera por mis dotes de espía ni siquiera lo habría tomado en cuenta, luego de mencionar el incidente de Loguetown mi cabeza se llenó de preguntas y de recuerdos, en busca de la lógica de esta situación mi mente regresó al tiempo del cual me hablaba el anfitrión del castillo, en esos días tenía un puesto privilegiado en las filas del gobierno, puesto que aproveché en favor de la armada revolucionaria hasta el día de mi destitución. Pero para lograr estar ahí sin ser ejecutado, mi pellejo dependía de mis identidades falsas, las cuales hasta el día de hoy solo he revelado a la gente en la que más confío, luego recordé el informe que recibí hace un tiempo de parte de las fuentes de infiltración, sin embargo, aun que fuera cierta el soplo no confirmado de que mi verdadera identidad estaba a disposición del gobierno, no era razón para creer que el Rey de Hallstat manejara tal información, no tenía sentido en lo absoluto, por más que buscaba en mi cabeza, no hacía sentido, me estremecí al no hallar solución, me habían arrebatado un escudo que aun que obsoleto, seguía siendo una defensa, que otras defensas me podían quitar, me sentí más inseguro de lo que ya estaba, solo por el impacto de la situación casi de manera refleja activé mi haki mantra, luego, para no mostrar debilidad tomé asiento al ver su mano que me invitaba a hacerlo y traté de guardar la compostura.
Bu.. bueno su majestad, yo.... nosotros hemos venido en busca de una alianza. Como sabrá, su principal adversario en esta contienda es también el nuestro, y si usted fuera un rey la mitad de justo de lo que aparentaba el anuncio que compartió públicamente, ya sería un paso más cerca del mundo libre que la armada desea conseguir.
Dudé solo un instante, pero sabía bien que Derian lo notaría, solo quedaba seguir mi discurso y tapar mi incertidumbre con diplomacia...
No se cuanto sepa usted de mi, pero tengo suficiente rango para poner batallones en pro de su ambiciosa conquista, hombres fieles, que así como Henry quien me acompaña darían la vida, no por mi, si no por nuestra lucha...
Señalé a Henry con la palma abierta y luego apoyé mis antebrazos en la mesa para estar más cómodo, entre crucé los dedos frente a mi para luego de relajar mis hombros y aspirar profundamente por las fosas nasales, esperé la respuesta de Lord Derian sin mucha fe de un trato rápido y simple, pero con la mente abierta a todas las posibilidades.
Mientras aguardaba miré de reojo al resto de los presentes, la figura ensombrerada que me observaba fijamente era sin duda el primero que buscaría mi cabeza si intentaba algo raro, pero no presentía que fura un gran reto ponerle un tiro entre los ojos, no podía evitar pensar de esa manera, tal vez es taba en la boca del lobo y en cualquier momento podía cerrarse.
También encontré con la mirada a una joven de cabello largo, poco me fijé en sus rasgos faciales, no por que no fuera bella, si no más bien por que su cabellera rizada me deslumbró bastante, me parecía algo melancólica, pero mi instinto me decía que podía ser alguien agradable, una parte de mi quería acercase a ella y entablar una conversación, pero demás de no ser el momento adecuado para ello, parecía que había tenido alguna clase de altercado con Derian previo a mi llegada. Una lastima, solo me quedaba tragar saliva y esperar a ver lo que todo este asunto significaría para mi futuro.
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Inaga se encontraba dentro de las bodegas cuando el silencio se hizo patente, ni una ráfaga de viento ni el vaivén de las olas al chocar contra la cubierta del barco. Súbitamente el casco se escoro hacia estribor unos 40 grados, cosa que no debía estar pasando, el viento con una cólera inaudita chocaba contra el barco meciéndolo a favor del viento. Corriendo abandono las bodegas y subió a cubierta esperando encontrarse con una nave enemigo pero lo que vio ante él fue mucho peor. Las olas se amontonaban chocando ferozmente entre ellas, estrellándose antes de volver a levantarse amenazadoramente, las nubes cubrían el cielo iluminado fugazmente por rayos que partían el cielo en dos, procedidos de tremendos truenos que encogerían el corazón del más valiente.
Debía tomar una decisión de vital importancia, para sortear un temporal hay varias opciones se puede intentar capear el temporal, esta maniobra es la forma tradicional de enfrentarse con una tormenta, consistente en colocar al barco de forma tal de enfrentar con la proa al viento y marejada. Si se logra un buen equilibrio con el aparejo, es sorprendente lo bien que se puede aguantar un temporal. Y se puede intentar Correr el temporal táctica que consiste en navegar con el temporal por la popa, es decir hacia donde este va. En este caso colocaremos el centro velico lo más a proa posible, ya que al estar el punto de empuje situado de esa forma el barco tendrá mucha estabilidad de rumbo. Un golpe lo sacó de sus pensamientos un cadáver arrojado por las olas choco directamente contra su hombro derecho impulsándolo a babor casi al punto de caer por la borda. Se tomo un segundo para recomponerse pues el golpe al estar cubierto de agua de mar le había impedido absorberlo con su fruta. Al lado del timón estaba el cuerpo esquelético de un capitán pirata, un largo abrigo color negro azulado chaleco rojo con bordados de oro y una camisa negra, botas de tacón alto pantalón negro azulado y un sombrero negro y remendado con plumas de pavos reales. Parecía que el mar le mandaba una visión de su futuro pues si no sorteaba el temporal ese sería su destino.
Así pues tomo una decisión no se dejaría ir a la deriva no perdería contra el mar y seria una más de sus víctimas, arrió todas las velas, dejando solamente a la mitad la vela de gavia para conseguir tener algo de maniobrabilidad sin que el viento tumbara el barco debido al calado de las velas. No le dio tiempo a asegurar todas las jarcias y cabos pues solo era uno en un barco preparado para ser tripulado por más personas. Con todos los preparativos que pudo hacer se dispuso a correr la tormenta, cogió el timón con ambas manos y fue directo a su sino entonando una canción, al mismo tiempo la musica resonaba en su mente.
Musica en mi cabeza.Debía tomar una decisión de vital importancia, para sortear un temporal hay varias opciones se puede intentar capear el temporal, esta maniobra es la forma tradicional de enfrentarse con una tormenta, consistente en colocar al barco de forma tal de enfrentar con la proa al viento y marejada. Si se logra un buen equilibrio con el aparejo, es sorprendente lo bien que se puede aguantar un temporal. Y se puede intentar Correr el temporal táctica que consiste en navegar con el temporal por la popa, es decir hacia donde este va. En este caso colocaremos el centro velico lo más a proa posible, ya que al estar el punto de empuje situado de esa forma el barco tendrá mucha estabilidad de rumbo. Un golpe lo sacó de sus pensamientos un cadáver arrojado por las olas choco directamente contra su hombro derecho impulsándolo a babor casi al punto de caer por la borda. Se tomo un segundo para recomponerse pues el golpe al estar cubierto de agua de mar le había impedido absorberlo con su fruta. Al lado del timón estaba el cuerpo esquelético de un capitán pirata, un largo abrigo color negro azulado chaleco rojo con bordados de oro y una camisa negra, botas de tacón alto pantalón negro azulado y un sombrero negro y remendado con plumas de pavos reales. Parecía que el mar le mandaba una visión de su futuro pues si no sorteaba el temporal ese sería su destino.
Así pues tomo una decisión no se dejaría ir a la deriva no perdería contra el mar y seria una más de sus víctimas, arrió todas las velas, dejando solamente a la mitad la vela de gavia para conseguir tener algo de maniobrabilidad sin que el viento tumbara el barco debido al calado de las velas. No le dio tiempo a asegurar todas las jarcias y cabos pues solo era uno en un barco preparado para ser tripulado por más personas. Con todos los preparativos que pudo hacer se dispuso a correr la tormenta, cogió el timón con ambas manos y fue directo a su sino entonando una canción, al mismo tiempo la musica resonaba en su mente.
- Spoiler:
Al chocar en las velas los chasquidos
Pronunciando en voz baja un juramento
Con los ojos al cielo dirigidos.
Al fin se pone en pie; sobre cubierta
A un mástil arrimado véase luego
Contemplando la frente descubierta
Cual el mar se enfurece, con sosiego.
Su poblada melena el viento agita:
La obscuridad le envuelve, le rodea
De sus ojos tan solo el fuego imita
La mirada que a veces centellea.
Dos horas pasan en que el viento arrecia
Las olas crecen, con el buque juegan
Y él permanece allí porque desprecia
Las olas que van y las que llegan.
Y crece el huracán y en furia crece
La mar que se revuelve alborotada
Y que goza en mirarla así parada
Pues deja oír sonora carcajada.
Y el buque salta, cruza, rompe, hiende,
Las olas ocultándose bajo ellas.
Pero pronto orgulloso, altivo asciende
Y la escena iluminan las centellas
Rugiente el trueno ronco retumbando
Sobre los velos que extendió la noche
La voz de Dios parece amenazando
O al mundo dirigiendo algún reproche.
Y brilla el rayo rápido vibrante
Las sombras disipando débilmente
Un momento no más, un solo instante
Para hundirse en el mar rápidamente.
Y con estruendo aterrador prosigue
Rugiendo el trueno, el huracán bramando
Su furia sin que nada lo mitigue.
Siguiéndola el pirata contemplando.
Mas no sonríe ya: sino que inquieto
La oscuridad indaga y afanoso
Procura descubrir algún objeto
Que allá divisa sobre el mar furioso.
Ve allá a lo lejos cuando el rayo alumbra
Una silueta que aparece y que se oculta
Que si a veces el mar al cielo encumbra
En su seno otras veces le sepulta.
Pronunciando en voz baja un juramento
Con los ojos al cielo dirigidos.
Al fin se pone en pie; sobre cubierta
A un mástil arrimado véase luego
Contemplando la frente descubierta
Cual el mar se enfurece, con sosiego.
Su poblada melena el viento agita:
La obscuridad le envuelve, le rodea
De sus ojos tan solo el fuego imita
La mirada que a veces centellea.
Dos horas pasan en que el viento arrecia
Las olas crecen, con el buque juegan
Y él permanece allí porque desprecia
Las olas que van y las que llegan.
Y crece el huracán y en furia crece
La mar que se revuelve alborotada
Y que goza en mirarla así parada
Pues deja oír sonora carcajada.
Y el buque salta, cruza, rompe, hiende,
Las olas ocultándose bajo ellas.
Pero pronto orgulloso, altivo asciende
Y la escena iluminan las centellas
Rugiente el trueno ronco retumbando
Sobre los velos que extendió la noche
La voz de Dios parece amenazando
O al mundo dirigiendo algún reproche.
Y brilla el rayo rápido vibrante
Las sombras disipando débilmente
Un momento no más, un solo instante
Para hundirse en el mar rápidamente.
Y con estruendo aterrador prosigue
Rugiendo el trueno, el huracán bramando
Su furia sin que nada lo mitigue.
Siguiéndola el pirata contemplando.
Mas no sonríe ya: sino que inquieto
La oscuridad indaga y afanoso
Procura descubrir algún objeto
Que allá divisa sobre el mar furioso.
Ve allá a lo lejos cuando el rayo alumbra
Una silueta que aparece y que se oculta
Que si a veces el mar al cielo encumbra
En su seno otras veces le sepulta.
Inaga agotado, mojado y herido por los cortes producidos por los golpes contra el casco y algun cañon mal apuntalado, esperaba domar su destino.
- Spoiler:
- he narrado la travesia por la tormenta como si fuera un poema/cancion me he arriesgado haciendolo de esta manera si vez que no es la adecuada hazmelo saber.
Kenichi
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"¡Maldición...!" No tenía ni la menor idea de dónde se encontraba su compañero Kimura, el cual no contestaba incluso después de que había sido llamado numerosas veces. Los ojos de Kenichi se encontraban enfocados en la pelea que estaba sucediendo a escasos metros de su posición. Por lo que parecía, aquella especie de ratón estaba ganando a lo que se podría llamar una especie de Frankenstein, la soltura con la espada de aquél animal era algo digno de admirar, además de que jamás había visto algo parecido. Kenichi no sabía si plasmar el momento en su bloc de notas o dar la vuelta con el barco. Uno de los golpes de la abominación agitó lo suficiente el suelo como para desequilibrar a Shirahama, el cual cayó al suelo donde estaba tomando lugar la batalla. Apoyándose rápidamente en el barco, observó cómo la batalla proseguía.
Parecía que tenía la intención de ayudar a aquél ratón, pero a la vez no. Por lo bien que se estaba defendiendo, no parecía que necesitara ningún tipo de ayuda ¿verdad? No, no era eso lo que realmente pensaba. Sólo podía pensar en el gran estorbo que sería para el ratón. Ensimismado en sus pensamientos, notó cómo algo o alguien le agarraba de la pierna, la cual no paraba de temblar.
- S-Socorro... - un marine que al parecer había sido herido de una forma o de otra en el campo de batalla pedía piedad al joven luchador, para luego desmayarse. Sus heridas parecían lo suficientemente graves para, de no ser tratadas, acabar con su vida.
Echando un vistazo a su alrededor, percibió que no era el único marine que se encontraba en aquél estado, el campo entero estaba sembrado de cuerpos heridos. Agarrando por el brazo al marine que acababa de solicitar su ayuda, lo montó sobre su espalda, y de un salto volvió a subir a la embarcación de la que acababa de caerse. Dejándolo en el suelo, ordenó a unos reclutas que se encontraban en el navío :
- Este hombre necesita ayuda - su tono, muy serio - volveré allí abajo y rescataré a los heridos. Ustedes tratad sus heridas, se lo ruego. - Sin tiempo para que los reclutas replicaran, aunque no parecía que fueran a hacerlo, volvió a saltar del barco, rumbo a poner a salvo a todos aquellos que se encontraban en peligro.
Parecía que tenía la intención de ayudar a aquél ratón, pero a la vez no. Por lo bien que se estaba defendiendo, no parecía que necesitara ningún tipo de ayuda ¿verdad? No, no era eso lo que realmente pensaba. Sólo podía pensar en el gran estorbo que sería para el ratón. Ensimismado en sus pensamientos, notó cómo algo o alguien le agarraba de la pierna, la cual no paraba de temblar.
- S-Socorro... - un marine que al parecer había sido herido de una forma o de otra en el campo de batalla pedía piedad al joven luchador, para luego desmayarse. Sus heridas parecían lo suficientemente graves para, de no ser tratadas, acabar con su vida.
Echando un vistazo a su alrededor, percibió que no era el único marine que se encontraba en aquél estado, el campo entero estaba sembrado de cuerpos heridos. Agarrando por el brazo al marine que acababa de solicitar su ayuda, lo montó sobre su espalda, y de un salto volvió a subir a la embarcación de la que acababa de caerse. Dejándolo en el suelo, ordenó a unos reclutas que se encontraban en el navío :
- Este hombre necesita ayuda - su tono, muy serio - volveré allí abajo y rescataré a los heridos. Ustedes tratad sus heridas, se lo ruego. - Sin tiempo para que los reclutas replicaran, aunque no parecía que fueran a hacerlo, volvió a saltar del barco, rumbo a poner a salvo a todos aquellos que se encontraban en peligro.
Sawn
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Parecía que los nervios iban a hablar con Lord Derian en vez de nosotros. En cuestión de minutos estábamos dentro de un gran castillo dentro de la habitación principal del Rey, una estancia enorme decorada con una mesa central llena de comida, muchos cuadros colgados de la pared a diferentes alturas. Sólo uno de ellos me llamó la atención, no solo por su tamaño, también por el dibujo que tenía, era "La Matanza de Íreos". Otra cosa que me llamó la atención fue las dos chimeneas, no eran muy grandes, pero podía calentar el ambiente en toda la sala y solo habiendo restos de madera.
-Espero no interrumpir o molestar, pero mi encomienda es discutir con el Rey Derian la posibilidad de una alianza que sirva en esta guerra tanto para sus propósito como también en torno a los intereses de la armada revolucionaria, mi nombre es Leonel Racovich y él es mi subordinado Henry Shark. - Saludé mientras mostraba una sonrisa en la cara.-
-Señor Racovich, qué gusto verlo de nuevo. Y esta vez sin maquillaje- el silencio lo inunda todo por un momento-. ¿Hace ya cuatro años desde Loguetown? Tal vez incluso más. Me temo que no conozco a vuestro acompañante y no he oído hablar de él... Aún, espero. ¿Qué puede traeros, compañero, a hacerme esta visita en un momento tan delicado?
Una voz correteaba por todo el lugar, una voz que daba un poco de miedo al mismo momento que se podía ver una mano moviéndose. Nos estaba invitando a sentarnos en los sillones que estaban alrededor de la mesa. Leonel se sentó nada más ver el movimiento de mano del rey. Yo hice lo mismo después de lo hiciese mi capitán. No podía hacer las cosas de forma aleatoria, si no podían salir las cosas mal. Para ser sincero nuestra misión colgaba de un hilo, un mal paso y podíamos perder la oportunidad. Tras sentarnos, el Rey se puso a hablar con otra chica.
-Bu.. bueno su majestad, yo.... nosotros hemos venido en busca de una alianza. Como sabrá, su principal adversario en esta contienda es también el nuestro, y si usted fuera un rey la mitad de justo de lo que aparentaba el anuncio que compartió públicamente, ya sería un paso más cerca del mundo libre que la armada desea conseguir.
Había dicho las palabras correctas, pero los nervios se le notaban. No sabía que hacer, pero debía hacer algo para tranquilizar a Leonel, no debía hacer él solo todo esto.
-No se cuanto sepa usted de mi, pero tengo suficiente rango para poner batallones en pro de su ambiciosa conquista, hombres fieles, que así como Henry quien me acompaña darían la vida, no por mi, si no por nuestra lucha...
- Lord Derian, permita que le diga, que lo que Leonel le ha contado es todo cierto. Yo estaría dispuesto a dejar mi vida para derrotar al enemigo que tenemos en común. Tanto yo como muchas personas más -Dije seriamente.-
No pensaba así, pero de esa forma relajaría un poco a Leonel y podía ayudar a Derian a plantearse la alianza.
-Espero no interrumpir o molestar, pero mi encomienda es discutir con el Rey Derian la posibilidad de una alianza que sirva en esta guerra tanto para sus propósito como también en torno a los intereses de la armada revolucionaria, mi nombre es Leonel Racovich y él es mi subordinado Henry Shark. - Saludé mientras mostraba una sonrisa en la cara.-
-Señor Racovich, qué gusto verlo de nuevo. Y esta vez sin maquillaje- el silencio lo inunda todo por un momento-. ¿Hace ya cuatro años desde Loguetown? Tal vez incluso más. Me temo que no conozco a vuestro acompañante y no he oído hablar de él... Aún, espero. ¿Qué puede traeros, compañero, a hacerme esta visita en un momento tan delicado?
Una voz correteaba por todo el lugar, una voz que daba un poco de miedo al mismo momento que se podía ver una mano moviéndose. Nos estaba invitando a sentarnos en los sillones que estaban alrededor de la mesa. Leonel se sentó nada más ver el movimiento de mano del rey. Yo hice lo mismo después de lo hiciese mi capitán. No podía hacer las cosas de forma aleatoria, si no podían salir las cosas mal. Para ser sincero nuestra misión colgaba de un hilo, un mal paso y podíamos perder la oportunidad. Tras sentarnos, el Rey se puso a hablar con otra chica.
-Bu.. bueno su majestad, yo.... nosotros hemos venido en busca de una alianza. Como sabrá, su principal adversario en esta contienda es también el nuestro, y si usted fuera un rey la mitad de justo de lo que aparentaba el anuncio que compartió públicamente, ya sería un paso más cerca del mundo libre que la armada desea conseguir.
Había dicho las palabras correctas, pero los nervios se le notaban. No sabía que hacer, pero debía hacer algo para tranquilizar a Leonel, no debía hacer él solo todo esto.
-No se cuanto sepa usted de mi, pero tengo suficiente rango para poner batallones en pro de su ambiciosa conquista, hombres fieles, que así como Henry quien me acompaña darían la vida, no por mi, si no por nuestra lucha...
- Lord Derian, permita que le diga, que lo que Leonel le ha contado es todo cierto. Yo estaría dispuesto a dejar mi vida para derrotar al enemigo que tenemos en común. Tanto yo como muchas personas más -Dije seriamente.-
No pensaba así, pero de esa forma relajaría un poco a Leonel y podía ayudar a Derian a plantearse la alianza.
LV-> 01.
EXP-> 00.
Berries-> 0 berries.
Nombre-> Dave Taylor.
Bando-> Cazador.
Banda-> ><.
Akuma no mi-> ><
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"-¿Cuántas poses raras puede hacer este tío?" -pensó el pirata, irritado y cansado de luchar contra la inagotable fuente de molestias que era aquel hombre. Al menos había conseguido lo que quería... en cierto modo. Solo le interesaba que le dijera por dónde debía ir, no que le acompañase personalmente. No soportaría aguantar sus ruidosas y agudas exclamaciones durante todo el camino. Ya tenía bastante con soportar un bicho raro como para soportar a dos. Aunque Franklin le daba menos miedo.
-Te llevaré hasta Markov-chan para veros luchar en el aceite. ¡Seguro que es super-desu! -exclamó el Okama añadiendo una delicada pirueta. Tenía que reconocer que era increíble que alguien así de grande pudiera moverse tan grácilmente.
-¿Van a luchar en el aceite? -preguntó de nuevo el niño de pueblo.
-¡¡¡Nada de aceite!!! -intervino Arribor.
-Parecía un pirata y resulta que es amigo del travesti.
-¡¡¡Yo no soy como él!!!
-¿Porqué no empiezas con las piruetas?
-¡¡¡Puto niño, voy a matarte!!!
-Aprisa, Newkama-dono -dijo el extraño tipejo. No sabía de dónde diablos había sacado aquel bote ni porqué lo cargaba él mismo hacia el mar, pero tampoco estaba seguro de querer saberlo. La embarcación era totalmente rosa y estaba decorada con delicados pompones que restaban cualquier ápice de seriedad a la situación. Ya no sabía si estaba cazando vampiros o unicornios-. ¡Arriba esos brazos! Vas a luchar contra Derichwan, ¡Eso hay que celebrarlo!
-De... ri... chwan. -balbuceó el pirata. -Empiezo a pensar que esto no ha sido buena idea.
Entonces se le ocurrió una idea. A regañadientes subió al bote, mientras le decía a su dueño que no necesitaba acompañarle, que él podría apañarse si le decía por dónde ir, aunque estaba convencido de que no se echaría atrás. De hecho, ya le sorprendía que no hubiera intentado atacarle o algo así como habían hecho sus compañeros en su momento. Rápidamente, al menos todo lo rápido que daba su mente, esbozó un elaborado plan. En cuanto tuviese oportunidad, aunque fuese en mitad del mar, le lanzaría una de sus pastillas ultra-picantes directamente a la boca y aprovecharía para empujarlo al agua y seguir él solo. En realidad podía hacerlo sin necesidad de planes ni nada de eso, pero ese tipo le daba pánico.
-En fin, si no hay más remedio... Vamos allá. Pero nada de piruetas. -dijo mientras arrastraba a la morsa contra su voluntad hacia el bote, sin importarle que el animal clavase los colmillos en el suelo y lloriquease para no acercarse al Okama.
-Te llevaré hasta Markov-chan para veros luchar en el aceite. ¡Seguro que es super-desu! -exclamó el Okama añadiendo una delicada pirueta. Tenía que reconocer que era increíble que alguien así de grande pudiera moverse tan grácilmente.
-¿Van a luchar en el aceite? -preguntó de nuevo el niño de pueblo.
-¡¡¡Nada de aceite!!! -intervino Arribor.
-Parecía un pirata y resulta que es amigo del travesti.
-¡¡¡Yo no soy como él!!!
-¿Porqué no empiezas con las piruetas?
-¡¡¡Puto niño, voy a matarte!!!
-Aprisa, Newkama-dono -dijo el extraño tipejo. No sabía de dónde diablos había sacado aquel bote ni porqué lo cargaba él mismo hacia el mar, pero tampoco estaba seguro de querer saberlo. La embarcación era totalmente rosa y estaba decorada con delicados pompones que restaban cualquier ápice de seriedad a la situación. Ya no sabía si estaba cazando vampiros o unicornios-. ¡Arriba esos brazos! Vas a luchar contra Derichwan, ¡Eso hay que celebrarlo!
-De... ri... chwan. -balbuceó el pirata. -Empiezo a pensar que esto no ha sido buena idea.
Entonces se le ocurrió una idea. A regañadientes subió al bote, mientras le decía a su dueño que no necesitaba acompañarle, que él podría apañarse si le decía por dónde ir, aunque estaba convencido de que no se echaría atrás. De hecho, ya le sorprendía que no hubiera intentado atacarle o algo así como habían hecho sus compañeros en su momento. Rápidamente, al menos todo lo rápido que daba su mente, esbozó un elaborado plan. En cuanto tuviese oportunidad, aunque fuese en mitad del mar, le lanzaría una de sus pastillas ultra-picantes directamente a la boca y aprovecharía para empujarlo al agua y seguir él solo. En realidad podía hacerlo sin necesidad de planes ni nada de eso, pero ese tipo le daba pánico.
-En fin, si no hay más remedio... Vamos allá. Pero nada de piruetas. -dijo mientras arrastraba a la morsa contra su voluntad hacia el bote, sin importarle que el animal clavase los colmillos en el suelo y lloriquease para no acercarse al Okama.
- Acciones:
- Seguirle la corriente al travesti y planear como librarse de él, aunque algo me dice que no funcionará xD
Rei Arslan
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Abrí los ojos de golpe. Lo primero que vi fue el suelo y luego giré la cabeza para ver la cabeza de Kuroi. ¿Por qué... me estaba llevando así? En cuanto se detuvo me bajé y pasé la mano por mi cabeza colocando el sombrero. Debí haber sufrido una de mis lagunas mentales. Hacía tiempo que no me ocurrían, cesaron cuando las pesadillas terminaron en aquella isla, pero sigo sin entender por qué volvieron. Pasé la mano por mi frente, estaba helada.
-¿Cuánto tiempo... he estado así? - Le pregunté. Nunca sabía la cantidad que perdía al entrar en trance.
Miré a mi alrededor y vi el grupo de los vampiros, o eso aparentaban ser. Tenían un aspecto desagradable. Se pusieron a hablar entre ellos. Me mordí en labio inferior y fruncí el entrecejo. Puse la mano sobre la katana levantándola un poco y luego la volví a dejar en su sitio. Estos tíos me comenzaban a cansar. Cada vez tenía menos ganas de reprimir mis movimientos. Finalmente la roca se abrió.
-Ya era hora- Dije en voz alta para que todos me escuchasen. - Continuemos. - Les pedí a Kuroi, Kabil y Barbazul. Nos adentramos en la roca finalmente.
-¿Cuánto tiempo... he estado así? - Le pregunté. Nunca sabía la cantidad que perdía al entrar en trance.
Miré a mi alrededor y vi el grupo de los vampiros, o eso aparentaban ser. Tenían un aspecto desagradable. Se pusieron a hablar entre ellos. Me mordí en labio inferior y fruncí el entrecejo. Puse la mano sobre la katana levantándola un poco y luego la volví a dejar en su sitio. Estos tíos me comenzaban a cansar. Cada vez tenía menos ganas de reprimir mis movimientos. Finalmente la roca se abrió.
-Ya era hora- Dije en voz alta para que todos me escuchasen. - Continuemos. - Les pedí a Kuroi, Kabil y Barbazul. Nos adentramos en la roca finalmente.
Maki
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Cornelia Marcojad, ese era el nombre de su congénere femenina, o al menos eso le había parecido oír. Había bastante escándalo y casi no entendía lo que decía. La preciosa dama hablaba sobre ser la no se qué de no se quién. Lo cierto era que no sabía lo que era una concubina y no conocía a ningún tipo llamado Miss Terioso. Le sonaba vagamente y puede que incluso lo conociera, pero entre tanto despiste y tanta fiesta se le había pasado. Aunque debía reconocer que era un nombre genial. Tal vez lo utilizase algún día. Maki se rascó la cabeza, confuso ante tan extraña situación.
Iba a preguntarle a los demás qué era una concu... bueno, eso, cuando empezaron a gritar sin motivo aparente. Aquel día empezaba a ponerse raro. ¿Porqué la llamaban todos traidora? ¿Acaso había hecho algo malo? ¿Y si concubina significaba mala? No, eso no podía ser. Los peces gota no eran malos, ya tenían bastante como para además ser mala gente.
Pero sus nuevos amigos, los animados ghouls, empezaban a ponerse violentos, y no podía permitir que hiciesen daño a una de las pocas criaturas similares a él que había en el mundo. Una parte de él le decía que debería combatir para defender lo que creía justo; otra le decía que no era cosa suya.
"Si no te gusta, adáptate", ese era su lema y hasta el momento siempre le había ido bien. No es que fuera un revolucionario muy típico, pues era bastante conformista y siempre intentaba adaptarse a las cosas. Era la única forma de que todo fuese bien. Pero las cosas habían cambiado, ahora debía pelear, aunque fuese con sus nuevos amigos. Y no iba a hacerlo solo.
"Caracol...", pensó para que el Den Den Mushi telépata pudiera oírlo. Aquella sería su arma del triunfo, su arma secreta. "¡¡¡Al ataque!!!"
Iba a preguntarle a los demás qué era una concu... bueno, eso, cuando empezaron a gritar sin motivo aparente. Aquel día empezaba a ponerse raro. ¿Porqué la llamaban todos traidora? ¿Acaso había hecho algo malo? ¿Y si concubina significaba mala? No, eso no podía ser. Los peces gota no eran malos, ya tenían bastante como para además ser mala gente.
Pero sus nuevos amigos, los animados ghouls, empezaban a ponerse violentos, y no podía permitir que hiciesen daño a una de las pocas criaturas similares a él que había en el mundo. Una parte de él le decía que debería combatir para defender lo que creía justo; otra le decía que no era cosa suya.
"Si no te gusta, adáptate", ese era su lema y hasta el momento siempre le había ido bien. No es que fuera un revolucionario muy típico, pues era bastante conformista y siempre intentaba adaptarse a las cosas. Era la única forma de que todo fuese bien. Pero las cosas habían cambiado, ahora debía pelear, aunque fuese con sus nuevos amigos. Y no iba a hacerlo solo.
"Caracol...", pensó para que el Den Den Mushi telépata pudiera oírlo. Aquella sería su arma del triunfo, su arma secreta. "¡¡¡Al ataque!!!"
- Maki:
- Nivel: 79
Experiencia: 148.115
Nombre: Augustus Irwin Makintosh
Apodo: Maki
Facción: Revolucionario
Rango: Oficial
"Si el agua está salada, es que estás en el mar". Augustus Makintosh
El Cid
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Todo iba según lo planeado, sus compañeros iban detrás del gigante cubriendo su retaguardia la ropa le quedaba como anillo al dedo después de que esta se hubiera agrandado. Volvía a tener una misión, esta vez se haría pasar por el emisario del rey Derian para entrar y ver el campamento enemigo, esta vez estaba seguro de que no fallaría.
Babieca esta vez mas te vale no cagarla, nos han encomendado una misión de alto riesgo y no quiero volver a fallar por tu culpa así que compórtate como un buen agente del gobierno que eres. Y no me mires con esa carita que no va a funcionar.
Dijo el Cid a su fiel compañero mientras este le miraba con los ojos vidriosos para ver si podía escaquearse de la reprimenda. Al ver que no era posible se puso recto y empezó a caminar subiendo la colina por delante del gigante, justo en la cima corrió hacia detrás de su compañero pues lo que vio lo dejo horrorizado. El Cid fue a ver lo que había asustado a su fiel compañero y cuando subió la colina vio a un ejército de ghouls esperándoles. Sobre la marcha olvidándose del plan de su compañera del gobierno cargo hacia ellos con todo el peso y furia que un gigante podía llegar a desatar. De su espalda sacó su enorme tridente hecho con la columna vertebral de un rey marino, mientras cargaba el gigante se elevo sobre el nivel del suelo llegando a una altura de unos 20 metros usando el Geppou. Desde arriba lanzo dos patadas desgarradoras hacia el suelo. De la punta de sus grebas salieron dos hojas de aire comprimido y afilado en dirección a los ghouls del suelo.
Babieca esta vez mas te vale no cagarla, nos han encomendado una misión de alto riesgo y no quiero volver a fallar por tu culpa así que compórtate como un buen agente del gobierno que eres. Y no me mires con esa carita que no va a funcionar.
Dijo el Cid a su fiel compañero mientras este le miraba con los ojos vidriosos para ver si podía escaquearse de la reprimenda. Al ver que no era posible se puso recto y empezó a caminar subiendo la colina por delante del gigante, justo en la cima corrió hacia detrás de su compañero pues lo que vio lo dejo horrorizado. El Cid fue a ver lo que había asustado a su fiel compañero y cuando subió la colina vio a un ejército de ghouls esperándoles. Sobre la marcha olvidándose del plan de su compañera del gobierno cargo hacia ellos con todo el peso y furia que un gigante podía llegar a desatar. De su espalda sacó su enorme tridente hecho con la columna vertebral de un rey marino, mientras cargaba el gigante se elevo sobre el nivel del suelo llegando a una altura de unos 20 metros usando el Geppou. Desde arriba lanzo dos patadas desgarradoras hacia el suelo. De la punta de sus grebas salieron dos hojas de aire comprimido y afilado en dirección a los ghouls del suelo.
Acciones
- Spoiler:
- Olvidarse del plan de su compañera y usar Geppou hasta el cielo para lanzar dos rankyakus hacia sus enemigos.
Worick L. Arcangelo
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Ay... Ay... Ay... Dios, aquella caminata me estaba destrozando, pero por fin parecía que íbamos a llegar a nuestro destino. Aquello había sido como un suplicio me sentía como alguna clase de mártir que iba a ser recordado por siempre, o mejor dicho más me gustaría serlo, aunque para eso tendría que morir y no tengo muchas ganas. La verdad es que me costaba creer que hubiese aguantado tanto rato arrastrando a Kabil y cargando a Rose, pero por fin podía descansar. Nos habíamos parado frente a una gran roca y por fin podía recuperar la respiración y comprobar como se encontraban aquellos dos.
Tiré a Kabil a un lado del camino a la vez que notaba como mi pequeña y no muy pesada carga se movía, parecía que la capitana había recuperado la consciencia. — Menos mal que has vuelto con nosotros capitana, la verdad que me diste un buen susto. — Dije mientras la ayudaba a volver al suelo y le quitaba mi chaqueta para devolverla a su lugar. Por otro lado allí estaba el cabeza hueca de Kabil tirado a un lado del camino... ¿Qué mierda le había pasado a él? Me acerqué hasta este mientras acababa de colocar la manga de la chaqueta y tan pronto lo tenía al alcance de mi pierna le pateé. — Tú, vago, deberías ir pensando en levantarte, ahora empieza lo bueno. — Dije mientras oía la roca abrirse y la capitana afirmaba aquello con sus palabras. La verdad es que había sido bastante coñazo llegar hasta aquí desde que habíamos logrado dejar el barco, pero bueno por fin íbamos a verle. Realmente hacía una eternidad que no veía a aquel monstruo y él probablemente ya ni se acordase de mí y mucho menos iba a poder reconocerme por mi aspecto. Mientras me sumía en todos estos pensamientos la capitana se adentro en la roca y yo mientras la seguía dije rápidamente. — Vamos patanes que por fin hemos llegado.—
Tiré a Kabil a un lado del camino a la vez que notaba como mi pequeña y no muy pesada carga se movía, parecía que la capitana había recuperado la consciencia. — Menos mal que has vuelto con nosotros capitana, la verdad que me diste un buen susto. — Dije mientras la ayudaba a volver al suelo y le quitaba mi chaqueta para devolverla a su lugar. Por otro lado allí estaba el cabeza hueca de Kabil tirado a un lado del camino... ¿Qué mierda le había pasado a él? Me acerqué hasta este mientras acababa de colocar la manga de la chaqueta y tan pronto lo tenía al alcance de mi pierna le pateé. — Tú, vago, deberías ir pensando en levantarte, ahora empieza lo bueno. — Dije mientras oía la roca abrirse y la capitana afirmaba aquello con sus palabras. La verdad es que había sido bastante coñazo llegar hasta aquí desde que habíamos logrado dejar el barco, pero bueno por fin íbamos a verle. Realmente hacía una eternidad que no veía a aquel monstruo y él probablemente ya ni se acordase de mí y mucho menos iba a poder reconocerme por mi aspecto. Mientras me sumía en todos estos pensamientos la capitana se adentro en la roca y yo mientras la seguía dije rápidamente. — Vamos patanes que por fin hemos llegado.—
barbazul
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El camino acompañados por esos hombres se hizo eterno, Kuroi cargaba con Rose y arrastraba a Kabil, no sé por qué no me dejó llevar a ninguno. Bueno supongo que mejor para mí así estaba más descansado en caso de pelea. Nos paramos frente a una gran roca donde había otro guardia. Al parecer tenían hasta un protocolo por si golpeabas a uno de ellos, cosa que me impresiono.
Tuvimos suerte pues el guardia decidió que Derian debía hablar con nosotros antes de que nos aplicara ningún castigo. Lo que significaría que muy posiblemente no habíamos librado. Rose al fin reacciono y Kuroi la puso en el suelo. Estábamos todos ansiosos ya por dejar aquel lugar y ver al rey.
La piedra frente a la que nos encontrábamos se abrió de repente, dentro de ella había lo que parecía una especie de elevador. Era un truco bastante ingenioso una entrada oculta que llevaba justo bajo nuestros pies. Seguí a Rose al elevador estaba ansioso por ver lo que había debajo, quizás Derian había encontrado ruinas interesantes allí abajo.
-Vamos Kabil, solo faltas tú no hagas que salgamos a buscarte y arrastrarte hasta aquí dentro.
Tuvimos suerte pues el guardia decidió que Derian debía hablar con nosotros antes de que nos aplicara ningún castigo. Lo que significaría que muy posiblemente no habíamos librado. Rose al fin reacciono y Kuroi la puso en el suelo. Estábamos todos ansiosos ya por dejar aquel lugar y ver al rey.
La piedra frente a la que nos encontrábamos se abrió de repente, dentro de ella había lo que parecía una especie de elevador. Era un truco bastante ingenioso una entrada oculta que llevaba justo bajo nuestros pies. Seguí a Rose al elevador estaba ansioso por ver lo que había debajo, quizás Derian había encontrado ruinas interesantes allí abajo.
-Vamos Kabil, solo faltas tú no hagas que salgamos a buscarte y arrastrarte hasta aquí dentro.
Nivel: 67
Exp: 95.630
Berries: 38.243.436
Nombre: Barbazul
Bando: Pirata
Akuma no mi: Logia de tinta
Profesiones: espadachin duelista, científico bioingeniero, navegante climatologo e historiador Cronista. Señor de la Navegación.
FICHA
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El sonido de aquella persona cayendo al suelo, causó que una sonrisa se dibujara en el rostro de la chica de cabellos naranjas. -Eso es lo que ocurre cuando la presa intenta cazar al cazador...- Le dijo mientras se ponía en pie frente a él o ella, realmente en aquel momento no se fijo precisamente en la fisiología de su agresor. Por muy hábil que fuera, seguía siendo una chica bastante despistada, aunque...¿No la hace eso encantadora?...En fin, sigamos. -No creo que nos hayamos visto antes, así que es una pena que no hayamos podido empezar con un encuentro más afable. Pero igualmente, si me dices tus razones para atacarme, tal vez podamos ser amigos.- Exclamó con un tono alegre e infantil mientras jugaba a pasar la daga que tenía en la mano entre sus dedos. -Por cierto, estoy buscando a unas personas...- "Estúpidos más bien." -¿Has visto a algún grupo de personas pasar por...?- No llegó a terminar su frase.
Sus oídos felinos pudieron captar, otra vez, ruidos de movimiento tras la puerta hacia la que se estaba dirigiendo, antes de ser interrumpida. Pero no solo eso, sino que en aquella ocasión, tras concentrarse un poco más, había sido capaz de percibir la presencia de alguien que le era familiar. -¿Ese no es...?- murmuró al tiempo que sus orejas de felino se "alzaban", poniéndose alerta. De esa forma se encaminó a susodicha puerta, la cual abrió, encontrándose con una escena que hubiera preferido no tener que presenciar. Su capitán, Akagami, se encontraba desnudo en frente a una bañera, con toda su ropa tirada al azar por el suelo. ¿Qué cojones estaba haciendo su capitán? ¿Cómo había acabado en esa situación? Preguntas por el estilo pasaban por la mente de la chica, al tiempo que su rostro se volvía de un color rojo intenso.
Como si tratará de olvidarse de esa escena, cerró lentamente la puerta, procurando no mirar a Akagami a los ojos en ningún momento. Una ve cerrada, se dio media vuelta dispuesta a marcharse, mientras murmuraba la frase: "no he vistoo nada." Repetidas veces, como si fuera un hechizo para que la imagen se borrara de su mente. Aunque no fue precisamente útil. Al darse cuenta de que no tenía sentido el seguir negando lo visto, así que solo le quedaba desahogarse. Tomó aire y gritó a todo pulmón, en tal frecuencia que si, su anterior agresor, de quien se había olvidado, no se tapaba los oídos, se quedaría un buen rato sordo. -¡ESTÚPIDO BAKAGAMI! YO PREOCUPÁNDOME Y EL POR AHÍ DURMIENDO DESNUDO. ¿QUÉ CLASE DE PROBLEMA TIENE EN LA CABEZA?-
Sus oídos felinos pudieron captar, otra vez, ruidos de movimiento tras la puerta hacia la que se estaba dirigiendo, antes de ser interrumpida. Pero no solo eso, sino que en aquella ocasión, tras concentrarse un poco más, había sido capaz de percibir la presencia de alguien que le era familiar. -¿Ese no es...?- murmuró al tiempo que sus orejas de felino se "alzaban", poniéndose alerta. De esa forma se encaminó a susodicha puerta, la cual abrió, encontrándose con una escena que hubiera preferido no tener que presenciar. Su capitán, Akagami, se encontraba desnudo en frente a una bañera, con toda su ropa tirada al azar por el suelo. ¿Qué cojones estaba haciendo su capitán? ¿Cómo había acabado en esa situación? Preguntas por el estilo pasaban por la mente de la chica, al tiempo que su rostro se volvía de un color rojo intenso.
Como si tratará de olvidarse de esa escena, cerró lentamente la puerta, procurando no mirar a Akagami a los ojos en ningún momento. Una ve cerrada, se dio media vuelta dispuesta a marcharse, mientras murmuraba la frase: "no he vistoo nada." Repetidas veces, como si fuera un hechizo para que la imagen se borrara de su mente. Aunque no fue precisamente útil. Al darse cuenta de que no tenía sentido el seguir negando lo visto, así que solo le quedaba desahogarse. Tomó aire y gritó a todo pulmón, en tal frecuencia que si, su anterior agresor, de quien se había olvidado, no se tapaba los oídos, se quedaría un buen rato sordo. -¡ESTÚPIDO BAKAGAMI! YO PREOCUPÁNDOME Y EL POR AHÍ DURMIENDO DESNUDO. ¿QUÉ CLASE DE PROBLEMA TIENE EN LA CABEZA?-
- ACLARACIÓN:
- Tengo permiso del user de Aka de hacer las acciones "cerradas" referentes a que me encuentro al abrir la puerta.
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Todo iba bien, el gigante parecía que se estaba comportando tras haber recibido la ropa, el pergamino y la chapita. Caminaba delante de nosotros junto a su gran animal, cosa que nos daba algo de cobertura. Pero otra vez todo se fue al traste, ahora el gigante había llegado a lo alto de una colina y había salido corriendo.
Nos acercamos todos hasta arriba de la colina, un ejército de ghouls miraba hacia donde nosotros, pues un gigante volando estaba lanzando ondas de corte hacia ellos. Me cubrí la cara con la mano mientras mascullaba ”Perfecto”. Ahora tenía que pensar en algo y rápido.
- Tiradores conmigo al frente, fuego de cobertura al gigante. El resto no tardaran en venir colina arriba prepararos para el combate y si podéis lanzar ondas cortantes no sé a qué esperáis.-Tras el ¡Sí, señora¡ todos se pusieron manos a la obra.
Metí la munición de larga distancia en el rifle y me puse a reventar cabezas de ghouls, se me paso disparar al gigante también pero ya habría tiempo para su castigo. Además tenía prevista una retirada táctica con ayuda de su técnica de las sombras para minimizar al máximo las bajas.
Nos acercamos todos hasta arriba de la colina, un ejército de ghouls miraba hacia donde nosotros, pues un gigante volando estaba lanzando ondas de corte hacia ellos. Me cubrí la cara con la mano mientras mascullaba ”Perfecto”. Ahora tenía que pensar en algo y rápido.
- Tiradores conmigo al frente, fuego de cobertura al gigante. El resto no tardaran en venir colina arriba prepararos para el combate y si podéis lanzar ondas cortantes no sé a qué esperáis.-Tras el ¡Sí, señora¡ todos se pusieron manos a la obra.
Metí la munición de larga distancia en el rifle y me puse a reventar cabezas de ghouls, se me paso disparar al gigante también pero ya habría tiempo para su castigo. Además tenía prevista una retirada táctica con ayuda de su técnica de las sombras para minimizar al máximo las bajas.
Kaito Kazuki
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Tras seguir a la dama de brillante aura hacia el interior de la embarcación viviente, el cazador, Kaito Kazuki, sigue sin percibir su aura, notando simple y únicamente la presencia del barco por doquier, algo realmente extraño y curioso, pues el kenbunshoku haki le permite notar toda la vida que hay a su alrededor, pero algo extraño ocurre en aquél barco, que parece estar maldito, embrujado o cualquier otra cosa. Además, nada más cruzar una puerta se encuentran con una estancia completamente vacía y a oscuras, y solo pueden ver algo gracias a la iluminación que emanan ambos cazadores en sus formas híbridas de las akumas. Tras un rápido vistazo en el lugar Kaito alcanza a ver un brillo proveniente de lo que parecen ser unas escaleras y un cuadro un tanto peculiar, una mujer vestida de novia con una lágrima en la mejilla.
|~Tienes razón Sinclair, todo esto parece una enorme trampa montada por alguna mente prodigiosa, pero con el tiempo que llevo entrenando, con diversos estilos de combate, diversas estrategias de combate y diversos estrategas que difícilmente no sabré sobreponerme a una trampa. Vayamos escaleras abajo, pero mantén tus armas preparadas, no sabemos qué o quién nos encontraremos al final de las mismas, iré yo delante.~| Responde Kaito caminando por la sala hasta las escaleras, las cuales comienza a descender tranquilamente con sus manos en dos de sus katanas, listo para defenderse en caso de necesitarlo.
|~Tienes razón Sinclair, todo esto parece una enorme trampa montada por alguna mente prodigiosa, pero con el tiempo que llevo entrenando, con diversos estilos de combate, diversas estrategias de combate y diversos estrategas que difícilmente no sabré sobreponerme a una trampa. Vayamos escaleras abajo, pero mantén tus armas preparadas, no sabemos qué o quién nos encontraremos al final de las mismas, iré yo delante.~| Responde Kaito caminando por la sala hasta las escaleras, las cuales comienza a descender tranquilamente con sus manos en dos de sus katanas, listo para defenderse en caso de necesitarlo.
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Akuma no mi
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Iba caminando tranquilamente, por los puestos de mercado. Notaba el ambiente algo relajado de los que estaban a cargos de estos mismos. En un punto lo comprendía, bajo las órdenes de su Rey, y lo que había hecho para darles seguridad, los aires de victoria eran venideros. ”Bueno… Supongo que deberé volver… Creo” – pensaba mientras notaba que una señora se me quedaba mirando fijamente y escuché la voz de un tendedero. Entre otras cosas me había llamado general y no sabía si era muy bueno o muy malo… No tenía nada de información y aparte me estaba preguntando por su hijo. ”No conozco ni a la mitad de los hombres que van a pelear… Demonios” – maldije para mis adentros mientras preparaba una respuesta. Era imposible que hubiéramos obtenido la victoria por muy fuerte que sea Derian. Suspiré de forma tranquila mientras notaba que era una especie de armería-ortopedia. Algo bastante útil… Suponía.
– No, no hemos ganado aún. De hecho aún no empieza la guerra – dije sin sonar muy serio ni muy preocupado. Lo que menos quería es que las personas de este pueblo, seguramente el más protegido de toda la isla, se sintieran muy intranquilos y si veían que yo, su general, estaba inseguro ante la situación podría generar algo de caos. Ante la incertidumbre… Era mejor no arriesgarse y tratar de mantener el tema como en un…. Segundo plano. – Mi visita es esporádica, no estaré aquí mucho tiempo. – proseguí mientras sonreía con sutileza. – Solo quise venir a ver si todos se encontraban bien y, si la situación lo requería, controlar cualquier caso de subversión – una breve pausa mientras pensaba en cómo tratar el tema de su hijo… Tenía que ser con cuidado y no preocuparlo… Los padres hacían cosas muy tontas cuando se trata de salvar y/o cuidar de sus seres más queridos. – No, no he visto a su hijo. Aunque si me da una pequeña descripción de cómo es él, podría buscarlo y protegerlo – quizás con eso solo lograría que más padres se me acercaran para tener alguna que otra tranquilidad… Pero bueno, me considera apto para sostener y manejar la presión. – Quizás no pueda garantizar la victoria, pero si puedo garantizar la seguridad de su hijo. – No sabía si de verdad mis palabras resultarían, pero no perdía nada intentándolo.
Guardé silencio y esperé sus respuestas. No quería nada más que seguir explorando esta ciudad bajo tierra, pero sentía que se me iba acabando el tiempo. Sentía cómo es que la guerra se iba acercando a pasos agigantados y que yo debería volver a tiempo para apoyar y luchar por los míos, o en caso de que Dexter participara, apoyarlo a él. Sea como sea, no debería quedarme mucho tiempo para seguir jugando al explorador. ”A quién engañas… Te matas por saber que secretos hay aquí” – sonreí de forma divertida mientras pensaba en aquello. Tardé o temprano las cosas iban a empeorar y yo solo quería tener un poco de paz antes de… Bueno… Pegarle a mucha y mucha gente.
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Akuma no mi
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Apretó ligeramente los dientes y su cuerpo se estremeció ante el enorme estallido de la explosión, mientras que su ojo permanecía abierto de par en par, casi saliéndose de su órbita al comprobar el potencial destructivo de aquella cosa. "No sé si llamar genio o demonio al inventor de esto" pensaba, sin apartar la mirada del fuego ni por un solo instante. Sin embargo, tras unos segundos, su ojo captó el movimiento de un objeto volador no identificado, llamando su atención... ¿O no era su objeto?
- ¿Qué cojones...? -dejando la boca ligeramente abierta, su ojo siguió la trayectoria que seguía una de los agentes que le acompañaban en su misión y que, hasta el momento, habían desaparecido. ¿Acaso la explosión le había alcanzado? ¿Qué hacía el estúpido de Noa ahí? Parecía no haber sufrido daños graves pero... En fin, era un agente del Cipher Pol, confiaba en que pudiera salir de esa. Al menos no se había cargado a su compañero.
Según las imágenes que le transmitía Bir-D y los segundos que esperó, atento, a que algo o alguien se abalanzase sobre él por lo que había hecho, pudo darse cuenta de que no solo ninguno de los supervisores se dirigía hacia él, sino que además no se habían percatado de lo ocurrido. ¿Pero a qué clase de incompetentes había puesto Derian al cargo de semejante artefacto? No comprendía nada. Los gritos de los supervivientes de la explosión llegaban hasta él, colmados de dolor y desesperación. Sintió un leve vacío en su interior al observar las llamas de nuevo, pero no podía permitirse sentir remordimientos por ello. Era mal que debía ser erradicado.
- No creo poder volver a disparar esta cosa... Y si pudiera, me llevaría demasiado tiempo -murmuró, desviando su mirada hacia el cañón y observando su estructura- Tengo que inutilizarlo.
Frunció el ceño y se preparó para destrozar aquella cosa. Ni siquiera utilizaría sus espadas para ello, tardaría demasiado y no podía permitirse el lujo de perder el tiempo. Necesitaba ser rápido y preciso, y de esa forma iba a actuar. A una velocidad endiablada su pierna rozó el aire, casi silbando como lo haría una bala y, tras esto, una onda de aire cortante salió disparada hacia la estructura del arma, más concretamente a la parte desde la que nacía el cilindro que formaba el cañón. Si eliminaba eso no podrían volver a disparar o, al menos, no sin que el proyectil pudiera mandar aquél sitio por los aires. Supuso que eso bastaría por el momento.
Una vez concluyó con esto observó el otro submarino, el cual parecía no haber recibido daños por la explosión. Eso entorpecía un poco sus planes, ya que había esperado que al menos quedara inutilizado y no pudiera moverse. "Muy bien, supongo que toca pasar al plan B." Rápidamente y asegurándose de que no hubiera nadie cerca, se quitó la banda que sujetaba su cabello pelirrojo y se deshizo del parche, guardándolos ambos en el interior de su chaqueta al tiempo que se ajustaba la bufanda, tapando la mitad de su rostro. Sí, seguiría llamando la atención, pero después del alarde de inteligencia que habían demostrado los supervisores tal vez ni siquiera se percatasen de que se trataba de la misma persona. Al fin y al cabo ahora tenía dos ojos y una apariencia distinta... O al menos ligeramente, ¿no? El caso es que su objetivo era el de infiltrarse en el segundo submarino, uniéndose a los mercenarios que seguían embarcando en él, algo atónitos ante tal explosión. Se escurrió como pudo para salir de la plataforma donde se encontraba el cañón sin ser visto, de modo que no le pudieran relacionar con el disparo y emprendió la marcha, actuando con total naturalidad... Y fingiendo terror al volver a observar las llamas.
- ¿¡Qué cojones ha sido eso!? -exclamó con tono alarmista- Dios... Menos mal que no estábamos ahí dentro...
Mientras, Bir-D recibió la orden de avisar a Noa para que tratara, junto a él, de infiltrarse en el submarino restante, llamando su atención para que le siguiera. Aunque, después de casi matarle, tal vez no estuviera muy por la labor... Esperaba que al menos quisiera esperar a que aquella misión terminase antes de resolver aquel... Malentendido.
- ¿Qué cojones...? -dejando la boca ligeramente abierta, su ojo siguió la trayectoria que seguía una de los agentes que le acompañaban en su misión y que, hasta el momento, habían desaparecido. ¿Acaso la explosión le había alcanzado? ¿Qué hacía el estúpido de Noa ahí? Parecía no haber sufrido daños graves pero... En fin, era un agente del Cipher Pol, confiaba en que pudiera salir de esa. Al menos no se había cargado a su compañero.
Según las imágenes que le transmitía Bir-D y los segundos que esperó, atento, a que algo o alguien se abalanzase sobre él por lo que había hecho, pudo darse cuenta de que no solo ninguno de los supervisores se dirigía hacia él, sino que además no se habían percatado de lo ocurrido. ¿Pero a qué clase de incompetentes había puesto Derian al cargo de semejante artefacto? No comprendía nada. Los gritos de los supervivientes de la explosión llegaban hasta él, colmados de dolor y desesperación. Sintió un leve vacío en su interior al observar las llamas de nuevo, pero no podía permitirse sentir remordimientos por ello. Era mal que debía ser erradicado.
- No creo poder volver a disparar esta cosa... Y si pudiera, me llevaría demasiado tiempo -murmuró, desviando su mirada hacia el cañón y observando su estructura- Tengo que inutilizarlo.
Frunció el ceño y se preparó para destrozar aquella cosa. Ni siquiera utilizaría sus espadas para ello, tardaría demasiado y no podía permitirse el lujo de perder el tiempo. Necesitaba ser rápido y preciso, y de esa forma iba a actuar. A una velocidad endiablada su pierna rozó el aire, casi silbando como lo haría una bala y, tras esto, una onda de aire cortante salió disparada hacia la estructura del arma, más concretamente a la parte desde la que nacía el cilindro que formaba el cañón. Si eliminaba eso no podrían volver a disparar o, al menos, no sin que el proyectil pudiera mandar aquél sitio por los aires. Supuso que eso bastaría por el momento.
Una vez concluyó con esto observó el otro submarino, el cual parecía no haber recibido daños por la explosión. Eso entorpecía un poco sus planes, ya que había esperado que al menos quedara inutilizado y no pudiera moverse. "Muy bien, supongo que toca pasar al plan B." Rápidamente y asegurándose de que no hubiera nadie cerca, se quitó la banda que sujetaba su cabello pelirrojo y se deshizo del parche, guardándolos ambos en el interior de su chaqueta al tiempo que se ajustaba la bufanda, tapando la mitad de su rostro. Sí, seguiría llamando la atención, pero después del alarde de inteligencia que habían demostrado los supervisores tal vez ni siquiera se percatasen de que se trataba de la misma persona. Al fin y al cabo ahora tenía dos ojos y una apariencia distinta... O al menos ligeramente, ¿no? El caso es que su objetivo era el de infiltrarse en el segundo submarino, uniéndose a los mercenarios que seguían embarcando en él, algo atónitos ante tal explosión. Se escurrió como pudo para salir de la plataforma donde se encontraba el cañón sin ser visto, de modo que no le pudieran relacionar con el disparo y emprendió la marcha, actuando con total naturalidad... Y fingiendo terror al volver a observar las llamas.
- ¿¡Qué cojones ha sido eso!? -exclamó con tono alarmista- Dios... Menos mal que no estábamos ahí dentro...
Mientras, Bir-D recibió la orden de avisar a Noa para que tratara, junto a él, de infiltrarse en el submarino restante, llamando su atención para que le siguiera. Aunque, después de casi matarle, tal vez no estuviera muy por la labor... Esperaba que al menos quisiera esperar a que aquella misión terminase antes de resolver aquel... Malentendido.
Byakuro Kyoya
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Byakuro regresó al barco, rebotando entre los trozos de carne putrefacta que caían del cielo. Apartó uno de una patada y vio cómo Titania evitaba que otro de ellos destrozara el palo mayor del navío. Nada más aterrizar, las llamas desaparecieron, y su cuerpo volvió a la normalidad. Apoyó el bastón en el suelo, dejando que todo el peso de su cuerpo cayera sobre él, y tras dar un par de temblorosos pasos, respiró hondo. Aquella forma de llama era de las más inestables, y sin duda suponía un desgaste intenso para el cuerpo. Esperaba que no ocurriese ningún otro imprevisto mientras llegaban a Halstat. Miró a Theo y Chrome y les dijo:
- Por favor, ¿podéis ir a ver si han logrado limpiar las turbinas? Yo tengo que descansar un poco... -el cazador avanzó con lentitud al palo mayor, donde Titania seguía mirando con asco los restos muertos del Rey Marino, aún salpicando la cubierta con su hedor, y se apoyó al lado del mismo.
Mientras tanto, Lowell y Yoko ya debían haber limpiado las turbinas. El chico suspiró, mientras descansaba apoyado en el mástil. El olor en el lugar seguía siendo bastante horrible, pese a que la mayor parte de la carne muerta había caído en el mar. Los zombies parecían haber dejado de subir al barco, y el cazador aprovechó para deslizarse lentamente a uno de los tubos que comunicaban todo el barco. Pensó en bajar a la sala de máquinas para ver el estado de las turbinas, pero se decidió por volver a su camarote de nuevo.
En su cuarto, Mostaza graznaba alterado, mientras el pequeño oso conocido como Malvavisco daba buena cuenta de una enorme bolsa de malvaviscos. Byakuro se plantó en el lugar, y sin hacer mucho caso de sus mascotas, simplemente se derrumbó en su catre.
- Por favor, ¿podéis ir a ver si han logrado limpiar las turbinas? Yo tengo que descansar un poco... -el cazador avanzó con lentitud al palo mayor, donde Titania seguía mirando con asco los restos muertos del Rey Marino, aún salpicando la cubierta con su hedor, y se apoyó al lado del mismo.
Mientras tanto, Lowell y Yoko ya debían haber limpiado las turbinas. El chico suspiró, mientras descansaba apoyado en el mástil. El olor en el lugar seguía siendo bastante horrible, pese a que la mayor parte de la carne muerta había caído en el mar. Los zombies parecían haber dejado de subir al barco, y el cazador aprovechó para deslizarse lentamente a uno de los tubos que comunicaban todo el barco. Pensó en bajar a la sala de máquinas para ver el estado de las turbinas, pero se decidió por volver a su camarote de nuevo.
En su cuarto, Mostaza graznaba alterado, mientras el pequeño oso conocido como Malvavisco daba buena cuenta de una enorme bolsa de malvaviscos. Byakuro se plantó en el lugar, y sin hacer mucho caso de sus mascotas, simplemente se derrumbó en su catre.
Gareth Silverwing
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Tras nuestro ataque conjunto la bestia con cara de pulpo se desplomó, su imponente masa hizo retumbar el suelo y los edificios que se encontraban a nuestro alrededor al caer. En un principio no tenía mucha idea de que habíamos hecho, su cráneo se encontraba abollado en el lugar en el cual yo golpeé, sus alas se encontraban enredadas por Kodama, a Jack y al otro recluta los tenía a la vista, pero no tenía ni idea de donde narices se había metido Kai. Salté al suelo para encontrarme con mis compañeros, una vez en tierra firme desactivé mi Trans Am y mi Knight Armor, sólo los había usado durante unos segundos por lo que no me encontraba muy cansado. De pronto un apestoso olor llegó a mi nariz, ¿qué narices era eso? El olor era muy fuerte por lo que no me costó seguirlo hasta su origen, el cual se encontraba a apenas un par de metros de mi. Rodeé la cabeza de la criatura hasta encontrarme con lo que, seguramente le causase la muerte, en el lugar en donde antes se encontraba su ojo ahora había un enorme agujero cubierto de caramelo humeante del cual rezumaba aquel líquido apestoso. Dentro no se veía nada pero se escuchaban algunos sonidos de chapotero por lo que supuse que Kai se encontraba dentro.
Tras unos minutos comenzaron a aparecer civiles, se acercaban y contemplaban con curiosidad la escena de la batalla y el cadaver de la colosal criatura, algunos se preguntaban si ese enorme árbol se encontraba antes ahí. Uno de ellos tomó la iniciativa y se acercó a nosotros para comprobar que nos encontrásemos bien.
-Estamos bien... creo, en cuanto a esa cosa, no tenemos ni idea, lo vimos atacando el pueblo y decidimos actuar. De todas formas no se preocupe por nosotros, ¿Cual es el estado del pueblo? ¿Hay algún enemigo más? y, por cierto... Esto no es Hallstat ¿Me quivoco?- Pregunté. si ese era el único enemigo nos regruparíamos en el barco y nos pondríamos en contacto con el cuartel para que mandasen refuerzos a asegurar la zona.
Dudaba que nos encontrásemos en Hallstat, no había estado nunca en la isla, pero no creo que Derian soltase monstruos gigantes para atacar sin razón a sus propias gentes en medio de una guerra, además de que se decía que el cielo de la isla estaba cubierto de unas nubes que impedían el paso del sol.
-Por cierto, no pienso viajar con este olor, así que alguien va a tener que bañar a Kai- Dije al resto de la tropa.
Tras unos minutos comenzaron a aparecer civiles, se acercaban y contemplaban con curiosidad la escena de la batalla y el cadaver de la colosal criatura, algunos se preguntaban si ese enorme árbol se encontraba antes ahí. Uno de ellos tomó la iniciativa y se acercó a nosotros para comprobar que nos encontrásemos bien.
-Estamos bien... creo, en cuanto a esa cosa, no tenemos ni idea, lo vimos atacando el pueblo y decidimos actuar. De todas formas no se preocupe por nosotros, ¿Cual es el estado del pueblo? ¿Hay algún enemigo más? y, por cierto... Esto no es Hallstat ¿Me quivoco?- Pregunté. si ese era el único enemigo nos regruparíamos en el barco y nos pondríamos en contacto con el cuartel para que mandasen refuerzos a asegurar la zona.
Dudaba que nos encontrásemos en Hallstat, no había estado nunca en la isla, pero no creo que Derian soltase monstruos gigantes para atacar sin razón a sus propias gentes en medio de una guerra, además de que se decía que el cielo de la isla estaba cubierto de unas nubes que impedían el paso del sol.
-Por cierto, no pienso viajar con este olor, así que alguien va a tener que bañar a Kai- Dije al resto de la tropa.
- Resumen:
- Salto de la cabeza del bicho y le pregunto la situación aquel hombre, si no hay más que hacer en la isla nos pondremos rumbo a Hallstat de nuevo.
- Atención:
- El último que postee le toca ayudar a Kai a bañarse para quitarse ese olor de encima.
Sasaki
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Akuma no mi
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Y la gran bestia cayó al suelo tras nuestro ataque en conjunto, había pasado todo tan deprisa que no me había dado cuenta de lo que había pasado en el lugar. Sin embargo cuando bajé de la cabeza de aquel monstruo intenté rehacer los hechos, le había clavado una lanza en el ojo, a la vez Arthur le había aboyado la cabeza siendo el boyo visible claramente, Kodama se encontraba atándole las alas con lo que parecían raíces, en el suelo se encontraba kyle que por cierto ¿Cuándo había llegado allí o había estado todo el tiempo?, solo faltaba Kai quien estaba desaparecido “capaz es de estar comiendo el bicho crudo” pensé mientras llegaba a mí un olor nauseabundo.
Investigué de donde provenía dicho olor y resultó que del ojo cuyos bordes tenían algo de caramelo, chorreaban un líquido extraño y generador del olor. Espera ¿caramelo en el ojo? no podía ser cierto, miré la lanza que debería de tener en las manos y descubrí que tan solo era una pequeña parte de esta, eso me llevó a pensar que Kai estaba dentro de la cabeza del bicho pulpo, ¿Cómo narices había llegado allí? yo le había dicho que necesitaba fuego pero no me imaginé que se metería él. Una vez terminé la revisión del cadáver del bicho pude notar como la gente del pueblo se acercaba a ver lo que sucedía y preguntaba.
-Yo también estoy bien, pero por favor no se acerquen demasiado esto está echando malos olores.
Arthur también estuvo hablando con los habitantes del lugar, y preguntando algunas cosas, entre ellas el nombre de la isla ya que no creía que estuviésemos en la isla correcta, y la verdad es que yo tampoco, me había esperado más resistencia en la isla principal del imperio de Derian. De pronto Arthur hizo un comentario que me puso en alerta, darle un baño a Kai apoyaba la idea pero no iba a ser yo quien lo hiciese.
-¿Qué? No te oigo bien, espera que voy- dije fingiendo que me llamaban desde el barco en el que habíamos venido- chicos me llaman en el barco voy a ver que quieren.
Y con estas palabras me dirigí al barco donde por suerte evitaría que me obligasen a lavar a Kai o hacer cualquier otra cosa.
Investigué de donde provenía dicho olor y resultó que del ojo cuyos bordes tenían algo de caramelo, chorreaban un líquido extraño y generador del olor. Espera ¿caramelo en el ojo? no podía ser cierto, miré la lanza que debería de tener en las manos y descubrí que tan solo era una pequeña parte de esta, eso me llevó a pensar que Kai estaba dentro de la cabeza del bicho pulpo, ¿Cómo narices había llegado allí? yo le había dicho que necesitaba fuego pero no me imaginé que se metería él. Una vez terminé la revisión del cadáver del bicho pude notar como la gente del pueblo se acercaba a ver lo que sucedía y preguntaba.
-Yo también estoy bien, pero por favor no se acerquen demasiado esto está echando malos olores.
Arthur también estuvo hablando con los habitantes del lugar, y preguntando algunas cosas, entre ellas el nombre de la isla ya que no creía que estuviésemos en la isla correcta, y la verdad es que yo tampoco, me había esperado más resistencia en la isla principal del imperio de Derian. De pronto Arthur hizo un comentario que me puso en alerta, darle un baño a Kai apoyaba la idea pero no iba a ser yo quien lo hiciese.
-¿Qué? No te oigo bien, espera que voy- dije fingiendo que me llamaban desde el barco en el que habíamos venido- chicos me llaman en el barco voy a ver que quieren.
Y con estas palabras me dirigí al barco donde por suerte evitaría que me obligasen a lavar a Kai o hacer cualquier otra cosa.
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Uf... Vaya cabezada más buena que se había podido echar el pelirrojo. Desde luego, pocas veces podría decir que había dormido tan bien como en aquella ocasión, lo cual era un tanto irónico ya que no se encontraba en su cama sino en... ¿Una bañera? ¿Cómo había acabado en una bañera? No recordaba que el barco tuviera algo así... Y, desde luego, aquél no era su camarote, ni su barco, ni nada suyo (ni de Naram). Qué extraño. Seguro que Lanx les había vuelto a colar alguna de sus plantas terapéuticas en la comida. Ya hablaría después con él.
- Supongo... Que lo primero será averiguar dónde estoy -se dijo a sí mismo en un murmuro mientras se levantaba, abandonando la cómoda y reconfortante bañera de marca "acoR". Vaya nombre... En fin.
El caso es que el pelirrojo se concentró para detectar las posibles presencias que hubiera cerca. Tal vez no estuviera solo y sus acompañantes no fueran especialmente amables y colaboradores, así que mejor asegurarse de ello. Sin embargo, grande fue su sorpresa al sentir una presencia bastante familiar que le recordaba a cierto gato. "Vaya, parece que Mura está por aquí. Supongo entonces que no ha pasado nada muy grave." Se oían pasos al otro lado y, efectivamente, pudo escuchar la voz de su compañera. ¿Estarían los demás también? Bueno, ya se ocuparía de averiguarlo.
De repente, justo cuando estaba preparándose para ir en busca de su pelirroja compañera, la puerta se abrió y, tras ella, apareció el gato, que enmudeció por completo al verle y cuyo rostro adoptó un rojo más intenso que incluso el de los cabellos del dragón. Poco a poco retrocedió, cerrando la puerta y, tras unos segundos, un estridente grito inundó el lugar, obligando al chico a llevarse las manos a los oídos. Menuda voz tenía esta chica...
- ¿Desnudo?
Fue entonces cuando su mirada descendió, percatándose de que toda su ropa estaba repartida por el suelo y que él, por ende, se encontraba como Cthullhu le trajo al mundo. "Oh... ¿Qué hago desnudo?" se preguntaba al tiempo que comenzaba a coger las prendas para vestirse y dejar de mostrar sus dotes físicas. Además, no le gustaba que la gente pudiera ver las cicatrices que ocupaban todo su cuerpo. No tardó más de quince segundos en prepararse, poniéndose su chaqueta al tiempo que abría la puerta para ir a buscar a Mura.
- Seguro que vuelve a estar de mal humor... Otra bronca -suspiró con resignación- ¡Gaaaatooooo! ¿No sabes que es de mala educación entrar sin avisar?
- Supongo... Que lo primero será averiguar dónde estoy -se dijo a sí mismo en un murmuro mientras se levantaba, abandonando la cómoda y reconfortante bañera de marca "acoR". Vaya nombre... En fin.
El caso es que el pelirrojo se concentró para detectar las posibles presencias que hubiera cerca. Tal vez no estuviera solo y sus acompañantes no fueran especialmente amables y colaboradores, así que mejor asegurarse de ello. Sin embargo, grande fue su sorpresa al sentir una presencia bastante familiar que le recordaba a cierto gato. "Vaya, parece que Mura está por aquí. Supongo entonces que no ha pasado nada muy grave." Se oían pasos al otro lado y, efectivamente, pudo escuchar la voz de su compañera. ¿Estarían los demás también? Bueno, ya se ocuparía de averiguarlo.
De repente, justo cuando estaba preparándose para ir en busca de su pelirroja compañera, la puerta se abrió y, tras ella, apareció el gato, que enmudeció por completo al verle y cuyo rostro adoptó un rojo más intenso que incluso el de los cabellos del dragón. Poco a poco retrocedió, cerrando la puerta y, tras unos segundos, un estridente grito inundó el lugar, obligando al chico a llevarse las manos a los oídos. Menuda voz tenía esta chica...
- ¿Desnudo?
Fue entonces cuando su mirada descendió, percatándose de que toda su ropa estaba repartida por el suelo y que él, por ende, se encontraba como Cthullhu le trajo al mundo. "Oh... ¿Qué hago desnudo?" se preguntaba al tiempo que comenzaba a coger las prendas para vestirse y dejar de mostrar sus dotes físicas. Además, no le gustaba que la gente pudiera ver las cicatrices que ocupaban todo su cuerpo. No tardó más de quince segundos en prepararse, poniéndose su chaqueta al tiempo que abría la puerta para ir a buscar a Mura.
- Seguro que vuelve a estar de mal humor... Otra bronca -suspiró con resignación- ¡Gaaaatooooo! ¿No sabes que es de mala educación entrar sin avisar?
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Tras darle el golpe, a unos cuantos metros del suelo, salté hacia el edificio que más cerca tenía impulsándome en la pierna del pulpo gigante y miré agarrado a la pared como una gran combinación de fuego y azúcar chamuscaban la cabeza del bicho. Al instante este cayó provocando un leve seismo.
- Pos nah, ya está.
Bajé casi dejándome caer desde donde estaba. Me incorporé volviéndome a estirar un poco y enganché el martillo de nuevo en su sitio. Tan cerca como estaba del monstruo ese daba más asco del que me había dado antes; aunque claro, hasta que un jodido monstruo de ese tamaño no está muerto a uno no le dan muchas ganas de fijarse demasiado.
- Yo no cocino eso, huele a cloaca. Y dudo que sepa mucho mejor.
Comenté al llegar donde ya se habían empezado a reunir todos: Arthur y Jack estaban ya en frente de un anciano hablando con él; Kodama, que lo había visto en una de sus formas de árbol, debería estar llegando, eso o no me fijé que estuviera por ahí cerca. Pero faltaba Kai. ¿Tan mal había apuntado? Pero no fue eso. Por lo que comentó Arthur y por el boquete que había en la cara del señor pulpo, me imaginé cuál había sido su destino.
- Jack, creo que también he escuchado mi nombre. Supongo que me necesitarán en cocina. Te acompaño. Nos vemos en el barco, ¿vale?
Comenté mientras me daba la vuelta, cogía del brazo a Jack y le hacía caminar más rápido; si no aligeraba nos iban a encasquetar lavar al pobre Kai.
- Pos nah, ya está.
Bajé casi dejándome caer desde donde estaba. Me incorporé volviéndome a estirar un poco y enganché el martillo de nuevo en su sitio. Tan cerca como estaba del monstruo ese daba más asco del que me había dado antes; aunque claro, hasta que un jodido monstruo de ese tamaño no está muerto a uno no le dan muchas ganas de fijarse demasiado.
- Yo no cocino eso, huele a cloaca. Y dudo que sepa mucho mejor.
Comenté al llegar donde ya se habían empezado a reunir todos: Arthur y Jack estaban ya en frente de un anciano hablando con él; Kodama, que lo había visto en una de sus formas de árbol, debería estar llegando, eso o no me fijé que estuviera por ahí cerca. Pero faltaba Kai. ¿Tan mal había apuntado? Pero no fue eso. Por lo que comentó Arthur y por el boquete que había en la cara del señor pulpo, me imaginé cuál había sido su destino.
- Jack, creo que también he escuchado mi nombre. Supongo que me necesitarán en cocina. Te acompaño. Nos vemos en el barco, ¿vale?
Comenté mientras me daba la vuelta, cogía del brazo a Jack y le hacía caminar más rápido; si no aligeraba nos iban a encasquetar lavar al pobre Kai.
- VERDAD SOBRE MÍ COMO MODERADOR:
- Nyon:
- Pyon Pyon~
Roland von Klauswitz
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-Bueeeno... pues alé, para casa. -dijo Kodama alegremente mientras volvía a su forma humana y caminaba de regreso con sus compañeros. Al final aquella portentosa bestia no había resultado ser un rival tan peligroso como había esperado en un principio. Sí, había aplastado algunas casas pero después de que algo atravesase su cabeza y entrase por su ojo parecía haberse ablandado. O muerto.
En cualquier caso ya iba siendo hora de dejar a un lado al calamar gigante y buscar otros enemigos a los que enfrentar. Se preguntaba que tal iba la batalla. Esperaba que estuvieran ganando los marines o al menos que no estuvieran perdiendo muy claramente. Si lograban encontrar y derrotar a Markov, la lucha se decidiría rápidamente. Dudaba que más que unos pocos soldados leales quedase alguien de su ejército para oponerse a la Marina, por lo que su objetivo debía ser arrestar de una vez al conde.
El hombre-árbol contempló como el resto del grupo se dirigía hacia el barco, hablando sobre darle un baño a Kai. Sí que eran gente rara. Y cuando un árbol parlante llama raro a alguien es para plantearse ciertas cosas. No le prestó atención al extraño olor que provenía del cuerpo de la criatura, al fin y al cabo, a ningún árbol le molestan los olores, aunque sí que se percató de que había un nuevo combatiente entre sus filas. Curiosamente, Puño Rojo todavía no había aparecido. Estaría por ahí haciendo algo.. Con su habilidad no tendría problemas para cuidarse solo, aunque si no llegaba antes de que se marchasen igual le tocaba ir nadando a su siguiente destino.
-¿Dónde debemos ir ahora? -preguntó en voz baja, más para sí mismo que para los demás. No esperaba ninguna respuesta en realidad. Supuso que el mejor sitio para ir era la propia Hallstat, donde podrían llevar la justicia hacia el siniestro conde. Iría al barco y se aseguraría de que estuviese preparado para zarpar.
En cualquier caso ya iba siendo hora de dejar a un lado al calamar gigante y buscar otros enemigos a los que enfrentar. Se preguntaba que tal iba la batalla. Esperaba que estuvieran ganando los marines o al menos que no estuvieran perdiendo muy claramente. Si lograban encontrar y derrotar a Markov, la lucha se decidiría rápidamente. Dudaba que más que unos pocos soldados leales quedase alguien de su ejército para oponerse a la Marina, por lo que su objetivo debía ser arrestar de una vez al conde.
El hombre-árbol contempló como el resto del grupo se dirigía hacia el barco, hablando sobre darle un baño a Kai. Sí que eran gente rara. Y cuando un árbol parlante llama raro a alguien es para plantearse ciertas cosas. No le prestó atención al extraño olor que provenía del cuerpo de la criatura, al fin y al cabo, a ningún árbol le molestan los olores, aunque sí que se percató de que había un nuevo combatiente entre sus filas. Curiosamente, Puño Rojo todavía no había aparecido. Estaría por ahí haciendo algo.. Con su habilidad no tendría problemas para cuidarse solo, aunque si no llegaba antes de que se marchasen igual le tocaba ir nadando a su siguiente destino.
-¿Dónde debemos ir ahora? -preguntó en voz baja, más para sí mismo que para los demás. No esperaba ninguna respuesta en realidad. Supuso que el mejor sitio para ir era la propia Hallstat, donde podrían llevar la justicia hacia el siniestro conde. Iría al barco y se aseguraría de que estuviese preparado para zarpar.
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